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Inma Cuesta, Elena Ballesteros, Alejo Sauras, Lucía Jiménez y Terele Pávez. / PACO CAMPOS. EFE
Alejo Sauras busca a la chica ideal
CULTURA

Alejo Sauras busca a la chica ideal

BORJA CRESPO

Viernes, 29 de junio 2007, 02:54

La comedia gruesa sigue identificándose con el cine español, mal que les pese a muchos. Películas como 'Café solo o con ellas' contribuyen a que no cambien las tornas. La ópera prima de Alvaro Díaz Lorenzo, también guionista del invento, sigue la estela de hits ibéricos a pequeñas escala como 'El otro lado de la cama' y 'Días de fútbol', títulos que recaudaron en taquilla muy por encima de la media autóctona.

La fórmula consiste en explotar la guerra de sexos, el enredo entre parejas y demás zarandajas más vistas que el tebeo, lo que no quita que la cosa funcione entre el gran público. En el caso que nos ocupa, se ha añadido una dosis descontrolada de escatología que no suele fallar a la hora de entretener a la masa.

Cuatro amigos cercanos a la treintena solo piensan en lo único: las chicas. Javi (Asier Etxeandia), Hugo (Diego Paris), Dani (Javier Godino) y Pedro (Alejo Sauras) hablan de sus líos de faldas mientras juegan al baloncesto -muy a la americana- y hasta se comen perritos calientes entre canasta y canasta. A pesar del talante repetitivo de sus conversaciones subidas de tono, lo que realmente les preocupa es encontrar su lugar en el mundo. Hallar a la mujer de su vida.

'Café solo o con ellas' puede entenderse como un cruce mutante entre el cine español comercial de última hornada y las comedias juveniles americanas de los 90 (con treintañeros en lugar de adolescentes para estar más acorde a nuestra sociedad). La fusión resultante es un híbrido que no siempre funciona. La cinta bascula entre la cursilería sonrojante que ofrecen algunas escenas románticas y los chistes verdes pasados de rosca que, en más de una ocasión, se pasan con el picante y devienen indigestos.

Díaz Lorenzo firma una película irregular, que se ha nutrido de ideas de aquí y de allá, resultona debido a algunas situaciones puntuales que invitan al espectador a reírse gracias al excelente trabajo de los actores. Destaca especialmente la labor de Diego Paris, todo un descubrimiento. Su química con Terele Pávez, la abuela déspota con la cual convive, aporta las mejores situaciones de la película. Alejo Sauras es un gancho seguro y Lucía Jiménez y Elena Ballesteros, la parte femenina del reparto, apenas tienen tiempo para lucir sus encantos.

Instintos primarios

«Floja, pero con un puntito», puede ser la definición de la película en palabras de uno de sus personajes. Si lo que interesa es pasar un rato sin rebanarse la cabeza, 'Café solo ' cumple con el expediente.

Cinematográficamente es mejor pasar página. Ni descubre nada ni lo pretende, pero una historia tan sencilla, que remite a los instintos primarios merece estar rodada con más ganas. Puede que funcione en taquilla, detalle que no vendría mal tal y como va la temporada 'made in Spain'.

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