San Ildefonso, patrón

Hubo de todo. Gaita, tamboril, misa, aperitivo y corta de troncos. Tampoco falló el sol, circunstancia que contribuyó a la notable asistencia de un público que suele aprovechar el día festivo para realizar sus compras en otras localidades.

El municipio de San Ildefonso celebró ayer la festividad de uno de sus dos patrones, San Ildefonso, porque el otro es San Luis. Pero el 23 de enero es especial. Después de unos años un tanto olvidada, la fiesta se ha recuperado y los vecinos participan de ella. A San lldefonso la localidad le debe el nombre y también buena parte de lo que hoy en día es.

Los fieles acudieron en gran número a la misa que se ofició por la mañana en la histórica ermita de San Ildefonso -ubicada en el interior de los jardines del Palacio Real- y degustaron después un suculento aperitivo popular que el Ayuntamiento ofreció a los vecinos en la plaza de los Dolores de La Granja.

La fiesta de San Ildefonso se remonta a los orígenes del municipio. Según el alcalde del Real Sitio, Félix Montes, tiene muchas connotaciones. El rey Enrique IV ordenó construir en el siglo XV una ermita dedicada a San Ildefonso por haberle librado de una muerte segura durante el ataque de un jabalí en una jornada de caza. Años después, la ermita fue cedida por los Reyes Católicos a los monjes del Parral, que fueron los encargados de custodiarla hasta la adquisición por parte de Felipe V de los terrenos donde en el siglo XVIII construyó el palacio. Después de décadas de abandono, la ermita fue rehabilitada en 1993.

Pero la fiesta refleja fundamentalmente la unión de lo cortesano y lo popular, simbiosis muy presente en la realidad granjeña de los últimos siglos. «Se celebra una misa en la ermita, dentro del entorno del Palacio, y después los vecinos bajan al pueblo a degustar un aperitivo», apunta Montes.

Los actos de ayer contaron con disparo de cohetes y pasacalles con dulzaina y tamboril, la misa y el aperitivo, en el que no faltaron el chorizo, los torreznos, la limonada y los bollos con anises que ofrece la Real Hermandad de San Ildefonso. También hubo corta de troncos en homenaje a los gabarreros de La Granja y Valsaín que antaño se ganaban la vida en el monte.

La tradición del bollo viene de lejos. En un principio, el jardinero mayor del palacio lo repartía exclusivamente entre los trabajadores de los jardines; después se bajó a la plaza y se hizo extensivo a todo el público. La Real Hermandad de San Ildefonso también hunde sus raíces en el tiempo, concretamente en el siglo XVIII. En la actualidad organiza actos para el día de San Ildefonso y para la misa de la Pera.

El alcalde valoró la jornada festiva y recordó que se trata de una festividad que se encuentra muy arraigada entre los vecinos del Real Sitio, un lugar que siempre se debate entre la tradición y la modernidad.