La Laguna de las Lomas vista desde el comienzo de la subida al Pico de las Lomas; al fondo, el Espigüete. J. A. P.

Al Pico de las Lomas, una ruta de altura en la Montaña Palentina

El recorrido circular, de algo menos de 16 kilómetros, incluye un precioso cresteo por encima de los 2.400 metros de altitud

J. A. Pardal

Palencia

Jueves, 1 de julio 2021

La Montaña Palentina es todo un parque de atracciones para los amantes de la naturaleza. No solo por su amplia extensión o su buena gastronomía, sino también por el fácil acceso que permite a deportistas de todos los niveles que, con no excesivo ... esfuerzo, pueden asomarse a impactantes paisajes desde una privilegiada atalaya o a la contemplación de auténticos gigantes como el característico Espigüete.

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La ruta que os recomendamos hoy nace a los pies de este portento de roca caliza, en la localidad de Cardaño de Arriba, situada a 130 kilómetros de Palencia o a menos de doscientos de Santander, por poner algunos ejemplos.

Los datos de la ascensión al Pico de las Lomas

  • Dónde: Cardaño de Arriba (Palencia)

  • Distancia total: 15,6 kilómetros

  • Desnivel positivo: 1.114 metros

  • Dificultad: Media-alta

  • Tiempo estimado: Entre cinco y seis horas

El coche se puede dejar en el parking situado en el pueblo ya que en el propio aparcamiento nace el camino que asciende a la Laguna y el Pico de las Lomas; no tiene pérdida.

El recorrido que proponemos, de dificultad media-alta, abarca un total de 15,7 kilómetros en los que se logra un desnivel positivo de 1.114 metros.

Los primeros dos tercios de la ruta constituyen una subida sin descanso. Primero, desde el cartel del parking que ofrece una amplia información de la Senda del Pozo de las Lomas; después, compartiendo camino con el arroyo de las Lomas, que llevaremos de forma continua a nuestra derecha hasta que lo sorteemos, ayudados de un puente rústico, poco antes del kilómetro 4 del recorrido.

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Justo en este punto comienza el verdadero esfuerzo ya que abandonamos la amable y ancha pista inicial para zigzaguear buscando los 1.850 metros de altitud. Lo haremos en un duro kilómetro en el que ganaremos 250 metros positivos en pocos pasos.

Tras ese calentón, encaramos ya el sendero que nos lleva directos al Pozo de las Lomas, un lago de origen glacial que se mantiene congelado durante buena parte del año. No en vano, pasa sus días a unos 2.080 metros de altitud.

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Duro ascenso y espectacular cresteo por encima de 2.400 metros

Conseguido el primer hito del camino, toca coger aire. No solo para salvar los 400 metros de desnivel que nos separan de un Pico de las Lomas que manda sobre el lago con el que comparte apellido. Necesitaremos ese hálito extra para suspirar alucinados por las magníficas vista que ofrece la subida. Podemos observar con solo un giro de cabeza las Agujas de Cardaño (a unos cientos de metros de nuestra posición), los Picos de Europa (de los que podemos disfrutar una vista global difícilmente igualable) o el lejano Macizo de Ubiña.

Los Picos de Europa, vistos desde la subida al Pico Lomas. J. A. P.

El Espigüete, al que le hemos dado la espalda durante toda la ruta, emerge también triunfante ante nuestros ojos, que, conseguida la cima, disfrutan de una vista de 360 grados del increíble entorno que nos rodea.

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Estamos a 2.440 metros de altitud, pero aún no hemos alcanzado el punto más alto de nuestro paseo. Coronado el Pico de las Lomas, empezamos a crestear. Primero, camino del Pico Cuartas (2.451 metros); después, en busca del Pico de las Guadañas (2.248), donde casi daremos por terminada la parte más aérea de la ruta, ya con más de diez kilómetros en las piernas.

Llegamos hasta el Frontino con algo de desnivel perdido (2.197) y atacamos un fuerte descenso en el que terminaremos con prácticamente toda la altitud ganada en los 7,5 kilómetros que recorrimos hasta hollar el Pico de las Lomas.

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De vuelta al coche

La fatiga es grande ya porque la ruta es exigente. Entraña un pequeño nivel de peligro en la ascensión al Pico de las Lomas y entrecorta la respiración mientras se encadenan las tres primeras cumbres del recorrido.

No obstante, nunca estamos excesivamente expuestos ni da la sensación de que cada paso sea un peligro. Es escarpada, pero en su justa medida.

Volvemos a centrarnos en el camino, con la naturaleza cada vez tornándose más verde a medida que nuestros pasos convergen con el cauce del arroyo Hontanillos. Al llegar a su altura cumpliremos los 14 kilómetros de marcha y poco más adelante volveremos a encontrarnos con el arroyo Lomas; sí, aquel que dejamos atrás hace algunas horas.

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Es momento de empezar a pensar en lo vivido, cuando la pista vuelve a tornarse amable y deshacemos nuestros pasos iniciales hasta regresar al coche.

Cuidado con el calor

Una recomendación: la ruta no ofrece ninguna sombra bajo la que cobijarse, así que el sol puede hacer mucho daño. Es conveniente utilizar crema solar y una gorra que nos tape la cabeza. Hay que pensarse mucho si transitar estos caminos en días de calor excesivo.

No obstante, la gran altitud que se alcanza durante buena parte del recorrido (que forma parte del Ultra de la Montaña Palentina que se corre en septiembre) hace que se pueda tener cierta sensación de frío durante algunos momentos. Así como es recomendable protección contra el sol, nunca sobra en la mochila un cortavientos para momentos puntuales de tiempo fresco. Todo ello, como siempre, en compañía de la manta térmica, complemento inseparable de cualquier montañero al igual que el teléfono móvil, que siempre ha de estar repleto de batería.

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