«Ni era ni soy consumidora de programas del corazón»

Cristina Saavedra celebra este sábado las 500 emisiones de 'Ahora'. El magacín de Antena 3, que inició su andadura en julio de 2000 como una de las novedades veraniegas de la cadena privada, ha logrado en este tiempo hacerse un hueco en la parrilla con sus reportajes de crónica social. 'Ahora' no sólo fue el debut de Cristina Saavedra, sino también la primera aparición en el circuito nacional de esta periodista gallega que llegó a Madrid avalada por los informativos de la televisión gallega.

-¿Pensaba llegar a las 500 emisiones?

-No. El programa empezó como un producto de temporada, no estaba previsto que ocurriera esto, pero los resultados nos han acompañado en todo este tiempo, tenemos un público fiel, y hemos ido evolucionando para que el público no se cansara de nosotros.

-En sus orígenes se ocupaba de los sucesos, las noticias del corazón y hechos curiosos y anecdóticos, pero pronto tiró hacia lo rosa.

-Como las personas, el espacio ha ido madurando, ya no es tan gamberro, su enfoque es más serio, aunque todavía queda un resquicio de aquella ironía. Además, nuestros seguidores también han crecido.

-Imagino que celebrarán este medio millar de programas por todo lo alto.

-Se está trabajando en ello, pero no puedo adelantar nada. El problema es que los redactores no tienen tiempo porque llevamos unos meses.... Cada sábado salta la noticia cuando salimos al aire. Hay mucho estrés porque esas noticias de última hora dan al traste con la escaleta.

-En lo que llevamos de año, el espacio registra una media cercana a los dos millones de espectadores -1.933.000- y una cuota de pantalla del 18%.

-Son muchos miles. Gracias a ellos seguimos aquí. Ahora somos más para repartir el pastel, por lo que la proporción que nos toca es menor.

-¿Le preocupa dejar de salir en pantalla?

-No tengo alma de estrella. Soy discreta y con pocas ambiciones. Mi recorrido es un camino a largo plazo, al menos esa es mi intención.

-Pero usted forma parte de un medio muy competitivo.

-Sí. La verdad es que he tenido mucha suerte. No sé qué pasará, vivo el presente.

-¿Como lleva ser el rostro de uno de los espacios dedicados a la crónica rosa, productos que no están muy buen vistos? En algunos eventos, se prohíbe entrar a reporteros de determinados programas.

-Por todo lo que ha ocurrido en los últimos meses, más que crónicas rosas son crónicas de tribunales. He aprendido mucho de leyes y procedimientos judiciales. Lo dice por los de 'Aquí hay tomate', pero ellos son los primeros que lo reconocen, y eso les honra. No nos engañemos, si sigue ahí es porque detrás tiene muchos seguidores. Hay mucha hipocresía porque todos dicen que no los ven y luego los resultados dicen todo lo contrario. De todas formas, todos no estamos en el mismo barco.

-Se la ve como pez en el agua en 'Ahora'.

-Pues la verdad es que doy paso a noticias que no tienen mucho que ver conmigo. Tengo un poco de actriz cuando me pongo delante de la cámara porque, a veces, aunque no me apetezca, pongo la sonrisa para dar algunas informaciones. Siempre tengo un guión delante y la primera lección que aprendí es que esto es un equipo y hay que respetar el trabajo de todos. Minutos antes de empezar el programa siento un cosquilleo que en ocasiones son taquicardias. Puede que se me vea muy tranquila, pero lo que siento dentro solo lo se yo.

-¿Fantasea con la idea de un cambio?

-Un cambio siempre apetece, y más a un culo inquieto como yo. Ha sido toda una sorpresa llegar hasta el programa 500 y hacerlo motivada porque, como el espacio no se ha estancado, he tenido que readaptarme. Vivo el presente aunque abierta a los cambios.

-Usted venía de los informativos.

-Sí, al principio me sentí un poco incómoda porque era otro mundo. Ni era ni soy consumidora de este tipo de programas. Cuando no me ha gustado alguna cosa, lo he dicho, pero no es mi responsabilidad, sino la del director. No tengo voz en los contenidos, pero, si surge, doy mi punto de vista. Ni pincho ni corto, pero sí echo un poco de pimienta. Además, no soy una gran conocedora del mundo del corazón.