Valores para toda una vida

Casi dos décadas, 18 años, la mayoría de edad. En todo este tiempo, el programa ‘Construyendo en Valores’ de la Asociación de Mujeres La Rondilla se ha hecho adulto, precisamente a base de formar a los más pequeños para que conciban la vida en comunidad. Este proyecto nació con el objetivo de ayudar a la conciliación familiar en períodos no lectivos, particularmente en verano, pero a través de una perspectiva muy especial: solidaridad, ecología y justicia son pilares sobre los que trabaja esta iniciativa, que pone a los más pequeños en el centro de una formación transversal.

A través de diversas lecturas, manualidades o salidas, los más de 60 niños y niñas de entre dos y doce años que han participado en la última edición han podido concienciarse acerca de los valores de la sociedad. Dichas salidas han incluido visitas a la Biblioteca de Castilla y León, a diferentes museos y también al entorno cercano, como por ejemplo una jornada de compras en el mercado de La Rondilla, en un gesto de apoyo al comercio de proximidad.

Desde la agrupación aseguran que han tratado de reivindicar y descubrir espacios, de resaltar la riqueza comunitaria y de que los participantes se desarrollen como ciudadanos y ciudadanas. Este año se ha dado importancia al medio ambiente y el reciclaje, a través de papeleras en las aulas. Y, además, los niños y niñas han ayudado a reponer y regar jardineras en la plaza Ribera de Castilla. Lo más característico del calendario es que cada semana un valor ha sido el protagonista, sin dejar de lado los demás. Porque no han estado de espaldas al presente del mundo. Ejemplo de ello es la elaboración de una pancarta en apoyo a las mujeres afganas que elaboró el grupo de los mayores.

La covid-19, cómo no, ha estado presente, pero en la asociación califican como muy satisfactorio el desarrollo del programa por cómo las familias han afrontado el problema, por la colaboración de las monitoras y, también, por la del centro cívico Rondilla, sede principal del proyecto. Todas las actividades comprometidas se han podido celebrar y los niños y niñas han salido mucho a la calle, un reto que se ha conseguido otorgando flexibilidad a las familias y trabajando con grupos burbuja.

Los niños y niñas del programa han sido principalmente vecinos del barrio, pero la condición máxima era tan simple como que necesitasen acudir independientemente de su zona de residencia. El proyecto, que cuenta con la firme intención de seguir en marcha, cuenta con el apoyo de la Fundación ‘la Caixa’, el Ayuntamiento de Valladolid y la Fundación Vedruna.

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