«He podido presentarme con otros partidos, pero prefiero ir con el mío»

Polémica donde las haya, la ex alcaldesa de Velilla del Río Carrión, Josefina Fraile, vuelve a presentarse a las elecciones municipales del 27 de mayo después de uno de los mandatos más convulsos que ha vivido la localidad y con una fe ciega en que ganará a sus oponentes.

-Ha sido la alcaldesa y ex alcaldesa más polémica. La única desbancada con una moción de censura apoyada por todos los grupos e incluso por concejales del suyo, y ahora vuelve a presentarse. ¿Es una decisión política o el intento de sacarse una espina clavada?

-Es una cuestión de coherencia personal y política. Los vecinos nos dieron el gobierno del municipio y nos lo quitaron seis oportunistas de forma injustificada cuando más daño se hacía al pueblo. Es justo darle al ciudadano la oportunidad de que pueda expresar su contento o su descontento con nuestro trabajo. Y a este respecto hay que admitir que nunca en Velilla se había hecho tanto en tan poco tiempo. De hecho, tras la moción de censura, el desarrollo socioeconómico y cultural del municipio quedó paralizado. Por otro lado, es falso que concejales de Cives apoyaran la moción de censura. Solo la apoyó la edil tránsfuga a cambio de la Alcaldía. Es la historia de Judas y las treinta monedas.

-Después de las innumerables polémicas que se han vivido en el Ayuntamiento en estos cuatro años, ¿se puede convencer a los vecinos de que su opción política es la mejor para dirigir el Ayuntamiento?

-Los vecinos piensan y valoran los hechos. Valoran la capacidad de trabajo, valoran que somos los únicos que tenemos experiencia de gobierno y buenas relaciones institucionales; valoran nuestro compromiso con los mayores, discapacitados, mujeres y jóvenes, poniendo en marcha proyectos de generación de empleo; valoran nuestra valentía para resolver problemas urbanísticos de décadas y nuestra coherencia y ética. Podríamos habernos pasado a otro partido para eliminar un frente y no lo hemos hecho.

-¿Cuál es la reflexión que un político debe plantearse cuando tiene a todos los grupos en contra, como ha sido su caso?

-La reflexión la marcan las urnas. Y la voluntad popular le dio el gobierno a Cives, por lo tanto aquí no se ha respetado la voluntad popular. Si tan malos éramos, lo suyo era habernos dejado llegar al final del mandato. Los vecinos habrían votado en contra y se acabó el tema. Si la Diputación no dependiera de un solo diputado, dudo que el PP y el PSOE se hubieran embarrado hasta este punto en Velilla, permitiendo una moción que estancó por completo al municipio.

-Juicios, concejales que dimiten a mitad del mandato, derribo de las escuelas viejas, subvenciones perdidas, proyectos paralizados, un hotel que nadie quiere... ¿Qué parte de responsabilidad se aplica usted de esta situación y qué otra endosa a los demás?

-Todos sabemos que las transiciones políticas son difíciles. En Velilla, tras veinte años de gobierno con el mismo regidor, se votó un cambio que se ha visto marcado por una pugna de intereses. Dimisiones ha habido en total cinco: dos de Cives, dos del PP y una del PSOE. Y tránsfugas, dos, uno de Cives y uno del PSOE. Entiendo que es más honrado dimitir. Los juicios los está ganando Cives, por algo será. En cuanto a los derribos y las paralizaciones de obras, no forman parte de nuestra filosofía. Las subvenciones perdidas, tampoco. Haber perdido cerca de un millón de euros en obras y empleos es peor que incompetencia, es simplemente obsceno.

-¿Qué cree que piensan los vecinos de todo el embrollo que ha vivido este ayuntamiento? ¿Se puede confiar en sus políticos locales después de este agitado cuatrienio?

-En Velilla se es consciente de que hemos sido objeto y víctimas de intereses partidistas y los vecinos no están contentos con lo sucedido. Repito que los vecinos preferían que nos hubieran dejado gobernar. En todo caso, se sigue valorando y respetando la labor de Cives, que en vez de tirar la toalla de vuelta a la oposición ha seguido defendiendo con fondos propios los intereses de todos.

-Usted que pregonó el rigor, la transparencia y la honradez empezó el mandato poniéndose un sueldo de 36.000 euros y ahí empezaron sus males políticos. ¿De verdad es un salario para un ayuntamiento como el de Velilla? ¿Es también una cantidad coherente con su forma de pensar de que la alcaldía es un servicio público?

-Los males políticos no empezaron con mi sueldo, sino con la manipulación de mi sueldo por terceros. Yo quise un salario de 2.300 euros netos, renunciando a dietas de comida y kilometraje para impedir que mis salidas en busca de oportunidades para Velilla se interpretasen como un forma de ganar más dinero. Los vecinos habrían preferido una paga un poco más baja y que cobrase el resto aparte. Pero resulta que las cifras se dan la mano. He hecho unos 20.000 kilómetros al año, más las dietas de comida, multas, seguros de coche, accidentes y arreglos. Mis ingresos netos habrían sido de 1.700 euros. Pero esa no es la lógica, la lógica es que el actual equipo de gobierno que tanto criticó mi salario le ha salido mucho más caro a Velilla. Y que mientras nosotros aportamos beneficios por más de 480 millones, ellos han aportado pérdidas que rondan el millón de euros.

-¿Con todo lo que ha pasado en el Ayuntamiento le resultará difícil que vuelvan a creer en usted y le voten?

-Dice un refrán que solo se tira piedras al árbol que tiene frutos. En Velilla se sabe que no me han dejado hacer, que tengo capacidad para trabajar, para aprender y para rectificar, que soy reivindicativa, de forma que consigo respeto y que tengo fortaleza ante las dificultades. Un ciudadano puede o no discrepar con un político, pero cree en alguien que además de ofrecer hechos, cumple su palabra con dignidad.

-¿Tiene ya la candidatura o tendrá dificultades para completarla?

-Tenemos la candidatura finalizada. Lo sucedido en estos cuatro años ha sido un revulsivo para personas con conciencia social y jóvenes, que se nos han ofrecido para llevar a cabo el programa que ya habíamos comenzado.