Medina Sidonia, inmaculado blanco gaditano entre la sierra y el mar

Está enclavado al sur de la ruta de los pueblos blancos y es famoso por acoger en su término numerosas ganaderías de toros bravos. Además, es considerado como uno de los núcleos urbanos más antiguos de la provincia de Cádiz, con más de 3.000 años de historia. Aunque la zona permaneció poblada desde el Paleolítico, como bien demuestran los restos encontrados en la comarca, su fundación se establece en época fenicia.

Más tarde llegarían romanos, bizantinos y visigodos, pueblos que mejoraron el nivel urbanístico de la zona y dejaron huellas que aún se conservan. Durante el período musulmán adquirió gran esplendor, construyéndose diferentes recintos amurallados. Dicha civilización dominó hasta el año 1.264, cuando Alfonso X el Sabio y sus tropas conquistaron la comarca.

Declarado Conjunto Histórico, es reflejo del rico pasado que dejó numerosos ejemplos arquitectónicos que hoy en día decoran sus calles y rincones. Caminar entre sus callejuelas y plazoletas es adentrarse en un sueño blanco donde tan solo el verdor de las macetas rompe con el monopolio de la cal, presente en todas y cada una de las fachadas.

En el centro de la villa aparece la Plaza de España, un espacio amplio donde los vecinos se reúnen y los niños juegan. Escoltada por casas blancas y rodeada por cuidados árboles, los bares y restaurantes que allí se sitúan extienden sus terrazas para regocijo de los turistas que pueden disfrutar de la exquisita gastronomía local. Todo ello bajo la omnipresente mirada del Ayuntamiento, edificio del siglo XVII y estilo barroco cuya fachada se encuentra coronada por el escudo en piedra de la ciudad y un reloj de campana.

La imponente Iglesia de Santa María, declarada Bien de Interés Cultural y levantada entre los siglos XVI y XVII en estilo gótico, se alza en el barrio homónimo, en la zona más elevada del casco urbano. En el trayecto hasta ella se interpone el robusto recinto amurallado de la villa que data de la Edad Media islámica. Aún se conservan muros, torres y puertas, entre las que destaca la Puerta de Belén. Muy cerca de esta se levantan las Caballerizas del Duque, desde el siglo XVI.

Sus murallas, junto con la Villa Vieja y el Castillo, formaban un complejo defensivo casi inexpugnable. Actualmente se puede subir hasta las ruinas del castillo y disfrutar de las hermosas vistas panorámicas que regala el enclave.

Otros reclamos turísticos de interés son: la Casa de los Enrile, del siglo XVIII; el Mercado de Abastos, del XIX; el Arco de la Pastora, las cloacas romanas, el puente romano y edificios religiosos como la Ermita de Santa Ana y la Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria. Para conocer en profundidad el pueblo y sus gentes es recomendable visitar el Museo Etnográfico, donde se pone en valor los oficios, modos de vida, tradiciones y costumbres de la localidad.

La gastronomía en Medina Sidonia está muy vinculada al paisaje y al crisol de civilizaciones que dejaron su huella en las formas de hacer y de entender el arte culinario. Tradición y buen producto son la simbiosis perfecta para los paladares más exigentes. Entre sus recetas se encuentran guisos con carnes y productos del monte como vacuno de retinto, venado, perdiz, setas o espárragos; además de otros llegados del mar, entre los que destacan pescados y mariscos frescos como el atún rojo de almadraba.

La villa huele a obradores de panadería y repostería. Posee una delicia en forma de dulce con Denominación de Origen propia, el Alfajor de Medina. Producto de origen árabe elaborado a partir de técnicas tradicionales a base de miel, almendras, avellanas, harina, pan rallado y especias.