Un día para el recuerdo
«El Real Valladolid tuvo en la misma jornada toda la suerte en Primera que tanto le ha faltado otras veces y que tanto hemos deseado»
Alberto Cuesta
Lunes, 21 de octubre 2024, 18:57
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Alberto Cuesta
Lunes, 21 de octubre 2024, 18:57
Hay días que empiezan como uno más en el calendario y, por lo que sea, se acaban quedando en el recuerdo. Algo así es lo que pasó el viernes. Un día de diario en el que el fútbol sigue sin encajar demasiado y en el ... que se disputa un partido en la clandestinidad que LaLiga envuelve con un lazo envenenado a los equipos que menos le interesan jugado por dos equipos cuyo atractivo, todo sea dicho, no va mucho más allá de sus ciudades y aficionados. A priori, suena menos épico que lanzar una tostada untada al aire para ver de qué lado cae. Sin embargo, el destino, caprichoso, de vez en cuando nos sorprende.
Personalmente, el partido contra el Alavés lo iba a recordar seguro, pasara lo que pasara, porque era el primero con mi primogénita como (peque)abonada oficialmente. Que su 'estreno' con el Pucela sea con una victoria me hace pensar que, quizá, he perdido un par de meses de tiempo y ya no llegamos a ganar la liga, pero vamos directos a la Champions o que el fútbol se apiadó de ella por todo lo que se le viene encima a partir de ahora por culpa de su padre. La cuestión es que no sólo será recordado por esa razón ni sólo por mí.
Pasaron tantas cosas que todo aficionado blanquivioleta debería reservar a este día un espacio privilegiado en su memoria. Haciendo un resumen rápido: primeros puntos y primera victoria fuera de casa esta temporada; errores que nos cuestan goles, pero no puntos; remontada; ley del ex a favor; dos penaltis a favor, siendo uno de ellos muy dudoso; no fallar ninguno; gol anulado a favor; arbitraje favorable más allá de las jugadas clave (que, por fin, cayeron de nuestro lado); mantener el resultado pese al susto final… vamos, que el Real Valladolid tuvo el mismo día toda la suerte en Primera que tanto le ha faltado otras veces y que tanto hemos deseado. Ni siquiera la empanada (que nunca falte) al inicio de ambas partes pudo contra nuestra mejor aliada en Vitoria.
Hay dos lecturas, una mala y una buena, detrás de todo esto: la negativa es que es muy triste necesitar un milagro de tal magnitud para poder ganar. La positiva es que los puntos son nuestros y que en la memoria quedará grabada esta fecha como el día en el que todo fue posible.
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