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La sensación de dominio no siempre se refleja en el resultado al concluir un partido de fútbol. La victoria por 1-0 de Osasuna ante el Real Valladolid el pasado sábado no causó estragos por el marcador final, aunque sí evidencia los problemas que ... tiene el equipo blanquivioleta para medirse a rivales mucho más fuertes en lo futbolístico y aspiraciones más altas que la permanencia. Hay un dato estadístico que muestra la superioridad rojilla durante todo el partido y que tiene que ver con los toques en el área rival, un buen termómetro para ver con qué intensidad se asoma cada equipo a las zonas más vigiladas del campo. Y, en este punto, Osasuna acampó de manera continuada en el área de Karl Hein, con el mayor número de toques que ha permitido el Real Valladolid a un equipo rival durante la temporada en curso.
Las estadísticas muestran hasta 50 toques de balón en la 'caja' de Karl Hein, una cifra altísima que contrasta con el número de veces que el Real Valladolid entró en contacto con la pelota en el área de Sergio Herrera. Si el cuadro osasunista alcanzó el medio centenar de toques, el Pucela se quedó en únicamente cinco, una diferencia abismal. Además, y de manera significativa, la primera de estas acciones en la zona roja pamplonesa no se produjo hasta que Raúl Moro encontró la manera de internarse en el área en el minuto 75, en una pugna con Jesús Areso tras la que acabó trastabillado en el césped. El siguiente contacto de un jugador del Real Valladolid con la pelota en el área osasunista llegó dos minutos más tarde, en el 77, cuando el central Javi Sánchez (incorporado a zona rival para una falta lateral) intentó un taconazo que no cuajó.
Los otros tres toques se produjeron una vez rebasado el minuto 90: primero, con el remate de Kike Pérez que despejó Alejandro Catena, en la ocasión más clara para el Pucela durante todo el choque. Los últimos dos toques blanquivioleta en el área de Osasuna llegaron casi seguidos en el minuto 93, primero con un cabezazo de Javi Sánchez ante el que salió Sergio Herrera y a continuación cuando Marcos André ganó de cabeza otro envío lejanísimo de Kike Pérez que acabó en un córner que el Real Valladolid sacó en corto y que provocó las últimas quejas visitantes tras el agarrón que sufrió Javi Sánchez por parte de Alejandro Catena justo antes de que García Verdura decretase el final del encuentro.
Consignar las acciones en las que el Real Valladolid tocó el balón en el área de Osasuna resulta fácil por su escasez. Hacer lo mismo con las veces que el cuadro navarro entró en contacto con el icosaedro truncado (forma geométrica de la pelota de fútbol) conllevaría llenar este texto a rebosar de jugadas rojillas, empezando por el disparo de Enzo Boyomo allá por el minuto 5, en un lanzamiento claro en el área de Hein tras un córner que el exblanquivioleta remató mal.
La comparativa de toques en las áreas en las once jornadas precedentes permiten constatar que aquellos encuentros en los que el Real Valladolid plantó cara tienen su traslación en los números. En la victoria blanquivioleta ante el Espanyol en la jornada inaugural (1-0), el Pucela vivió más en tierra rival, con 22 toques por 13 de los pericos. En la superioridad mostrada en el 0-0 ante el Leganés en Zorrilla, el desequilibrio resultó patente a favor de los locales, con 34 toques del Real Valladolid por sólo siete de los pepineros. La victoria ante el Alavés en Mendizorroza (2-3) se gestó también en un equilibrio en este apartado, con 18 contactos con el balón del cuadro vitoriano en el área blanquivioleta y 14 del conjunto vallisoletano en la orilla opuesta. Incluso en la derrota por 3-0 en el Santiago Bernabéu de la tercera jornada ante el Real Madrid (con buena imagen, a pesar de todo) se mantuvo cierta igualdad (29 toques blancos y 21 blanquivioleta).
En cambio, en derrotas con marcador ajustado pero con clara sensación de inferioridad (como el 1-2 frente al Villarreal en Zorrilla) o incluso en el 0-0 cosechado ante la Real Sociedad en el mismo escenario se comprobó cómo los rivales lograban acampar de manera continuada en el rectángulo blanquivioleta mientras el Pucela perdía presencia en zona rival (11-31 ante el 'submarino amarillo' y 19-34 frente al cuadro 'txuri urdin'). Por supuesto, el desequilibrio resultó muy claro en las derrotas por 7-0 frente al FC Barcelona (44-13), en el 3-1 contra el Celta (34-12) y en el 2-1 ante el Sevilla (32-12).
Osasuna retrató muchas debilidadades ofensivas y defensivas del Real Valladolid porque, hasta la fecha, ningún rival había tocado la pelota tantas veces en la caja blanquivioleta. Pero es que, además, en ningún otro partido de los once anteriores, el Pucela había entrado tan poco en contacto con el balón en el área rival, todo un síntoma de los males que aquejan a este Pucela con escasa capacidad para competir contra equipos de la zona media-alta de la Primera División.
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