Gonzalo Villalba lleva tanto tiempo viviendo en México, nueve años ya, que no soporta el frío de Palencia. Por eso, siempre prefiere volver a casa ... a reencontrarse con los suyos en verano, no en Navidad. «Me he acostumbrado mucho al clima y llevo muy mal el frío. Es un viaje muy largo, ir es un día entero y regresar también, por eso cuando voy, estoy tres semanas allí», señala este palentino, que es gerente en Cancún de la empresa automovilística Volvo.
«Aquí no hay un rol familiar navideño, es una ciudad donde vive gente de todas partes, con un clima tropical que no representa la Navidad para nosotros. No hay nieve ni frío, y la decoración navideña es muy distinta. Creo que por eso no me entran tantas ganas ni morriña, por la ausencia de reclamos», añade. «Tampoco mi familia va a poder celebrar este año la Navidad con normalidad, ni se van a juntar muchos, para no hacer del gusto, disgusto», agrega.
En Cancún, a 7.832 kilómetros de su casa, ya han comenzado las celebraciones de estas fechas tan señaladas. «El ritual mexicano de la celebración de la Navidad quizás es más elaborado que el nuestro. Ellos van haciendo sus posadas o quedadas preliminares antes de los días más fuertes y ya han comenzado. Yo ya he tenido la primera, aunque este año hay que tener mucho más cuidado por el coronavirus», explica.
«El día siguiente de la Navidad se hace 'el recalentado', donde se juntan muchas personas y comen la sobras del día anterior», continúa. A pesar de no tener tanta morriña, claro que estará con los suyos a pesar de los kilómetros, los cambios horarios y todo. «La videollamada es necesaria, hay que compartir el momento de alguna forma», reconoce Gonzalo, que puede comprar turrón y galletas Gullón en los supermercados de allí.
El Gobierno mexicano ha sido y es menos restrictivo con la covid. «Aquí han sido muy escépticos con esto, no negacionistas pero sin grandes restricciones. Sobre el papel alguna, pero en el día a día casi ninguna. Hay mucha gente negacionista y mucha gente muy preocupada porque la situación a nivel de muertes y demás sí es bastante grave. Pero la mentalidad del mexicano es a corto plazo, no es pensar en mañana, y ellos creen que es mejor morir de covid que de hambre, por eso sigue todo abierto», argumenta Gonzalo.
Toda la situación derivada de la pandemia ha dado una cosa buena a Gonzalo. Poder estar seis meses con su madre en Cancún. «Vino a verme mi madre en febrero que es mi cumpleaños y le cancelaron el vuelo por cuatro veces. Estuvo viviendo conmigo hasta julio porque la ruta aérea estaba cerrada y yo disfruté mucho de tenerla aquí, fue una situación increíble el poder volver a convivir con ella durante tanto tiempo», afirma con nostalgia.
Este año no podrá degustar roscón palentino el día de Reyes, pero comprará allí la tradicional rosca, que llaman, y la rellenará con nata montada, para rememorar los sabores de su casa de Palencia.
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