Gaspar Bravo de Sobremonte

GASPAR BRAVO RAMÍREZ, más co-nocido como Gaspar Bravo de Sobremonte, nació en torno a 1606 en una familia de la pequeña nobleza del valle de Valderrebible, en las montañas entre Burgos y Cantabria y en la aldea de San Cristóbal del Monte, o de Sobremonte, de donde tomó lo 'de Sobremonte' que quedó definitivamente ligado a su memoria.

Tras unos primeros estudios en Aguilar de Campoo, llegó a la Universidad de Valladolid, donde se graduó de Bachiller en Artes; poco después obtuvo una beca en el Colegio Médico de San Rafael, por oposición, en 1626, y en dicha institución, fundada por el doctor Miguel Polanco, médico de su majestad, para el perfeccionamiento de los alumnos de la Facultad de Medicina de Valladolid en la filosofía de Aristóteles y en la doctrina de Hipócrates, paso cuatro años, hasta graduarse de bachiller en medicina el 25 de marzo de 1630.

Vicerrector, rector y elector de dicho Colegio, obtuvo grado de licenciado en Medicina en 1637, y de doctor, el 19 de julio de dicho año. Entre 1632 y 1658, fue catedrático de Filosofía, Cirugía, Método, Vísperas, Prima de Hipócrates y Prima de Avicena, tras lo cual pasó a Madrid nombrado médico de Cámara del rey Felipe IV, cargo que continuó con Carlos II, en cuya autopsia tomó parte.

Miembro de la tendencia hipocratista que desde el siglo XVI se había desarrollado en Valladolid, concedió gran interés a los casos clínicos propios, estudiándolos con el apoyo de una nutrida y bien actualizada biblioteca que debió contar con varios miles de volúmenes, por cuanto en 1649, al casarse con Ana María de Argos Aramburu, vecina de San Sebastián, estaba ya constituida por casi mil libros.

Autor de una obra abundante, editada en Valladolid, Lyon y Colonia, repasó todos los problemas y conceptos, hallazgos y dudas de la medicina europea de su tiempo. Su primera obra impresa se llamó 'Resolutiones medicae circa universam totius philosophicae doctrinae', Valladolid 1649; la última, en cinco volúmenes, 'Opera Medicinalia, impresa en Lyon de Francia entre 1654 y 1684.

Son centenares, miles, de páginas en las que discute cuantas cuestiones fueron motivo de polémica en los años centrales del XVII, acogiendo el concepto de fisiología, y otros como el de 'perspiratio insensibilis' con Sanctorio y Sennertus o el de 'fermentatio'. Se interesó por la criptorquidia -testículos ocultos- y el eunucoidismo, sin duda influido por la infertilidad de Carlos II, 'el Hechizado', versó sobre cirugía plástica, elaboró un estudio sobre Madrid que debe ser considerado la primera topografía médica española al estilo de Sydenham, defendió el empleo de la quina contra las fiebres y la utilización de los remedios químicos, etcétera; además defendió la teoría de la circulación de la sangre contra todos sus adversarios.

Es difícil saber en qué momento conoció la teoría de Harvey y desde qué año comenzó a batallar en favor del médico inglés, pero sí podemos conocer el motivo que le llevó a ello: rebatir, de una vez por todas, las dudas que sobre la doctrina dicha de la circulación seguían vertiéndose desde la Universidad de Valencia y por su catedrático de Anatomía, Matías García. En alguna medida, es un desafío entre García, valenciano -García Valentino- y Bravo, vallisoletano -'vallisoletano, seguidor de la doctrina de Harvey'-; quizás algo más: un enfrentamiento entre dos formas de entender la misma medicina, la vallisoletana y la valenciana.

La fama alcanzada por Bravo fue extraordinaria, basten las palabras de su contrincante, Matías García: «Permanecí durante largo tiempo admirado e irresoluto, sobre todo porque Bravo de Sobremonte, el más célebre de los médicos de nuestro tiempo, defendía esta doctrina en sus obras».

El catedrático vallisoletano, el 'médico más celebre de su tiempo', falleció en Madrid en 1683. Su obra -culpa del latín- está pendiente de estudio.