Un día después de la destitución de Pezzolano, el estupendo director deportivo del Real Valladolid, Domingo Catoira, dijo, tras ser preguntado por el posible sustituto, que en la vida hay que ser feliz, buscar la felicidad y no estar de mala leche todo el día. ... Después de una nueva derrota, esta vez haciendo felices a nuestros amigos de Las Palmas, he abrazado su consejo, he buscado motivos para ser feliz y creo que los he encontrado.
El Real Valladolid ha sufrido nueve descensos a Segunda: cuatro entre 1958 y 1992, es decir, el siglo pasado y en un margen de treinta y cuatro años. Este siglo ya son cinco descensos en un margen de diecinueve años y caminamos imparables hacia el sexto en veintiuno y el tercero en cinco. 'Felicidad, qué bonito nombre tienes'. El Pucela jamás había sufrido dos descensos seguidos de Primera, pero gracias a Ronaldo avanzamos firmes hacia el tercero. 'Felicidad, qué bonito nombre tienes'. Tampoco se libra el Promesas, que con el astro brasileño al mando también ha sufrido un descenso. 'Felicidad, qué bonito nombre tienes'.
Con Ronaldo como presidente, el Pucela tiene sus peores datos históricos en Primera en porcentaje de puntos obtenidos, el peor porcentaje de victorias y el porcentaje más alto de empates y derrotas. 'Felicidad, qué bonito nombre tienes'. Con Ronaldo, el Valladolid ha realizado la peor temporada de su historia en Primera y ahora va directo a pulverizar ese récord. 'Felicidad, qué bonito nombre tienes'. Jugadores sobrepagados lastrando la economía del club cuya aportación es similar a la de un ficus sin regar, se ha gastado más dinero que nunca en firmar obligatoriamente jugadores que no dan el nivel, se ha malvendido al mejor central del equipo y el fichaje más caro de la historia es un delantero que no sabe meter goles. 'Felicidad, qué bonito nombre tienes'. Se despide al entrenador sin tener preparado su sustituto. 'Felicidad, qué bonito nombre tienes'. Ronaldo juega al tenis mientras su equipo se va a la mierda. 'Felicidad, qué bonito nombre tienes'.
Jugadores, cuerpo técnico, dirección deportiva y directiva, pisan el escudo, manchan la historia del club y se ríen sin pudor del aficionado. El que no es feliz es porque no quiere.
Tengo la suerte de que mi felicidad no dependa de incapaces que no merecen representar al Real Valladolid, pero duele ver al Pucela herido y sentir que no dejan de aplastarlo.
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