María Valverde es la responsable de Calidad, Medio Ambiente y Seguridad Alimentaria de Acor. Su crecimiento profesional dentro de la cooperativa, trabajado a base de esfuerzo, formación y mérito, la convierte en un ejemplo de las mujeres que trabajan allí. Es una de tantas féminas que compatibilizan su papel de madre, con un puesto de trabajadora de responsabilidad.
En su experiencia laboral dentro de Acor, Valverde destaca el entorno laboral en el que se «promueve la igualdad y donde mi aporte es tenido en cuenta por lo que soy como profesional». Confiesa sentirse «valorada» en su desempeño profesional. Un reconocimiento que, a su entender, está alejado de «mi género» y se basa en «cómo contribuyo a los objetivos de la empresa». Un ambiente de trabajo que, según la responsable de Calidad, le «motiva» a seguir contribuyendo «con lo mejor de mí». Valverde incide en que, dentro de la cooperativa, además de valorar el talento femenino, se proporcionan las herramientas necesarias para crecer profesionalmente. «Tenemos formación continua, oportunidades de ascenso, trabajamos en un entorno seguro donde nuestra voz es escuchada y respetada, tenemos igualdad de oportunidades y estabilidad de empleo, así como medidas de conciliación. En mi caso concreto, comencé mi trayectoria laboral en Acor como becaria y, 16 años después, he llegado a un puesto de responsabilidad en la empresa», rememora.
Al aludir a su día a día, en el que compatibiliza su trabajo con su papel de madre, considera que vive en la búsqueda del «equilibro constante». Sitúa las claves en la «organización y la planificación», sin olvidarse de la necesidad de «aprender a ser flexible porque siempre surgen imprevistos». Pone en valor el apoyo de su entorno que califica como «fundamental», aludiendo a la corresponsabilidad de la pareja, a la que suma la ayuda de familiares y amigos. «Aunque hay días más difíciles que otros, también hay días en los que todo funciona correctamente. Eso me hace sentir que, aunque los desafíos son grandes, las recompensas también», recalca. No evade que este doble papel de madre y trabajadora «implica hacer sacrificios», pero los buenos resultados «llenan de satisfacción, sabiendo que he dado lo mejor de mí en ambos aspectos».
En el plano global de la situación de la mujer en el ámbito laboral, María Valverde considera que, a pesar de que «se ha mejorado en este aspecto, sí es más difícil para una mujer llegar a puestos de responsabilidad». En esta línea, apunta a que las féminas se enfrentan al denominado «techo de cristal» que limita su «acceso a los niveles más altos dentro de una organización, a pesar de tener las mismas cualificaciones y capacidades que sus compañeros varones». Algo a lo que suma «las responsabilidades familiares, que tradicionalmente recaen más sobre las mujeres y que también pueden afectar su capacidad para acceder a ciertos puestos de responsabilidad, ya que las expectativas sobre el equilibrio entre la vida laboral y personal pueden ser un obstáculo».
Reconocer y visibilizar
La situación cree que es aún más complicada en el medio rural, ya que el papel de las mujeres «ha sido históricamente subestimado y poco reconocido» . En cualquier caso, Valverde apunta a que, en las últimas décadas, «ha habido un creciente movimiento para reconocer y visibilizar el papel de la mujer en este ámbito, pero todavía queda mucho por hacer». Ve vital que se promueva «el acceso a recursos, formación y apoyo en el desarrollo de sus actividades productivas, así como que se fomente su participación en la toma de decisiones en las comunidades rurales y en las políticas agrícolas y rurales».
En lo que se refiere al Día Internacional de la Mujer, opina que es una fecha de «gran relevancia, ya que pone en evidencia los logros de las mujeres en el ámbito laboral y también sirve para visibilizar los retos y obstáculos que aún enfrentan». Sin embargo, reivindica que la lucha para alcanzar la igualdad no se puede limitar a conmemorar este día una vez al año. «El Día de la Mujer tiene que servirnos como un recordatorio para seguir trabajando por la igualdad», concluye.
Empresa comprometida con la igualdad
El director General de Acor, José Luis Domínguez
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Acor forma parte de la red 'Empresas de Castilla y León comprometidas con la igualdad' y, el pasado mes de febrero, firmó un protocolo con la Administración Regional para impulsar la integración laboral y el liderazgo femenino. «Nuestros programas de igualdad son reales, no se quedan sólo sobre el papel». Así de tajante se muestra el director General de Acor, José Luis Domínguez a la hora de definir la filosofía de la cooperativa. «Hemos trabajado para que no exista brecha salarial por razón de género y hacemos seguimiento periódico y siempre estamos muy pendientes», incide. Por ejemplo, desde el año 2023, Acor cuenta con una iniciativa propia a través de Dimer+, un programa que permite facilitar el acceso a la empleabilidad a las mujeres de los entornos rurales y, sobre todo, ofrecer oportunidades de trabajo reales dentro de la cooperativa. A pesar de que se trata de sectores masculinizados como la agricultura y la industria, el Director General recalca que «se toman medidas para que la distancia en el porcentaje sea menor, lo que hacemos es que en las condiciones nunca haya diferenciación, nunca discriminación. Garantizamos que en los procesos de selección la igualdad es real», concluye.
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