
Villarramiel: la ciudad de las plazas y de las fuentes
Especial Municipalismo. El patrimonio de Castilla y León ·
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Especial Municipalismo. El patrimonio de Castilla y León ·
Villarramiel ha llenado el casco urbano desde la Edad Media de lugares donde contemplar el arte y facilitar el mercadoel norte
Lunes, 21 de septiembre 2020, 08:19
Villarramiel es una de las cabeceras de comarca más industriosas de la Tierra de Campos palentina, pero tuvo su mejor momento en los siglos XVI y XVIII. La villa se diferenció del resto de la comarca. Mientras casi todas tenían en la agricultura su principal medio de vida, en Villarramiel esta actividad ocupaba el segundo lugar, mientras que la primera la ofrecían sus fábricas de curtidos. Muchas pasaron de talleres caseros a industrias de descarnado y manufactura.
Lo recuerdan los símbolos heráldicos que conforman su escudo de concejo, con una cardadera de lana y tijeras de esquilador.
Una vuelta por el casco urbano de Villarramiel permite disfrutar de amplias y diáfanas calles, excelentes edificios modernistas, característicos de la arquitectura burguesa del siglo XIX, entre los que destaca el conocido como Hospital de Doña Blasa, hoy residencia de la tercera edad.
Varios templos tuvo esta villa. Entre ellos destaca en la actualidad su iglesia parroquial de San Miguel, con portada renacentista, aunque el resto de la fábrica es neoclásica. En su interior se guarda, entre otras obras de arte, una imagen de San Antonio de Padua del imaginero castellano Alejo de Vahía. En el año 1776, recién terminadas las obras de reconstrucción del templo, se vino abajo su torre y causó la muerte de 106 personas y numerosos heridos entre los vecinos congregados en la plaza.
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Otro edificio a destacar es la iglesia de Santa María, en el barrio de Santa Cruz, donde posiblemente se ubicó su aljama o barrio judío, que lo tuvo. Es un edificio gótico remontado por una característica torre del mudéjar terracampino. Dentro de ella, destaca su sagrario tabernáculo del siglo XVI con esculturas y pinturas de las escuelas de Manuel Álvarez y Juan de Villoldo.
Si nos vamos a las afueras de la villa, veremos que por allí subsiste por bien conservada la ermita barroca de la Virgen de las Angustias, y que no muy lejos de ella discurre la traza del Canal de Castilla.
La localidad contaba también con numerosas fuentes, algunas de ellas todavía conservadas, entre ellas destacan las fuentes de El Cacho y del Milagro, Fuente Nueva, Pozo Martín, la primera, segunda y tercera pontezuelas, y la Fuente de la Bartola, que se acompaña de una estatua de bronce, obra de Manuel Rivera, que representa una dama que ofrecía libaciones a los dioses.
En los entornos pueden contemplarse también varias estructuras típicas de los palomares de Tierra de Campos.
Patrimonio: Religioso: Iglesia de San Miguel, de estilo neoclásico. Un San Antonio de Padua de Alejo de Vahía. Iglesia de Santa Cruz y ermita de la Virgen de las Angustias. Civil: Hospital doña Blasa, hoy residencia de la tercera edad, y Casa Consistorial. Numerosas plazas y fuentes.
De interés: El curtido de pieles fue la principal actividad de la villa durante siglos.
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Julio Arrieta, Gonzalo de las Heras (gráficos) e Isabel Toledo (gráficos)
Jon Garay e Isabel Toledo
Daniel de Lucas y Josemi Benítez (Gráficos)
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