Un nuevo cambio en la historia de la Feria de Cuéllar

El cambio propuesto este año para la Feria de Cuéllar, en la que se apuesta por el comercio más cercano, se deja a un lado el formato de carpa y se eliminan citas que venían desarrollándose en los últimos años, como las dedicadas al mueble, la feria de artesanía o el mercado de coleccionismo y antigüedades, supondrá un antes y un después en una iniciativa que a lo largo de su historia ha vivido épocas de auge y desinterés, crisis y recuperaciones.

La Feria como se conoce hasta ahora data de los años 80 del siglo pasado, cuando se recuperó una tradición con siglos de historia. Y es que la de Cuéllar fue una de las primeras ferias en instaurarse en Castilla, debido a la influencia de las que ya se celebraban en Valladolid. Los orígenes se remontan hasta el siglo XIV y llegan hasta nuestros días tras desapariciones, crisis, resurgimientos y muchos cambios, como el que se verá en la edición de este año.

Hay que remontarse hasta el año 1390, cuando el concejo de Cuéllar solicitó a su rey y señor que le concediese el privilegio necesario para celebrar en la villa este tipo de ferias. El 5 de septiembre, el rey Juan I de Castilla otorgó el documento por el que se concedía la petición, equiparando las ferias de la villa en privilegios con las que se celebraban en Valladolid.

Ese fue el principio de una historia ferial que llega hasta nuestros días con multitud de cambios. La cita original, aunque en buena medida se centraba en venta e intercambio de ganadería, ya era multisectorial, al igual que la de hoy en día. En ella tenían cabida todo tipo de mercancías y se realizaban transacciones mayores que en los mercados semanales. Lana, cosechas de cereal o tintes a base de rubia molida eran algunos de los productos con los que se comerciaba.

La Feria de Cuéllar continuó en auge también durante el siglo XV, lo que se certifica con la confirmación que Juan II de Castilla realizó en el año 1444 sobre la concesión regia que su abuelo había otorgado al concejo. Sin embargo las crisis de Castilla durante los siglos siguientes hicieron mella en las ferias, también en la de Cuéllar, si bien la exposición volvió a aparecer en el siglo XVIII, cuando la actividad económica y comercial de la localidad volvió a resurgir. El crecimiento de la economía en los siglos XIX y XX supuso un nuevo impulso para este tipo de exposiciones, que en Cuéllar se convirtieron en todo un acontecimiento festivo para la población.

Pero a mediados del siglo XX llegó un nuevo declive, derivado en parte por las dificultades políticas y económicas del momento, lo que influyó en la celebración de una feria que dejó de celebrarse en el año 1967, también debido al desinterés por la muestra de ganados y la industrialización del campo.

No fue hasta el año 1986 cuando la Corporación que ocupaba el Ayuntamiento se planteó la recuperación de la cita, con el enfoque de la maquinaria agrícola, que poco a poco también fue desapareciendo con los años. Las primeras ediciones contaron con expositores de Cuéllar dedicados a los servicios agrícolas y ganaderos, a los que se fueron sumando otros de alimentación y distintas industrias, con lo que se fue dando forma a la muestra multisectorial, que en la última década también creció en su espacio expositivo y número de vendedores. Ambos ahora se reducen, buscando una feria más moderna, adaptada a los tiempos, más abierta y que busca que el cliente no solo pasee, sino que permanezca en el lugar, disfrutando de las compras y de las actividades paralelas preparadas para la ocasión.

La Feria de Cuéllar continúa así haciendo historia.

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