T. L.
Domingo, 11 de marzo 2007, 02:35
El 13 de octubre de 1932 el Gobierno de Alcalá Zamora decretó la disolución de la Compañía de Jesús y la incautación de sus bienes. Para el Colegio San José comienza entonces la que fue la época más azarosa de su historia, pero también una de las más ricas en experiencias personales y académicas. En un primer momento, los jesuitas crearon seis academias y pisos de Valladolid y cobijaron a los alumnos cántabros en el Hotel Suiza de Santander, pero en 1932, y de la mano del rector, Antonio Encinas, y del pedagogo Antonio Fernández Cid, alquilaron un balneario en Entre Os Ríos para seguir impartiendo su formación en Portugal.
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En octubre de ese mismo año se mudaron a Curia, situado al norte de Coimbra, y lo que comenzó como el exilio de unas decenas de jóvenes y jesuitas vallisoletanos, acabó convirtiéndose en uno de los principales centros educativos de referencia de la Compañía de Jesús en el que, en el curso 1935-1936, cursaron sus estudios cerca de ochocientos alumnos procedentes de varios colegios de la península, Canarias, Baleares, Portugal e Hispanoamérica.
Las aulas y los dormitorios se repartieron por la decena larga de hoteles de este enclave turístico portugués, el Palace, el Grand Hotel, el Boavista o el Hotel del Parque (residencia de la comunidad jesuita), entre ellos, aunque los verdaderos sustitutos de las sobrias aulas castellanas fueron la naturaleza y el aire libre.
El 'espíritu' de la etapa portuguesa continúa vivo en el más de un centenar de octogenarios que integran la Asociación de Antiguos Alumnos de Curia, presidida por Juan Lamanie de Clairac (Valladolid, 1919), para quien en Portugal se implantó un sistema pedagógico moderno en el que convivieron una libertad bien administrada y un inteligente cultivo espiritual.
«Desapareció el silencio y las filas, más que nada porque siempre estábamos al aire libre, y, aunque se cultivaba el espíritu con seriedad, también se fomentaban los deportes», explica entusiasmado el sacerdote, que recuerda con especial cariño la organización de los Exploradores, reforma de la fundada por Baden Powel.
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Aunque los estudiantes volvían a España para examinarse por libre del bachillerato en Zamora, Ciudad Rodrigo, Pontevedra o Peñaranda de Bracamonte, el retorno definitivo no se produjo hasta junio de 1936.
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