Borrar
El propietario del balneario de Almeida llena un vaso de la fuente de donde fluye agua de uno de los manantiales. / TICO LUCA
Los manantiales de Almeida de Sayago atraen a unos dos mil quinientos visitantes cada año
AGUSTÍN HERNÁNDEZ ALCALDE DE ALMEIDA

Los manantiales de Almeida de Sayago atraen a unos dos mil quinientos visitantes cada año

PAZ FERNÁNDEZ P. F.

Domingo, 18 de marzo 2007, 03:03

Unas dos mil quinientas personas acuden cada año al 'El Hervidero de San Vicente', en el municipio zamorano de Almeida de Sayago, una zona donde confluyen dos manantiales cuyas aguas contienen unas propiedades tan especiales que han llegado a considerarse curativas.

Sea leyenda o realidad, lo cierto es que hasta 'El Hervidero' acuden cada día turistas y también habitantes de la zona en busca de agua. El alcalde de Almeida de Sayago, Agustín Hernández, afirma que él mismo acude regularme para llenar varias garrafas de agua, que utiliza tanto para beber como para cocinar.

Hay quien asegura que las propiedades de este agua son beneficiosas para el tratamiento de problemas de piel, como el acné juvenil, o incluso para curar heridas. «Están comprobados sus beneficios para tratar problemas de estómago, pero donde ha resultado más eficaz es en los problemas de la piel», explica Hernández.

Uno de los dos manantiales es denominado popularmente como 'el de abajo'. Está situado en una zona pantanosa, entre juncos y espadañas, una circunstancia que en un principio dificultó el acceso hasta él. Actualmente, una obra de recuperación del manantial, mediante un pequeño depósito con caño facilita la toma de agua.

El resultado es una pequeña pila de agua que es utilizada por los 630 habitantes de Almeida y por los numerosos visitantes tanto para el baño como para la recogida de agua con destino a los domicilio.

El propósito del alcalde de la localidad es que la zona sea declarada de interés turístico provincial, un proyecto en el que está trabajando el Ayuntamiento, que proyecta la adecuación del lugar para convertirlo en una zona de recreo.

Economía local

Almeida de Sayago es famosa en numerosos puntos del territorio nacional por sus manantiales, un atractivo que contribuye a la economía de la localidad, ya que, como explica Agustín Hernández, «todos los que vienen terminan paseando por el pueblo, comiendo o tomándose un café, y eso siempre es positivo».

A apenas cien metros del primer surtidor de agua se encuentra otro de los puntos atrayentes y llenos de historia de Almeida de Sayago, un dolmen céltico, que en estos momentos se encuentra en el terreno de una finca particular, aunque se están realizando las gestiones oportunas para que también pase a ser patrimonio del municipio.

Un poco más arriba se encuentra el segundo manantial, que es explotado actualmente por un balneario, que también recibe la visita de numerosos turistas. Allí se pueden realizar muchos tipos de tratamientos ligados a las propiedades curativas que se atribuyen a las aguas. Masajes, tratamientos faciales, corporales y termales son algunos de los servicios.

Son varios los pueblos de la comarca de Sayago en los que las fuentes conservan nombres como Fuente Santa o Fuente Sagrada, pero el caso de Almeida de Sayago, es especial. Se trata de aguas sulfurosas y termales, que algunos consideraron sagradas por los testimonios de prodigios ante determinadas enfermedades.

Según los estudios, las aguas de estos manantiales son potables, con olor a huevos podridos a causa del azufre, que se pierde por la volatización, por lo que a las 48 horas de estar en los envases pierde el hedor original. Algunos expertos también han manifestado que este agua tienen numerosos fines terapéuticos, gracias principalmente al azufre, que puede ser absorbido por todas las vías del cuerpo, atravesar la piel e incorporarse al organismo.

Una de sus principales aplicaciones es para enfermedades de la piel, que se centra en el tratamiento del acné juvenil, sabañones y todo tipo de heridas.

