
Desde hace jornadas, desde el regreso de Marcos André tras su lesión; y después de la llegada en el mercado de invierno de Amath Ndiaye, el Real Valladolid y sus aficionados soñaban con la asociación de dos de los jugadores más ofensivos de la categoría y tildados por todos «de Primera».
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Los dos futbolistas, por unas cosas u otras, no han podido compartir demasiado tiempo en el terreno de juego, debido a la lesión del africano y también por la adaptación del brasileño, cuyo regreso no ha sido el más esperado en cuanto a rendimiento.
Sin embargo, este sábado, con todo a favor, los dos atacantes se han reencontrado en Lezama. Con un 2-0, y el Real Valladolid jugando uno de los partidos más plácidos de la temporada, contra un equipo vasco con uno menos, y dominando la pelota, ha llegado una de las jugadas de la temporada.
Amath ha completado una buena contra, con un pase de calidad por alto para superar a la defensa del Amorebieta, y que su compañero, el '9' del Pucela -que había entrado cuarto de hora antes por Negredo-, se lanzase de manera acrobática, para introducir el balón en la portería vasca.
Era la jugada soñada. La unión esperada. Y un motivo nuevo para ilusionarse con el Pucela, que logra su tercera victoria consecutiva, y acelera para estar en los puestos de ascenso directo de regreso a Primera.
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