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Aitana Sánchez-Gijón, hoy en la rueda de prensa. Antonio López Díaz
Aitana Sánchez-Gijón, Goya de honor 2025

Aitana Sánchez-Gijón, Goya de honor 2025

«Estoy aturdida, en shock, emocionada, muy feliz, abrumada, agradecidísima y muy revuelta desde que recibí la llamada de Fernando Méndez-Leite», afirma la actriz

Iker Cortés

Madrid

Jueves, 17 de octubre 2024, 09:34

Cuenta Aitana Sánchez-Gijón (Roma, 1968) que cuando recibió la llamada de Fernando Méndez-Leite, presidente de la Academia de Cine, hace un par de semanas, su primera reacción fue echarle la bronca. La actriz de 55 años no entendía que siendo «relativamente joven» fuera a recibir el Goya de honor 2025. «Siempre he considerado que este premio debían recibirlo personas con una trayectoria más larga o en un momento de la vida posterior y me sorprendió muchísimo que tomaran esta decisión y se lo discutí», explicaba divertida esta mañana a los periodistas, durante el acto en el que se ha hecho el anuncio.

Pero luego Méndez-Leite le dijo: «¿Me lo vas a rechazar?». Se hizo el silencio y tras pensarlo unos segundos contestó: «No lo voy a rechazar porque además me estoy dando cuenta de que si te digo que no ahora porque considero que no me lo merezco lo suficiente, el día que piense que ya he hecho méritos, a partir de los setenta, igual no me lo dais». Al margen de la anécdota, Sánchez-Gijón reconocía esta mañana estar «aturdida, en shock, emocionada, muy feliz, abrumada, agradecidísima y muy revuelta» desde que Méndez-Leite le telefoneó con la noticia, una hora antes de viajar a Guadalajara para representar una función de 'La madre'.

Con cuarenta años de profesión y casi ochenta producciones audiovisuales a sus espaldas, cuando la actriz reciba el galardón, el próximo 8 de febrero en la 39 edición de los Premios Goya que tendrá lugar en Granada, se convertirá en la segunda persona más joven que lo obtiene -Antonio Banderas recogió el suyo cuando tenía 53 años-. «Es una actriz completa: seria, responsable, competente, cercana y que sabe otorgar a todos sus trabajos verdad, sinceridad y profundidad», se deshacía en elogios Méndez-Leite antes de dar a conocer el nombre.

Concha de Plata a la mejor actriz del Festival de San Sebastián por 'Volavérunt' (Bigas Luna, 1999) y Medalla de Oro de la academia en 2015, el Goya de honor será el primer cabezón que recoja pues hasta el momento solo había sido nominada en una ocasión por 'Madres paralelas' (Pedro Almodóvar, 2021), a mejor interpretación femenina de reparto. El propio presidente de la academia vaticinaba esta mañana que el premio honorífico podría ser la antesala de otros, tal y como sucedió con Banderas. Directores no le van a faltar. Además de Bigas Luna o Almodóvar, la actriz nacida en Roma se ha puesto a las órdenes de directores como Fernando Fernán-Gómez, Pilar Miró, Vicente Aranda, Gonzalo Suárez, Jaime Chávarri, Imanol Uribe, Fernando Colomo, Adolfo Aristarain, Juan José Campanella, Manolo Gómez Pereira o Patricia Ferreira, trabajos que ha compatibilizado con el teatro y con populares personajes en series de televisión.

Desde luego ella dice pasar por un momento «estupendo» como actriz. «Estoy plenitud de facultades. Siento que toda la vida vivida y toda la experiencia acumulada me han dado un bagaje. Conozco mejor mis herramientas, soy más consciente de mis recursos, de lo que puedo o no puedo hacer y estoy también más en paz con mis limitaciones y me doy más derecho a jugar y quizás a arriesgarme más», asegura. Considera, además, que el premio es «un espaldarazo» a su carrera, «una inyección de vida y amor» de sus compañeros. No en vano, «muchos de los que nos dedicamos a esto lo hacemos porque necesitamos ser amados», afirma la actriz que a lo largo de su dilatada trayectoria ha rodado también en inglés, francés e italiano.

«Solo deseaba ser actriz»

Llevaba desde los diez años participando en programas de televisión y girando en el teatro con La Barraca y debutó profesionalmente en el cine a los 16 con 'Romanza Final (Gayarre)' (José María Forqué, 1986), el mismo año que salía en la televisiva 'Segunda enseñanza', de Pedro Masó. En aquel entonces era incapaz de imaginar hasta donde iba a llegar. «Solo deseaba ser actriz, deseaba eso como nada en el mundo. Era una certeza, que tuve la suerte de que me saliera bien, porque podía no haber salido. No me imaginaba nada de lo que luego ha pasado, sencillamente me lo he ido encontrando por el camino. También he podido hacer ciertas elecciones conscientes. Lo que he intentado siempre es tomármelo con mucha seriedad, pero también sin perder de vista que es un juego y a la niña interior que juega, imagina, se comunica con otros, que mira a los ojos a los demás e intenta sacar hacia fuera algo del alma humana a través de todos esos personajes», explicaba.

