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Vox expulsará al edil que llamó «puto cojo» a una persona con discapacidadNo dimitirá. Pero dejará de formar parte del Grupo Municipal de Vox en el Ayuntamiento de Palencia. La expulsión se ha precipitado a partir de la difusión el pasado enero de una condena impuesta a Carrancio por una agresión leve y unos insultos -según refleja la sentencia llamó «puto cojo de los cojones» ... a una persona con discapacidad y le golpeó en el pecho-, sin que el concejal condenado ofreciese explicación alguna a sus compañeros y optase por cortar todo tipo de contacto con el grupo municipal, ausentándose de las reuniones convocadas y también de su actividad pública.
Esta situación se ha ido tensando en las últimas semanas y la fractura total se ha vivido en el pleno municipal de este jueves, cuando la portavoz de Vox, Sonia Lalanda, durante el debate de una moción presentada por IU-Podemos, en la que se pedía la reprobación de Ricardo Carrancio, ha pedido su dimisión o enfrentarse a la «indignidad de ser expulsado del grupo». La portavoz de Vox ha dejado claro, sin embargo, que esta próxima expulsión del grupo municipal no se debe exclusivamente a las circunstancias que rodean la causa judicial contra Carrancio, puesto que, según ha señalado, la reacción hubiese sido totalmente distinta si hubiese existido algún signo de arrepentimiento o alguna disculpa por parte de Ricardo Carrancio. «Esta situación hubiera sido perfectamente evitable de haber actuado con humildad, y también con inteligencia, haciendo algo tan reparador del daño y tan saludable para uno mismo como es pedir perdón», indicó Sonia Lalanda, para recalcar su rechazo a cualquier conducta de tipo agresivo contra un convecino.
Pero Sonia Lalanda quiso ir más lejos en la argumentación de los motivos que han conducido a la expulsión del edil, puesto que, según indicó la causa fundamental se debe a la «deslealtad, el engaño y la traición». La portavoz de Vox explicó que Ricardo Carrancio en ningún momento comunicó al partido que se encontraba inmerso en una causa judicial, a pesar de que los hechos se sucedieron cuando ya era candidato a las elecciones municipales. Del mismo modo, según indicó Lalanda, no comunicó a su grupo municipal que su ausencia en el pleno de enero se debía a la asistencia al juicio por la denuncia presentada por la persona agredida y justificó la falta alegando que se encontraba enfermo. Asimismo, tampoco acudió a las reunidos del grupo que se convocaron para que pudiese dar explicaciones, y añadía también que estaba negociando con el Grupo Socialista un tema municipal a espaldas del de sus compañeros. «Por su deslealtad, engaño, uso de la mentira, instrumentalización del grupo municipal en su beneficio, traición, falta de compañerismo y desprecio, solicitamos públicamente al señor. Carrancio que abandone de forma inmediata el Grupo Municipal de VOX apelando también a su conciencia y a su honor al haber acreditado que no alcanza el nivel mínimo exigible a un representante de los ciudadanos, evitándole así la indignidad de tener que ser expulsado».
Por su parte, Ricardo Carrancio, que ha defendido en todo momento que nunca pronunció esos insultos y que no cometió el delito por el que ha sido condenado, «aunque acato la sentencia», que no es firme, según recordó, se ha mostrado firme en su decisión de conservar el acta de concejal, «para ser consecuente, por mi ética moral, porque yo no cometí esos hechos y porque mi educación no lo permite. Si entrego este acta estoy dando un consentimiento a una situación que no he cometido, aunque acato la sentencia, que está en vía de recurso», manifestó Ricardo Carrancio, quien acusó a los otros dos compañeros de Vox de haber montado «un circo mediático» para forzarle a entregar el acta de concejal.
El concejal, al que se le permitió intervenir, dado que la petición de reprobación planteada por IU-Podemos le afectaba directamente, se defendió desde el primer momento, insistiendo en que «no he proferido expresiones discriminatorias contra nadie y menos contra un persona discapacitada, jamás estuvieron en mi mente, ni en mi boca», a pesar de que en la sentencia, que ha sido recurrida ante la Audiencia Provincial se considera como hechos probados que insultó a la víctima y le golpeó el pecho con la mano durante una discusión por sus mascotas en el parque del salón.
