Bóveda y vidrieras de la capilla de la Virgen Blanca. Manuel Brágimo

Un recorrido por sus nueve lugares imprescindibles

La capilla de la Virgen Blanca, donde se colocó la primera piedra y restaurada en la última intervención, abre un fascinante recorrido desde la Alta Edad Media hasta la actualidad

Martes, 1 de junio 2021, 07:50

Horas y horas se podría disfrutar la catedral palentina. Incluso ir y volver en sucesivas ocasiones para admirarla con tranquilidad y descubrir cada uno de sus tesoros. Dentro de tanta belleza, hay nueve puntos de visita obligada, nueve lugares que merecen ser conocidos y explicados ... más despacio.

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Retablo de la capilla de la Virgen Blanca. M. BRÁGIMO

1. Capilla de la Virgen Blanca. Aquí comenzó todo, ya que en esta capilla absidial se colocó la primera piedra de la catedral gótica el 1 de junio de 1321. Ha sido restaurada en la última intervención (2019-2020) y se ha recuperado la policromía de los paramentos, de la cúpula y de la clave, donde en el centro están representados la Virgen y el arcediano de Carrión de los Condes (Alonso Rodríguez de Girón) de rodillas ofreciendo esta nueva capilla a la Virgen Santa María. La escultura gótica de la Virgen Blanca (S. XIV) se denomina así por el material de mármol blanco y porque era pura, porque no tenía mancha. La belleza de la figura radica en la humanidad y la ternura que desprende. Es un modelo francés, como la de Toledo y la de Vitoria. Las vidrieras de esta capilla son de la Casa Rigalt, de finales del S. XIX, y se encargaron con motivo del sexto centenario de la catedral.

Capilla del Sagrario. m. b.

2. Capilla del Sagrario. Comenzó siendo la Capilla Mayor de la seo, que se movió posteriormente a otra ubicación al ampliar la catedral. Es una capilla real porque en ella está enterrada la Reina Urraca, hija de Alfonso VII. Destaca la cúpula del maestro Ysambard, de finales del S. XV, con decoración de gótico florido y siete nervios –el siete es un número muy importante en la religión cristiana–. Y sobre esta cúpula descansa otra (del S. XIV). Para poder admirar esta última, se ha colocado un amplio espejo en diagonal frente a la capilla. El retablo, dedicado a la Santísima Virgen, es de madera policromada, obra de Ortiz El Viejo, y justo delante descansan unos capiteles recuperados de la antigua seo románica. Aquí está enterrado –bajo el Sagrario– el único obispo de Palencia que es santo, San Manuel González, el fundador de las Nazarenas, que este 2021 celebra su centenario.

Retablo de la Capilla Mayor. m. b.

3. Capilla Mayor. Es única en España por la cantidad de obras de arte de los siglos XV, XVI y XVII. Las doce tablas del retablo mayor, creado por Pedro de Guadalupe, son de Juan de Flandes –maestro de cámara de la Reina Isabel la Católica– cuentan la historia de la Virgen, Jesucristo y de La Pasión. Las esculturas, 32 en total, son de Alejo de Vahía (La Magdalena), Felipe Vigarny, Juan de Valmaseda (El Calvario) y Gregorio Fernández (San Antolín). Detrás del retablo de madera que imita mármol, está la colección de azulejos del S.XVI, únicos en España pero que no se pueden ver al estar completamente tapados.

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Mural de la capilla de la Inmaculada. Manuel Brágimo

Juegos visuales como reto para el visitante

Los juegos visuales desempeñan un papel importante en la seo palentina. Todos los que visiten la Sala Capitular se detendrán a observar, apartado en un lateral de la entrada, el famoso retrato anamórfico de Carlos V, creado en el siglo XVI. En la carátula superior pone 'Mirum natura et artis' ('Maravilla de la naturaleza y el arte') y es necesario observar la pintura por un orificio lateral para ver la imagen correctamente. En la pintura mural de la capilla de la Inmaculada –descubierta durante la restauración de 2017– también se busca la mirada del visitante y la trampa. En este caso, se trata de un trampantojo, también del siglo XVI, con una puerta real y el resto todo simulado, que busca engañar al ojo del visitante.

Coro de la catedral. m. b.

4. Coro. Al fondo, se eleva la silla episcopal de 1410 de madera de nogal, que fue modelo para construir otras en la región. Tras las últimas obras (2019-2020) se puede contemplar en su totalidad –antes estaba encajada y no se podían ver los laterales, llenos de esculturas pequeñas–. Le falta un trozo porque fue cortada al traerla de su anterior ubicación. La gran sillería del coro, encargo del obispo Sancho de Rojas, también fue tallada en nogal, en la primera mitad del siglo XV. Descansan, en el centro del coro, cuatro cantorales, hechos con pergamino, del siglo XVI. En la parte baja de la sillería, a la izquierda, hay tallada una crítica social: la escena de un burro sobre un púlpito, predicando a gallinas.

Capilla de la Inmaculada. m. b.

5. Capilla de la Inmaculada. Destaca un retablo barroco de madera dorada, dividido en tres calles con columnas salomónicas y en el medio la figura de la Inmaculada, obra del escultor palentino Mateo Sedano en 1653, siguiendo el modelo de Gregorio Fernández. A este retablo le acompaña una pintura mural con una cruz, descubierta en 2017.

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Trascoro. m. b.

6. Trascoro. Es una construcción de la época del obispo Fonseca a inicios del siglo XVI, que aúna formas del gótico final con el Plateresco. Lo preside el políptico con los Dolores de la Virgen, obra de Joest de Calcar. Fue encargada por Fonseca en Flandes en 1505 y él mismo aparece arrodillado en una de las tablas. Quiso crear su propia capilla y colocó unos tapices –actualmente en restauración– a los laterales. Modificó la entrada a la cripta para situarla enfrente del trascoro.

Claustro. m. b.

7. Claustro. De estilo renacentista y planta cuadrada, fue construido entre 1506 y 1516 en sustitución del medieval de la antigua seo. Pare descubrir toda su belleza, es necesario pasearlo, también, mirando hacia arriba. Consta de 24 tramos, con bóvedas de crucería estrellada de un trazado distinto en cada panda, al igual que las cuatro angulares. Desde 1962, aquí se conserva la portada románica de la iglesia de Quintanatello de Ojeda.

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Cuadro de El Greco. m. b.

8. Antesala Capitular. 'El martirio de San Sebastián' del pintor renacentista Doménikos Theotókopoulos 'El Greco' se conserva frente a la Sala Capitular. Este óleo sobre lienzo fue pintado entre 1577 y 1578 y se cree que llegó a través de la familia Reinoso, ya que el religioso palentino Francisco de Reinoso y Baeza fue secretario de Pío IV.

Sala Capitular. m. b.

9. Sala Capitular. Conserva cuatro tapices encargados por el obispo Fonseca en el siglo XVI y también las telas lirtúrgicas de los obispos importantes, como la de Cabeza de Vaca. Alguna de ellas está realizada con corales. También están aquí las andas de San Antolín y una reliquia de plata. Las reliquias del santo descansan en la capilla de San Jerónimo.

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