Jesús de la Fuente posa junto al cartel de acceso a Polentinos, municipio de la Montaña Palentina. N. E.
Jesús de la Fuente, residente en Polentinos

«Aquí se vive sin prisas, sin atascos, sin el mal humor que a veces impregna la ciudad»

«Siempre he tenido la idea de vivir aquí de continuo cuando me jubilase», asegura

Nuria Estalayo

Domingo, 25 de julio 2021, 08:21

Jesús de la Fuente quiere que su residencia temporal en Polentinos se vuelva permanente y, de momento, lo está consiguiendo. «Mi familia desciende de Polentinos, pero yo, que nací en Cervera en 1963, he vivido en Logroño desde que tenía un año. Mi padre ... encontró trabajo allí y mi madre quería que sus hijos tuvieran estudios universitarios, por eso se mudaron. Yo he trabajado siempre de agente comercial desde que tuve que dejar los estudios de Geografía e Historia», explica este nuevo residente del municipio de la Montaña Palentina.

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«Siempre he tenido la idea de vivir aquí de continuo cuando me jubilase (como tantos otros que han nacido en esta zona), pero creo que tengo la oportunidad de adelantarlo», anuncia. «A pesar de llevar toda la vida en Logroño, mis raíces, mis orígenes y mi familia han estado siempre aquí», afirma, asegurando que ve la situación actual como la oportunidad para quedarse aquí. «Me gustaría mucho, aquí nos conocemos todos desde siempre y hemos pasado muchos momentos buenos. Somos una familia». Aunque «todo depende de la posibilidad de encontrar trabajo, lo demás está resuelto».

Solía venir con su familia en vacaciones y algún fin de semana, pero el año pasado llegó en junio para trabajar, como otros años, para el ayuntamiento de Polentinos en los meses de julio y agosto, y al final, decidió quedarse por miedo a la situación de coronavirus que había en Logroño. Vive en la casa familiar con su hermana y cuñado que también decidieron quedarse.

Ha aprovechado este tiempo para estudiar dentro de un Programa Mixto de formación y empleo que está a punto de finalizar. «Es una oportunidad de encontrar trabajo y poder quedarme definitivamente en esta zona», apunta. «Para mí, salir de Aguilar, donde estudio, a las 3 de la tarde, y al volver poder ver el monte Curavacas es una situación enormemente gratificante y relajante», confiesa. «Aquí se vive sin prisas, sin atascos, sin ese mal humor que impregna a veces las ciudades», declara, aseverando que aquí «tenemos una tierra muy bonita y mejor calidad de vida».

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