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Cerrado por falta de personal
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SEGOVIA

Cerrado por falta de personal

Los tres hermanos Franciscanos que quedan en Segovia cierran la casa de la calle Judería donde la orden ha permanecido desde 1899

M. A. L.

Sábado, 24 de junio 2006, 02:00

Siglos atrás fueron una congregación poderosa en Segovia. El antiguo convento de la calle de San Francisco, hoy sede de la Academia de Artillería, atestigua el esplendor de sus mejores años con su amplia y rica fábrica. Pero de allí salieron los monjes en 1883 con la desamortización de Mendizábal y ningún fraile de la orden Franciscana volvió a la ciudad hasta 1899, cuando les reclamó el obispo José Ramón Quesada. El 10 de mayo de aquel año, cinco franciscanos llegaron a Segovia y en 1902 ocuparon la casa que compró el Obispado en la Judería, donde han permanecido 107 años.

El próximo 2 de julio, los tres frailes franciscanos que quedan en el convento celebrarán la última misa en su iglesia y luego la cerrarán al culto. Unos días después, cada uno de ellos partirá hacia un destino distinto para hacer lo mismo que en Segovia, una «labor humilde y centrada en el culto, en el confesionario, la predicación dentro y fuera de la ciudad y la asistencia a religiosas, principalmente las franciscanas de la ciudad y de la provincia», como ha destacado el Obispado.

En los últimos tres años solo ha habido cuatro religiosos en la casa de los franciscanos y ahora hay tres; dos de ellos llevan tres años en Segovia y otro, el padre guardián, seis. Irán destinados a Toledo, Ávila y Guadalajara, ciudades incluidas en la Provincia Centro de la orden franciscana (que la propia orden denomina de San Gregorio o Castellana), de la que forman parte Castilla y León, Castilla La Mancha y Madrid, aunque en nuestra región tiene fundaciones en Segovia, Ávila y Arenas de San Pedro y, a partir de julio, tendrá solo las dos últimas.

La decisión de cerrar el convento de Segovia la ha tomado el capítulo provincial de los franciscanos, que se reúne cada tres años, por la «escasez de vocaciones y el progresivo envejecimiento de las órdenes religiosas», según puntualiza el Obispado de Segovia al comunicar el cierre que, en palabras del canciller de la diócesis, Alfonso Frechel, «ha sido algo sorprendente». También ha sido una sorpresa para los responsables diocesanos conocer que la casa que han ocupado los franciscanos algo más de un siglo vuelve ahora a su dominio y que tendrán que pensar qué hacer con ella. El obispo actual, Luis Gutiérrez, presidirá mañana, a las seis de la tarde, la Eucaristía de despedida de la congregación y los tres frailes que la componen oficiarán su última misa para los fieles el 2 de julio.

Circunstancias

Con la humildad que caracteriza a la orden franciscana, el padre más antiguo del convento no da su nombre para comentar que su salida «viene impuesta por las circunstancias», que no son otras que la falta de vocaciones y el fallecimiento en los últimos seis años de once frailes en los distintos conventos de la Provincia Castellana, «mientras que en este tiempo han cantado misa solo dos». Él, que lleva seis años en Segovia y ha pasado otros seis en Guadalajara y, antes, otros 24 en Alcázar de San Juan, declara como súbdito de la orden que «los frailes estamos muy pocos años en cada comunidad y sabemos que cada tres años, cuando se reúne el capítulo provincial, podemos cambiar de destino para servir en otro sitio».

La obediencia y el espíritu de sacrificio no eliminan, sin embargo, «la gran pena nuestra y de las religiosas por tener que marcharnos». Ni tampoco el desconcierto y «hasta el enfado» de los fieles que acuden a diario a la iglesia, situado en el corazón del casco viejo. Y no es extraño porque muchas son personas mayores que viven en el casco histórico de Segovia y el resto vienen de los pueblos para confesarse.

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