Corre hacia la luz, Pezzolano

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Real Valladolid

El Pucela, un exprimidor de goles

Juan J. López

He sido, soy y seguiré siendo crítico con Paulo Pezzolano. A estas alturas ya he dado argumentos de sobra para sostener mi opinión y me he repetido sobre ello más que un kebab con extra de salsa picante a las tres de la mañana. Por eso, esta vez no vengo a hacer leña del árbol que se caía y que ahora está más erguido que nunca. Pezzolano, como Carol Anne, ha sido el único que veía una realidad que el resto ni nos acercábamos a observar. Yo sigo sin verlo claro, lo reconozco, pero como la joven protagonista de Poltergeist, el entrenador uruguayo, perdido toda la temporada en otra dimensión, ha encontrado el camino que le lleva hacia la luz.

Tras la jornada 38, el Real Valladolid lidera la tabla empatado con el Leganés. Suma 68 puntos, 20 victorias, 46 goles a favor y 31 en contra. Es decir, lleva sólo un punto menos a estas alturas que el equipo que ascendió con Pacheta hace dos temporadas y aunque lleva 16 goles menos a favor cuenta con 11 menos en contra. Y es que la clave está ahí; en la defensa. En aquellas recordadas -y magníficas- temporadas con Mendilíbar y Djukic, el Pucela, en la misma jornada que ahora, había encajado 30 goles. Sólo uno menos que ahora. La solidez del equipo de Pezzolano, sobre todo en la segunda vuelta, es indiscutible e innegable. Se puede debatir el estilo, sus decisiones, sus declaraciones o su forma de tratar a la afición, pero no los datos objetivos. Segunda vez que el equipo enlaza cinco victorias consecutivas (único que lo ha conseguido), equipo con más victorias y números que son, ahora sí, de ascenso. Quedan cuatro partidos y el Pucela lo tiene en su mano.

Corre hacia la luz, Pezzolano, corre lo más deprisa que puedas. Aunque seas tú casi el único que la vea. La Primera División nos está esperando.