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Contaba el escritor Santo Piazzese en una entrevista concedida al periodista Salva Torres que, en los años 90, lo primero que hizo la editorial Gallimard al comenzar su colección de novela negra fue publicar 'Edipo Rey', al considerarla la primera novela negra de la historia. ... Desde Sófocles hasta ahora, el interés del respetable por el crimen, ya sea real o ficticio, no solo no ha decrecido, sino que ha ido en aumento, llegando al paroxismo con la moda del 'true crime': pocas cosas nos atraen tanto como conocer las motivaciones que pueden llevar a alguien a cometer un asesinato en la vida real.
Podría parecer que esa fascinación, por exceso, ha acabado convirtiéndose en hartazgo. Pero no es así. O, al menos, no lo es para todo el mundo: todavía hay quien cree que se le puede dar otra vuelta de tuerca a la cuestión. Y es lo que hace Craig Rosenberg ('The Boys', 'Gen V') en 'Basado en una historia real', cuyos primeros tres episodios, de un total de ocho, están disponibles en Movistar Plus+.
Ava (Kaley Cuoco) y Nathan (Chris Messina) componen un insatisfecho matrimonio de clase media. Ella, embarazada de su primer hijo, se dedica a vender casas y a escapar de una vida aburrida a través de la escucha de podcasts de crímenes; él, un jugador de tenis que añora tiempos mejores, ha ido perdiendo prestigio hasta ser degradado a dar clases a niños en un club deportivo. Ambos sobreviven esperando a que suceda algo que cambie sus vidas, que les saque del pozo del tedio infinito en el que viven y que les proporcione fama y dinero. Y, más que algo, encuentran a alguien: a Matt (Tom Bateman), un fontanero que es, en realidad, un asesino, el destripador del West Side. A partir de ahí, la pareja entiende que la solución más rápida para acabar con sus problemas y conseguir hacer realidad sus deseos es grabar un podcast en el que el mismísimo criminal sea el protagonista. Sí, esa es la vuelta de tuerca. El problema es que, por falta de tono y de control, se pasa de rosca.
Al partir de una premisa tan absurda (nadie en su sano juicio, aunque sea de Los Ángeles, metería conscientemente a un asesino en su vida), la serie necesita un plus de ingenio y creatividad para llegar a buen puerto. Desafortunadamente, ese no es el caso de 'Basado en una historia real', una comedia negra que se queda en tierra de nadie al no ser ni tan divertida ni tan oscura. Por un lado, la comedia brilla no demasiado: puestos a hacer una sátira de los podcasts de 'true crime', Rosenberg podría haber tirado del exceso, del despiporre y de la mala leche que destila 'The Boys'. Por otro, la serie es más gris que negra, ya que ni entra en las motivaciones que conducen a Matt a cometer los crímenes ni examina con suficiente profundidad el conflicto moral y el temor que los protagonistas han de experimentar al trabajar junto a un asesino.
Otro problema añadido es la sombra alargada, alargadísima en este caso, de 'Solo asesinatos en el edificio', una serie deliciosa, autorreferencial y llena de réplicas ingeniosas que no solo encuentra el tono perfecto, sino que, además, desarrolla una fuerte complicidad con el espectador. De todo ello carece 'Basado en una historia real', por lo que la cosa se queda en los mohínes de Kaley Cuoco, el encanto de Chris Messina y en algún que otro momento cómico más o menos conseguido, pero poco más. Es lo que ocurre cuando te pasas de rosca al estirar una idea que hubiera dado para poco más que para un sketch de 'Saturday Night Live'. Probablemente, esto último hubiera funcionado mejor.
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