Aplacada la euforia del sábado de Goyas, Valladolid amaneció como un domingo invernizo de tantos, aunque sin extinguir del todo los rescoldos mediáticos del espectáculo, los selfis en la alfombra roja y los gritos de las protestas del campo frente a la Feria. La ciudad ... despidió ayer definitivamente la 38 edición de los Premios Goya que han coronado a J. A. Bayona.
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No faltaron en la ceremonia guiada por Ana Belén y los Javis alusiones a los vínculos de la ciudad con el cine por boca de actores como el local Fernando Cayo ni por el recuerdo muy presente en la gala de Concha Velasco. Atrás queda este acontecimiento impulsado por el anterior equipo de Gobierno de Óscar Puente con un coste para la ciudad de 7,3 millones de euros. A cambio, el impacto económico y mediático estimado por los valedores de esta iniciativa junto a la Academia rondaría los 60 millones de euros que beneficiarían la proyección de la ciudad como destino turístico. Más allá de la ausencia de informes que cuantifiquen con datos estas expectativas, lo cierto es que los Goya y la programación complementaria que desde diciembre se viene realizando han avivado un viejo proyecto: el Museo del Cine. El pasado 29 de enero el pleno del Ayuntamiento aprobó por unanimidad una moción del Partido Popular en la que solicitaba al Gobierno de España «la ubicación en Valladolid del Museo Nacional del Cine y el Audiovisual». También se le instaba a incluir en la tramitación de la Ley del Cine y la Cultura Audiovisual la ubicación de dicho centro museístico en la ciudad.
La idea del Museo del Cine ha ido apareciendo y diluyéndose periódicamente en la agenda municipal desde que en 1998 el entonces alcalde, Javier León de la Riva, activara la propuesta de constituir un patronato que impulsaría el Museo del Cine en terrenos de la Ciudad de la Comunicación.
Satisfecho por las habitaciones llenas de los hoteles de la capital y la provincia por la afluencia de invitados y operarios de los Premios Goya a lo largo de la semana, pero más aún «por el plus de imagen que nos pone en el mapa de eventos», Francisco Frutos está convencido de que el sector «ha superado la prueba con éxito; los huéspedes han estado encantados». Para el presidente de la Asociación de Hoteles de Valladolid, tanto la capital como la provincia deben aprovechar el tirón de los Goya, cuyo valor hay que medir «en proyección de imagen que nos ha reportado como ciudad de eventos para que vengan muchos más». En esta línea, instó a las instituciones a promocionar Valladolid como «destino de eventos compatible con Madrid, a tan solo cincuenta minutos de la estación de Chamartín y con capacidad para ofrecer condiciones más amigables» que la capital de España. El hecho de que Madrid sea una ciudad «saturada» en muchos aspectos, propicia que Valladolid se postule como destino cercano con infraestructura para albergar congresos o actos como la pasada ceremonia, que ha atraído a unas 3.000 personas vinculadas al cine español entre invitados y operarios de distintas especialidades que durante varias semanas han trabajado en el acondicionamiento del recinto de la Feria. «Que el éxito de los Goya no se quede aquí, pensemos ya en más eventos y en atraer un gran acontecimiento en 2005».
En la moción aprobada recientemente en el Ayuntamiento se invocaba que este año se cumplirán 120 años «de la apertura de la reconocida como primera sala de cine estable de Valladolid: el Cinematógrafo Pradera». Y también que en 2025 la Seminci cumplirá 70 ediciones, y en 2027 «serán 65 de la puesta en marcha, en la Universidad de Valladolid, de la primera Cátedra de Cine de España».
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A ello se une el reconocimiento por la UNESCO de Valladolid como Ciudad Creativa del Cine. Los Goya han cerrado un círculo en torno a una programación que desde diciembre ha buscado reforzar la imagen de Valladolid como ciudad de cine con exposiciones, proyecciones de películas nominadas y el enlace entre aulas y salas a través de Pajarillos Educa. Ayer no hubo reacciones de ningún tipo por parte de las instituciones tras una gala donde los premiados encumbraron en sus discursos el rechazo al acoso y la solidaridad con Gaza y no se hizo alusión alguna a las cercanas protestas de los agricultores a las puertas de la Feria o a otros aspectos más conflictivos de la actualidad nacional. El reto cinéfilo más inmediato será la 69 edición de la Seminci en octubre y avanzar en la moción del Museo del Cine.
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