Carrancio hizo referencia a su trayectoria previa en el movimiento vecinal y recalcó que una de sus luchas había sido en pos de la mejora de la accesibilidad en la zona del Salón y la calle de La Puebla, y señaló que las acusaciones tiene «una clara intención de daño contra mí, mi familia y mi trayectoria profesional, cuya única intención es la entrega de mi acta de concejal». El edil arremetió fundamentalmente contra la portavoz de su grupo, a la que acusó de perseguir intereses personales y llegó a manifestar que las carreras políticas tanto de Sonia Lalanda como del otro edil de Vox, Emilio Polo, se encontraban acabadas por órdenes superiores de su propio partido.
Ricardo Carrancio recalcó además su intención de conservar su posición como concejal, aunque sea fuera del amparo del grupo de Vox, porque «mi prioridad como persona, profesional, y en la actualidad elegido por los palentinos es hacer el bien, mejorar la calidad de vida de mis conciudadanos y, sobre todo, respetar a todas las personas más desfavorecidas, en las que incluyo también a las personas con algún tipo de discapacidad». Quiso aprovechar también la ocasión para reclamar una ordenanza de tenencia de animales que impida que los perros caminen sueltos por la vía pública, dado que una discusión por este motivo fue la que provocó los hechos que han conducido a la condena por un delito leve de maltrato de obra.
Tras el pleno, la portavoz de Vox, Sonia Lalanda, explicó que su grupo de concejales tiene previsto entregar de forma inmediata a la Secretaría General del Ayuntamiento una petición formal, firmada por todos sus miembros, de expulsión formal del grupo. De esta forma, Ricardo Carrancio quedará en la situación de concejal no adscrito, una figura poco habitual, que tuvo que ser regulada ya en el Ayuntamiento de Palencia en el año 2010 con la expulsión en aquel momento del concejal del PP Jesús Mateo Pinilla. Trasto esto, en el mes de enero de 2011, ante las dificultades de encaje en las comisiones informativas y los cauces de participación para los ediles que no formaban parte de ningún grupo municipal, se presentó un informe jurídico elaborado por la Secretaría General en el que establecían una serie de normas de participación para los concejales no adscritos, como la posibilidad de pertenecer a dos comisiones informativas, que serían de su libre elección, con voz y voto, aunque el valor de su voto sería inferior al del resto de concejales. Tampoco podría presentar mociones para su discusión en los plenos y su tiempo de intervención sería de dos minutos, más otro de réplica.
Ahora queda saber si el actual equipo de gobierno mantiene el modelo aprobado en el año 2011 o se introducen cambios en la situación que tendrá que afrontar en el futuro Ricardo Carrancio como concejal no adscrito a ningún grupo político.
La discusión en el pleno sobre Ricardo Carrancio llegó a partir de una moción para su debate planteada por IU-Podemos, en la que se pedía la reprobación de la corporación municipal del comportamiento del concejal de Vox «por su reciente condena por atentar contra la dignidad de una persona con discapacidad, vulnerando los valores democráticos de respeto y convivencia pacífica». Asimismo, se solicitaba a los ediles que exigiesen al Ricardo Carrancio su dimisión como concejal y también como diputado provincial.
La moción finalmente solo tuvo el respaldo del edil de IU-Podemos y de los concejales del PSOE, con lo que resultó aprobada. Los ediles de Vamos Palencia y del PP optaron por abstenerse, como también lo hicieron los dos restantes concejales de Vox (la votación se hizo de forma nominal). De esta forma, el único voto en contra que se registró fue el del propio Carrancio. La reprobación no tiene ningún tipo de vinculación legal, por lo que no obliga al edil a presentar su dimisión, con lo que se trata de una condena de carácter moral y de imagen pública.
Rodrigo San Martín, promotor de la moción, fue muy crítico con Ricardo Carrancio, como también lo fue el portavoz del PSOE, Álvaro Bilbao. También fueron firmes en la posición de condena pública del comportamiento de Ricardo Carrancio, los representantes del PP Víctor Torres, y de Vamos Palencia, Domiciano Curiel, aunque en la votación prefiriesen abstenerse, al entender que se trata de un asunto que compete directamente el grupo de Vox.
El concejal de IU calificó la defensa realizada por Carrancio como «el manual del buen cuñado», mientras que el portavoz socialista indicó que no reprobar al edil de Vox sería «trasladar a los ciudadanos que sus representantes políticos aceptan la violencia». Por su parte, Víctor Torres le indicó a Carrancio que «yo en su lugar no estaría aquí» y le recalcó que su decisión de haber mantenido silencio sin dar explicaciones durante semanas había sido errónea. Domiciano Curiel, que reprobó la actitud de Carrancio, insistió en que la decisión final de abandonar el acta de concejal le corresponde únicamente a él, por lo que defendió su abstención.
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