«Ya no debe llamarse 'la bella desconocida', sino reconocida»

-Es algo muy importante, pero no solo para la ciudad de Palencia, sino para toda la Diócesis. Es para todos, porque se trata de la Catedral de la Diócesis de Palencia. Y una celebración como está nos va a ayudar mucho a que la Catedral sea aún más conocida, no solo por los propios habitantes de Palencia, porque todavía hay muchos que no la conocen, sino también de toda la Diócesis. Sería muy bonito que vinieran de todos los pueblos a conocerla, a reconocerla y a sentirla como algo propio.

-La celebración en 1999 de Las Edades del Hombre supuso un fuerte espaldarazo promocional para la Catedral de Palencia, ¿espera que este setecientos aniversario pueda significar algo parecido?

-Pues yo creo que sí. Incluso para la Diócesis en general puede significar mucho más. Se va a promocionar mucho en todos los medios de comunicación, habrá mucha publicidad... Y se trata de conseguir que además de todos esos palentinos que esperamos, puedan venir personas de toda España, e incluso de todo el mundo. Queremos que se reconozca nuestra Catedral. En los últimos años hemos pasado a decir que ya no es la bella desconocida, sino la bella reconocida, y queremos que esto sea realmente así. Porque es verdad, cuando viene la gente, siempre nos dice, «Uy, no sabía yo que era tan bonita esta catedral».

-¿Duele un poco, como decía, que todavía haya muchos palentinos que no conozcan la Catedral?

-Claro. Todavía hay muchas personas que no han venido a verla y es un poco triste. Entiendo que no van a venir a una celebración de la eucaristía, porque para eso ya tienen misa en sus pueblos, pero hay celebraciones especiales. Por ejemplo, en la novena de San Antolín, desde el Cabildo hemos invitado a que vengan cantar corales de otros municipios.

-Porque se quiera o no, la Catedral es mucho más que un templo religioso.

-Bueno, principalmente es un templo religioso y eso no puede olvidarse. Se celebra la liturgia y es donde está el Sagrario, con la presencia de Jesucristo. Pero también es cierto que por su belleza, por su arquitectura, por su arte, merece la pena que la gente venga a conocerla. Y está abierta tanto para los creyentes como para los que no lo son. Unos pueden buscar unas cosas y otros, otras diferentes, y podrá ver que es un sitio muy agradable, muy bien hecho, muy reconocido.

-¿Al Cabildo le preocupa que se llegue a un momento en el que solo se piense en la Catedral como un foco de atracción turística e intente dejarse de lado el componente religioso?

-A veces las cosas son complicadas. En estos momentos, en los que hemos quitado una de las misas de la tarde para adecuarnos un poco a los horarios turísticos, pues los fieles se han quejado, nos han dicho que lo más importante debe ser la liturgia y que deben ser los turistas los que se acomoden a la liturgia y no al revés. Es complicado.

-¿Pero a pesar de esas quejas, el Cabildo entiende que no hay más remedio que adecuar esos horarios a la demanda turística?

-Somos conscientes de que es necesario intentar atraer a los turistas, aunque no solo a ellos, porque también nos está costando mucho que la gente acuda a misa a la Catedral con esto de la pandemia.

-¿Confía en que una vez se supere la pandemia se recupere ese nivel de feligreses?

-Esperemos que sí, pero no solo de feligreses, también de turistas, porque hemos perdido muchísimos.

-¿Están siendo tiempos muy duros para la Catedral?

-Por supuesto, complicadísimos. Hay días en que por la mañana no recibimos ningún visitante. Antes, los lunes venían muchísimos jubilados, era el mejor día con los sábados. Pero últimamente, como no ha podido venir nadie de fuera, pues no hemos tenido casi gente.

-¿Esta falta de visitantes se está notando en los ingresos de la Catedral?

-Muchísimo. Los ingresos de las visitas son fundamentales. Son necesarios del todo. Ahora mismo no tenemos dinero para nada.

