Solideo, una joya entre los grandes vinos de Ribera

La historia de Dehesa de los Canónigos se entrelaza con el tiempo y el terruño, nacida del espíritu infatigable y la visión de una familia comprometida con la búsqueda incesante de la excelencia. Hoy, cuando esta emblemática bodega de la Denominación de Origen Ribera del Duero conmemora su 35 aniversario, reafirma también su impronta en el panorama internacional de los 'fine wines'. Un legado que conjuga tradición y modernidad con precisión artesanal, que honra la máxima que ya forma parte del ADN de la bodega: «antes uvas que cubas».

Inspirado en los vinos Reserva que dieron sus primeros pasos hace décadas, en 2014 –a los 25 años del nacimiento de la bodega– Iván y Belén relanzaron la marca Solideo, un homenaje etéreo a aquellos orígenes de pasión y esfuerzo que imprimen carácter a esta creación. Solideo es la referencia insigne de la familia Sanz Cid, encumbrado con valiosos reconocimientos por críticos internacionales, como los recientes 95 puntos otorgados por el respetado 'master of wine' Pedro Ballesteros.

Solideo nace de un enclave privilegiado: viñas octogenarias asentadas en un suelo pedregoso, que se cultivan con el sistema tradicional en vaso, asegurando bajos rendimientos y uvas de exquisita calidad. Esta materia prima excepcional, certificada con el sello Europeo de Agricultura Ecológica, se traduce en una obra maestra enológica. Su elegante ensamblaje, compuesto por un 93% de tempranillo, 4% de cabernet sauvignon y merlot y un 3% de la autóctona albillo mayor, afina con paciencia y rigor durante 24 meses en barricas seleccionadas de roble francés. Una vez alcanzada la armonía ideal, reposa varios meses en botella.

La añada 2020 vino marcada por un ciclo climático tan caprichoso como benigno. Un invierno más suave de lo habitual cedió paso a una primavera que sorprendió por su calidez y generosidad en precipitaciones, especialmente en abril, donde la vid mostró su fortaleza. El verano, por su parte, se deslizó sin estridencias, con un julio fresco que favoreció la evolución pausada del fruto. Finalmente, septiembre obsequió a la cosecha con días cálidos y noches suaves, regalando a la bodega un equilibrio idóneo de madurez y sanidad en la uva.

La labor en la viña, precisa y respetuosa, ha sido determinante en el resultado final: podas equilibradas, limpiezas en verde meticulosas y una viticultura que aboga por la armonía con el entorno. Este mimo a cada cepa, a cada grano, ha culminado en un vino de gran sedosidad, donde la elegancia y la complejidad se abrazan en una expresión frutal majestuosa.

Solideo no es simplemente un vino: es el tributo a la visión de Luis Sanz y Mari Luz Cid, fundadores que, hace 35 años, soñaron con devolver a esta finca histórica su esplendor y arraigo. Su amor incondicional por la tierra, por la Ribera del Duero, se ve reflejado en cada detalle de este vino. Hoy, Iván Sanz, en la dirección general, y Belén Sanz, al frente de la dirección técnica, son los encargados de custodiar y engrandecer este legado familiar. Su trabajo conjuga modernidad y respeto, porque Dehesa de los Canónigos no es solo una bodega; es una casa con alma, donde el tiempo se detiene para dar paso a la historia, la naturaleza y el arte de elaborar vinos que hablan del terruño. Una finca centenaria, cobijada por un pinar majestuoso, donde el pasado y el presente se encuentran en perfecta comunión.

Desde el corazón de la Ribera del Duero, Solideo emerge como una declaración de intenciones, un reflejo de la tradición familiar que apuesta, generación tras generación, por la autenticidad y por la honestidad. Un vino destinado a perdurar, a emocionar y a contar, copa tras copa, la historia de una familia que hizo del amor por su tierra un arte eterno.

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