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Álvaro Rubio ofrece la imagen de un hombre de club. Sin grandes estridencias y adoptando un papel en segundo plano, el exfutbolista riojano se ha ido formando como entrenador desde que volvió al Real Valaldolid como asistente en junio de 2017, cuando Luis César ... Sampedro era el técnico del primer equipo. Luego, ha ido integrando de los equipos de trabajo de Sergio González, José Rojo 'Pacheta' y Paulo Pezzolano. La pasada semana, de manera inesperada, se convirtió en el nuevo entrenador del Real Valladolid Promesas tras el despido de Julio Baptista.
«No tuve tiempo de pensarlo. Fue todo muy precipitado. El martes de la semana pasada me llamó Domingo Catoira después del entrenamiento del primer equipo y me lo propuso. Me pilló de sorpresa y le dije que me diera una tarde para pensarlo. Por la noche le llamé y le dije que aceptaba este reto. Estoy muy contento de cómo ha ido todo», explicó este miércoles Álvaro Rubio en la sala de prensa de Zorrilla, después de estrenarse en el banquillo del Promesas el pasado domingo con una victoria con remontada en Abegondo frente al Fabril (2-3).
Rubio admite que no tenía pensado «dar ese salto» en estos momentos para convertirse en primer técnico, ya que entendía que tenía que llegar «de forma natural». Sin embargo, las «circunstancias» y la petición del club para que tomara las riendas del filial le hacen estar ahora «encantado» con su nueva responsabilidad. «He tenido la gran suerte de que el club me dejara formarme como técnico. Llevo seis años como ayudante en el primer equipo», recordó.
El excapitán blanquivioleta admite que ahora mismo tiene un «popurrí de todo» en la cabeza, con múltiples ideas recogidas de su experiencia como jugador profesional y de los idearios de los técnicos con los que ha trabajado. «Intento coger lo mejor o lo que pienso que me puede servir. Ahora estoy en ese proceso de formarme como entrenador y ver qué cosas quiero. Sí tengo claro que soy yo el que debe adaptarse a los jugadores que tengo, conocerles y ver cuál es la mejor manera para que ellos rindan al nivel máximo. Estamos en un filial y el objetivo primordial es la formación de futbolistas y que estén bien preparados por si el primer equipo tiene que echar mano de ellos».
Con Álvaro Rubio como entrenador del Real Valladolid Promesas se normaliza la relación del filial con el primer equipo, muy tirante con Julio Baptista, como quedó de manifiesto en las declaraciones del brasileño que precipitaron su destitución. El nuevo técnico del filial no se quejará de tener que alinear a última hora a canteranos que se ejercitan con el primer equipo ni de no contar con ellos durante la semana. «La relación con Pezzolano es muy buena y va a seguir siendo así. Entendemos esta situación de la misma manera. Estamos los dos alineados con el club. Ya le he dicho que lo que necesite. Por mí, ningún problema. Ojalá me quite diez jugadores los fines de semana. Es el mejor regalo que me pueden hacer, que suban diez chavales del Promesas. Eso quiere decir que están preparados para debutar con el primer equipo».
Rubio ahonda en la idea de que los canteranos que entrenan con el primer equipo poseen suficiente nivel como para jugar con el filial si no lo hacen con la plantilla profesional y no ve imposiciones en ese sentido. «La decisión será mía, pero todos estamos alineados con el club. Parece que el jugador que está con el primer equipo baja y juega. Pero está ahí por algo. No es que no se merezca jugar por no haber entrenado con nosotros, sino que compite con el primer equipo con un nivel muy alto. Hay varias maneras para que esté metido con nosotros: con vídeos, charlas individuales, enseñándoles los entrenamientos que han hechos sus compañeros, y cuál quiero que sea la función de cada uno. También es posible que hagan algún entrenamiento con nosotros».
Rubio tiene claro que nunca le dirá a Pezzolano 'mira a ver si no te llevas a éste...'. «Mientras con él, yo estoy a su disposición. Hombre, claro que me gustaría que entrenasen toda la semana conmigo, pero no sé si van a jugar y los que dependemos del primer equipo somos nosotros». Tampoco cree que deba seguir el mismo dibujo que utilice el primer equipo. «Me gusta la variedad y que haya un abanico amplio de posibilidades».
Álvaro Rubio no maneja un patrón táctico definido ni se aferra a un esquema en concreto. «No, no tengo un patrón establecido. Ahora he conocido un poco más a los jugadores y puede encajar lo que estamos haciendo, pero por el rival de este próximo fin de semana puedo cambiar alguna cosa. No tengo un patrón ideal de una estructura de juego».
El entrenador del Real Valladolid Promesas no renuncia a armar una plantilla competitiva, aunque deja claro que lo que más le interesa «es la formación de jugadores». «Mi objetivo es que sean mejores futbolistas. A partir de ahí, a todos nos gusta ganar y competir. No tengo marcado un objetivo de quedar tercero o quinto. La idea es que cada partido compitan al máximo. Así llegarán los resultados. Estoy contento con el equipo que tengo y los juveniles que vienen por detrás». Álvaro Rubio remarca que «es evidente que el descenso» a Tercera RFEF «sería fatal». «No hace falta decir que cuanto más arriba quedemos, muchísimo mejor para todos. Si se puede ascender, imagínate… Pero no me he marcado ningún objetivo».
El nuevo entrenador del Promesas vio a los jugadores algo «decaídos» tras la destitución de Julio Baptista, por los «cambios drásticos e inesperados». «Hemos intentado dar naturalidad y normalidad. Y cariño, que es lo que se merecen. La semana pasada ya acabamos muy bien de ánimo y de actitud. Estoy encantado con ellos. Son jóvenes y han respondido muy bien a todo este cúmulo de cosas».
Álvaro Rubio quiere los canteranos que trabajan con el primer equipo tengan siempre la cabeza en el filial si les toca jugar con el Promesas. «Lo que intento es que, cuando estén con nosotros, se sientan cómodos y parte de la plantilla. Este es su equipo. Supone un premio que entrenen con el primer equipo, pero se vienen con nosotros deben sentirse partícipes y estar implicados. Quiero darles ese cariño a ellos y a los demás. Deben estar centrados si entrenan con el primer equipo y juegan con nosotros y que tengan la cabeza donde la tienen que tener».
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