Liquidación por derribo en el Real Valladolid

En la primera planta tenemos la plantilla actual. Todos en venta y con descuentos. Aceptamos pago con tarjeta, PayPal, Bizum, monedas de chocolate o bocadillos de salchichón. El objetivo no es conseguir dinero para invertirlo después, sino hacer el mayor daño posible. Si tienen dudas, el señor Domingo Catoira los atenderá cuando acabe de ver en Netflix su maratón de La Casa de Papel. Todo lo que les diga será mentira y tratará de hacerles quedar a ustedes como imbéciles, pero les aseguro que no les dejará indiferentes.

En la segunda planta almacenamos las ganas de trabajar de Ronaldo, su implicación, la transparencia en la gestión, la profesionalización del club, el respeto a la afición, las promesas cumplidas y la exigencia para hacer crecer a este club. Como pueden observar, esta planta está completamente vacía. La esperanza de hallar algo en ella desapareció hace tiempo.

En la tercera planta tenemos la joya de la corona, el juguete roto del presidente: el Real Valladolid, con su ciudad deportiva, su escudo impuesto por obligación y la reforma del estadio. Se vende todo junto, pero no se preocupen por el precio porque cada minuto que pasa el club pierde valor.

En la última planta, la que menos nos importa, encontrarán la mayor masa social del club, el amor de los aficionados, el sentimiento de pertenencia y el convencimiento de que el Real Valladolid merece mucho más. Sabemos que nada de esto nos pertenece, pero aquí hacemos negocio con todo.

El plazo de compra finaliza cuando arrasemos definitivamente el club. Vayan pasando por caja.