-¿Qué volumen de visitantes tenía la Catedral antes de la pandemia?

-Creo que el último año habíamos llegado a los 53.000 y subíamos todos los años.

-Llegó la covid-19 y lo paralizó...

-Sí. Cada año teníamos más visitantes y esto hacía que también subiera el dinero que teníamos. Pero primero llegaron las obras y como hubo que poner dinero para hacer cosas que no estaban previstas, pero que también eran necesarias...

-¿Entonces cuál es la situación económica actual del Cabildo catedralicio?

-Mala, muy mala. Tanto es así que hemos tenido que pedir dinero prestado al Obispado. Porque si no, no podíamos ni pagar a los que están trabajando.

-¿Cuánto ha dejado de ingresarse?

-Todo este parón de la pandemia lo hemos notado muchísimo. Íbamos subiendo todos los años, y de sacar el último año más de doscientos mil euros, con los que había para pagar muchas cosas, a no sacar casi nada, pues hay mucha diferencia.

-¿Confía en que con estas celebraciones mejore la situación económica?

-Esperemos. Pero en realidad nosotros no estamos muy al tanto de lo que va a hacerse. Es algo que lo va a llevar directamente el Obispado y la fundación que han creado, que será la gestione los ingresos y también los gastos que se produzcan.

-Decía antes que estos últimos años también han estado marcados por las obras. Se ha restaurado una buena parte del templo y se puede decir que la Catedral ha recibido un buen lavado de cara...

-Sí. Gracias a Dios que hemos recibido esas ayudas, porque se han hecho muchas reparaciones necesarias.

-¿Después de estas obras, cuál es el estado actual de la Catedral?

-Pues la verdad es que aún faltan muchas cosas por hacer. Por ejemplo el suelo, queremos también que se ponga una calefacción nueva. Hay cosas que arreglar en la entrada, en la puerta del Obispo, que está terrible. Afortunadamente, ya nos han concedido otra subvención del 1,5% Cultural que nos va a permitir hacer todas estas cosas. Porque hay muchos problemas. En la puerta de los Novios también hay que actuar, y sobre todo en el tejado, porque hay que poner algo para evitar que vengan tantas cigüeñas. Porque, cuidado, con el daño que hacen. Lo mismo vienen doscientas cigüeñas y nos destrozan todo el tejado. Hemos pedido alguna solución.

-También han contado durante años con la Escuela Taller, que ya llegó a su fin definitivo. ¿No cree que con la situación actual vendría bien de nuevo un proyecto similar?

-Sí, sí, sí. Han hecho muchas cosas y muy bien. Porque además puede intervenir también en partes que están fuera, pero que nos afectan directamente. Tenemos aquí unas viviendas abandonadas que podrían recuperarse como zona visitable, en las que podríamos llevar cuadros e imágenes. Se podría hacer algo para el turismo. Tenemos cuadros por todas partes que no se pueden mostrar ahora mismo.

-Pero hay zonas que se han restaurado y se han adaptado para el acceso de los visitantes que todavía no están abiertas al público. ¿Han previsto la apertura de estos espacios, como el patio de campanas?

-Sí, cuando regresen todas las campanas, queremos que se abra, pero también es cierto que no es fácil subir, que las escaleras son las antiguas originales, con todos sus defectos y el desgaste de los siglos. Y cuando se abra al público, estoy seguro de que no todo el mundo podrá subir.

-¿Y los triforios restaurados?

-Sí, queremos abrirlo todo. Todo lo que se ha recuperado, queremos que pueda utilizarse.

-¿Y con todos los elementos singulares que tiene la Catedral de Palencia, por qué aún cuando se piensa en visitar uno de estos templos no se piensa en Palencia como en León o Burgos?

-Yo no lo sé. Pero es cierto que le falta reconocimiento. Yo entro en Internet, y si busco catedrales importantes de España, no sale la de Palencia, y venga a hablar del octavo centenario de Burgos, pero no se cita a nuestro séptimo centenario.