Su carrera despegó con 'Bajarse al moro' (Fernando Colomo, 1989) y ya durante la década de los noventa se convirtió en una de las actrices españolas más solicitadas, con papeles en producciones como 'La ley de la frontera' (Adolfo Aristarain, 1995); 'Boca a boca' (Manuel Gómez Pereira, 1995), 'Un paseo por las nubes' (Alfonso Arau, 1995), junto a Keanu Reeves, 'Ni el tiro del final' (Juan José Campanella, 1997) o 'Yerma' (Pilar Tavora, 1998). A propósito de sus dos únicos rodajes al otro lado del charco, la actriz, que fue también la primera mujer en presidir la Academia de Cine, entre 1998 y 2000, contaba esta mañana que nunca ha tenido una gran ambición. «Me hubiera encantado hacer más películas por allí, pero había que estar y no me brotaba. Yo quería volver. Quedarme allí hubiera sido de una soledad...», recordaba quien hizo pruebas para otras dos películas que no salieron. «Me llevaron a conocer todos los estudios de Hollywood. Me enseñaban guiones, me preguntaban con quien quería trabajar, que había una película con Harrison Ford... 'Pues ese mismo', decía yo. Me parecía todo una gran mentira, divertidísima, pero que no me creía nada. Además tenía claro que iba a volver a casa. Iba a empezar con la producción de 'La gata sobre el tejado de zinc caliente' y mi compañía me estaba esperando».

Ya en el siglo XXI rodó títulos como 'La maquinista' junto a Christian Bale, 'La puta y la ballena', de Luis Puenzo; o 'La carta esférica', de Imanol Uribe. Más recientemente, se la vio en 'Thi Mai: Rumbo a Vietnam', de Patricia Ferreira; la ya mentada 'Madres paralelas', de Pedro Almodóvar; 'La jefa', de Fran Torres, y 'Que nadie duerma', de Antonio Méndez Esparza. Mientras compaginaba la gran pantalla y el teatro con series como 'Velvet' o 'Estoy vivo'.

Un consejo para los más jóvenes

Estos días, claro, la actriz esta haciendo un repaso a lo que ha sido su vida delante de los focos y sobre el escenario, pensando ya en ese discurso con el que se dirigirá a los académicos en Granada. Hoy hablaba del «privilegio» que ha supuesto rodar con compañeros de distintas generaciones y mencionaba dos nombres: los de Óscar Vidal y Alicia Hermida, sus maestros en el teatro. «Cuando era una niña empecé a dar clases de teatro en la escuela María Galleta y Óscar fue mi primer profesor de teatro y ahí tuve una epifanía y dije que quería dedicarme a esto toda la vida», contaba.

Sánchez-Gijón también se permitió dar un consejo a quienes estén empezando en la profesión. «Yo les diría que se formen siempre. Oigo a mucha gente joven decir eso de que quiere ser actor, pero no sé si lo confunden con ser famosos. Esto es una vocación, es como un sacerdocio y es muy duro dedicarse a esto y tiene que ser una vocación real, no puede ser algo epidérmico o por razones secundarias, tiene que ser porque necesitas contar historias distintas, convertirte en otros. Así que les aconsejaría que se formen, perseveren, que no pierdan la paciencia y que piensen que muchos de ellos tendrán que vivir de otras cosas porque a lo mejor no pueden dedicarse exclusivamente a esto y se tienen que preparar psicológica y emocionalmente para soportar el camino de incertidumbres, decepciones, frustraciones y también alegrías que depara esto», dijo quien se considera «una privilegiada» por formar parte del 7% de actores y actrices que pueden vivir exclusivamente de su trabajo. «Voy a ver si asimilo esto», se despedía esta mañana de los periodistas.

Como recordaba Méndez-Leite esta mañana, hasta el momento han sido treinta hombres y nueve mujeres -con el que recibe Sánchez-Gijón- los que han obtenido el Goya de honor, si bien quiso dejar claro que en los últimos diez años han sido cinco hombres y cinco mujeres. El último que lo recibió fue el director de fotografía y restaurador fílmico Juan Mariné Bruguera. Otros de los homenajeados en los años anteriores son Carlos Saura, José Sacristán, Ángela Molina, Marisol, Chicho Ibáñez Serrador, Marisa Paredes, Ana Belén, los hermanos Ozores, Antonio Banderas, Jaime de Armiñán, Concha Velasco o Josefina Molina.

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