Villanueva del Rebollar: una villa ya habitada en la Edad del Hierro

El nombre de la localidad ya advierte que se trata de una «villa» (granja o quinta) nueva, nacida en los primeros años de la repoblación, quizás al amparo de una torre defensiva de tapial que, al menos desde el siglo XVI, se encuentra embutida en los muros de ladrillo y piedra de la torre de la parroquia de Santiago Apóstol. El apelativo Rebollar, hace referencia a un monte de rebollos (Quercus pirenaica), aunque para ser más exactos, el monte local es de quejigos (Quercus faginea).

Los descubrimientos arqueológicos son los que avalan que el lugar estuvo habitado en la Edad del Hierro. Así se recoge en el trabajo 'Arqueología, sociedad, territorio y paisaje. Estudios sobre Prehistoria reciente, Protohistoria y transición al Mundo Romano', en la que los autores presentan como algo singular la punta de lanza de Villanueva del Rebollar, que conserva aún el pasador de hierro, estudiada por Germán Delibes en el año 1999.

Gracias al investigador local Jesús Pastor Cuesta se sabe que el obispo D. Vasco, cuyo episcopado se extendió de 1344 al 1352, mandó hacer la que puede llamarse la más antigua Estadística de la Diócesis de Palencia. Así, hay constancia de que la iglesia parroquial ya estaba bajo la advocación de Santiago Apóstol, quizás por la cercanía del Camino de Santiago, a 10 kilómetros. Se sitúa en lo más alto del pueblo, domina todo el caserío y a se accede por la «calzada», único camino que antiguamente estaba empedrado. La parte más antigua es el torreón de tapial, que pudo ser una atalaya de vigilancia musulmana o cristiana.

Alrededor de ese torreón se va a edificar la iglesia de tres naves separadas por pilares de piedra y arcos ligeramente apuntados. La talla de la piedra a hacha habla de un período románico. En su origen estuvo cubierta por un gran artesonado gótico policromado, que fue ocultado en el siglo XVII, por unas bóvedas de arista de ladrillo recubiertas con yesería. A finales del siglo XVI, el maestro de cantería Pedro de Naveda realiza obras de acondicionamiento en la torre. Sin embargo, la gran modificación de la torre se acomete en 1714, cuando el cura Andrés Caballero encarga la obra de recubrimiento de la totalidad de la torre con ladrillo mudéjar y abre las siete troneras en el cuerpo superior.

De ese año también pueden ser los restos del reloj solar que se conserva en la esquina suroccidental de la torre. El solado de la iglesia estuvo cubierto por las gradas o gradillas de los enterramientos hasta los primeros años de la década de los 60. En el altar de la nave sur, es decir, en el lado de la Epístola, bajo la advocación de la Virgen del Rosario se hizo enterrar el Licenciado Antonio Pérez, cura y Abad de la iglesia en 1615.

El archivo municipal desapareció en un incendio por lo que muchos datos vecinales se conocen a través de documentos del Archivo Diocesano de Palencia.

• Temas
• Villanueva del Rebollar