El guardameta André Ferreira posa desde la tribuna del estadio José Zorrilla. Iñaki Sola-RVCF

André Ferreira llega al Real Valladolid para despejar dudas

Tras un controvertido paso por LaLiga con el Granada, el portero luso llega al Real Valladolid con el aval de Ricardo Pereira y con la necesidad de aclarar la titularidad en la portería del Pucela

Miguel Ruiz

Miércoles, 31 de enero 2024, 11:55

La necesidad de reforzar la posición del guardameta pucelano para lo que resta de temporada finalmente ha sido saldada. André Ferreira, tercer refuerzo invernal del Real Valladolid, llega desde Granada para asentar las decisiones en la portería y ampliar el abanico de opciones para ... Pezzolano a la hora de decidir quién protege el arco blanquivioleta. Una cesión que se ha de convertir en respuesta, no sólo para el club vallisoletano, sino también para el propio arquero portugués, que ha dejado dudas en su paso por LaLiga en el primer tramo de la temporada en las filas del conjunto nazarí.

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Nacido en Vila Nova de Gaia en 1996, André Ferreira comenzó su camino en el fútbol entre dos escuelas de ciudades enfrentadas: Oporto y Lisboa. Si bien empezó sus andanzas como parte de la cantera de Boavista siendo un niño, el Benfica se hizo con él cuando aún tenía ficha de juvenil. En esa etapa fue en la que coincidió con Ricardo Pereira, actual preparador de porteros que de alguna manera avala el trabajo con el portero luso tras coincidir con él en las categorías inferiores del club de 'Da Luz'. Portero solvente, rápido de reflejos y con buena gestión de su físico, con aproximadamente 1.93 de altura. Guardameta del gusto de Pezzolano, que prefiere porteros de gran envergadura, que a priori, puedan facilitar la protección en jugadas por alto.

El luso viene a resolver una vez más la duda en la portería. Atendiendo a la petición continua de Pezzolano para reforzar la portería, se entiende que la titularidad de Jordi Masip está en entredicho, bien por las características del portero, por el gusto personal del entrenador uruguayo o de las necesidades tácticas que pueda tener el equipo. No obstante, tras el fallido paso de Asenjo en la última parte de la temporada en LaLiga, la ausencia de Aceves, en quien se tienen puestas muchas esperanzas y el malogrado paso de John Víctor por la entidad, será André Ferreira quién deberá mostrar si la portería del Valladolid tiene un dueño o está todavía debatiéndose de manera intensa.

Pero no es la única duda que asalta la figura de André Ferreira. El portero luso llega a Valladolid desde el Granada con la sensación de que el rendimiento mostrado en el club nazarí en LaLiga no cumplió con las expectativas generadas el año anterior, el del ascenso a la primera categoría. Tras una malísima racha de partidos y goles encajados, el equipo andaluz optó por la contratación de un meta alternativo, el argentino Batalla, quien ostenta ahora de manera clara la titularidad de un Granada que sigue en una posición preocupante, pero que tiene la aspiración de seguir luchando.

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No obstante, sería del todo injusto valorar al guardameta por esa etapa amarga. Los números fueron claros y los resultados nefastos, pero su rol se ha de tener en cuenta dentro de un conjunto de gestiones erróneas dentro del global de la defensa nazarí, entendiendo su posición como la parte final de un todo que no termina de carburar correctamente y que sigue acercando a los granadinos al triste destino del descenso.

El paso de André Ferreira por Lisboa en las categorías inferiores de Benfica no sería estéril, pero tampoco contó con opciones dentro del equipo encarnado. Cesiones aparte (en Leixões y en CD Aves), el meta luso comenzaría su carrera fuera del amparo de 'Las Águilas' en el Santa Clara (equipo de las Azores, hermanado, no obstante, con Benfica), para después pasar por Paços de Ferreira antes de recalar en el Granada, ya citada última etapa del portero antes de esta cesión blanquivioleta.

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Con la esperanza de despejar esas dudas, particular y colectiva, de Ferreira y del propio Real Valladolid, el portero luso engrosa una nómina de incorporaciones, todas ellas en forma de cesión, para acometer el último esfuerzo en la carrera por merecer un espacio en la zona noble de la clasificación y seguir luchando por el soñado ascenso.

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