También se utiliza en problemas de riñón, ya que gracias a su gran concentración de sulfuros se convierte en un extraordinario diurético, y para enfermedades relacionadas con el hígado y la vesícula biliar, ya que su ingesta impediría la formación de toda clase de concreciones biliares, así como para las afecciones digestivas. También se considera beneficiosa en las afecciones odontológicas por su acción oxido-reductora, enfermedades reumáticas y para afecciones en las vías respiratorias ya que, al parecer, facilita la recuperación en procesos inflamatorios crónicos como la faringitis o sinusitis.

Origen

El carácter sagrado que se atribuye a estas aguas viene desde muy antiguo y se basa en la existencia del dolmen celta en las proximidades del manantial 'de abajo'. Fue descubierto por el Padre Morán, fraile agustino de Salamanca, quien en 1935, lo excavó describiéndolo como «corredor, en forma de caja la galería, y con la cámara al fondo».

El material encontrado fue cuchillo de sílex, hoja de puñal de cobre, prisma hexagonal de cuarzo, escudilla de barro, hacha de piedra, restos de vaso con decoración incisa y dos cuentas de piedra de color verdoso. Los estudios ven clara la relación de este dolmen con las aguas sulfurosas, por situarse a unos cincuenta metros del manantial y con su entrada orientada a éste.

Las primeras referencias escritas conocidas sobre 'Los Hervideros de San Vicente' son de principios del siglo XVIII, a través de Fray Francisco de Santa Catalina, monje jerónimo regente de la famosa botica del Monasterio de Zamora, que comentaba en sus relatos el gran valor medicinal de estas aguas sulfurosas.

El texto escrito por el monje recoge frases como «las aguas salen por entre dos peñas, pero la que contiene la taza de la fuente se mueve con violencia de rato en rato, como un puchero que está hirviendo, y por eso sin duda le llamaron el Hervidero».

Las propiedades de estos manantiales han sido recogidos en textos de múltiples escritores. Uno de ellos es Juan Antonio Panero, en su obra 'Sayago: costumbres, creencias y tradiciones' (2000), donde señala que esta agua «las conocían los celtas y las utilizaron con fines terapéuticos y también purificadores de su espíritu y el de sus animales».

Se sabe que antes de construirse el balneario, los visitantes acudían a las proximidades del manantial, donde había un gran charco en el que se acumulaban las aguas. Lo hacían el día de San Juan, el 24 de junio, coincidiendo con el solsticio de verano y siempre antes de la salida del sol. Aquí se bañaban personas y animales juntos, pensando que así «eliminarían las impurezas del alma y del cuerpo».El alcalde de Almeida de Sayago es uno de los principales valedores del agua de los manantiales de 'El Hervidero de San Vicente'. Agustín Hernández afirma que de vez en cuando acude al manantial en busca de garrafas de agua para beber y cocinar. Como alcalde, una de sus principales preocupaciones es que Almeida continúe siendo un reclamo para los visitantes y la zona se consolide en un punto de interés turístico.

-¿Se han planteado mejorar la situación y el acondicionamiento del manantial público?

-Estamos en contacto con el patronato de cultura para ver cómo podemos ampliar la zona. Actualmente hemos hecho un camino para que el acceso sea más fácil, pero nos gustaría ampliar la pila de la que se recoge el agua.

-¿El Ayuntamiento proyecta la construcción de piscinas naturales?

-Es muy difícil crear algo así. Nuestro objetivo es hacer una especie de zona de recreo donde los turistas y la gente de la zona puedan pasar el día.

-¿Ha comprobado los efectos curativos de estas aguas?

-Hay muchos estudios que prueban su eficacia. Donde más éxito tiene es en los problemas de piel, al curar heridas, y de estómago.

-¿Tienen ofertas de empresas para la explotación de ese terreno?

-Hace tiempo se ofreció una empresa. Pero ya existe el balneario y tiene una zona de seguridad alrededor que no permite otras explotaciones. De todos modos, está bien que sea público y que todo el mundo pueda beneficiarse de este manantial.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla Los manantiales de Almeida de Sayago atraen a unos dos mil quinientos visitantes cada año