Los viajes a Frómista del grupo de tráfico y cultivo de cannabis desataron la operación

Esos indicios delictivos se reafirmaron días después con las grabaciones de Adif. Se certificaba que E. M. G. había acudido al vertedero con una furgoneta para arrojar sacos con restos de plantaciones. Una pista que derivó en la colocación de balizas en los vehículos de los sospechosos, «determinantes para demostrar la actividad delictiva de los investigados», así como citas con otros clanes de la droga y posibles ubicaciones de algunas de las plantaciones de marihuana. Pero pronto, con vigilancias operativas, se empezó a sospechar que la actividad se ampliaba a la cocaína.

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Se autorizaron, por ese motivo, las escuchas telefónicas en enero de este año, que confirmaron «la actividad del menudeo de drogas», así como la «evidente» subordinación de varios miembros para extender sus ramificaciones hasta Palencia o provincias de Castilla-La Mancha.

Hasta que todo explotó en el mes de mayo. Fue en la localidad de Frómista, con dos fechas concretas: el 5 y el 15 de mayo. Uno de los subordinados, J. P. P., negoció con A. M. C., alias 'Pipas', la venta de una partida de cocaína. «Las conversaciones son claras», apuntan el informe policial. Ese 5 de mayo, J. P. P. se trasladó hasta Frómista con J. V. P., otro de los detenidos, mientras que veinte días más tarde ese recorrido lo completó E. M. G., el hijo del cabecilla del clan. Ese día se negoció la venta de 80 gramos de cocaína, pues el traficante de Frómista tenía clientes en la ampliación del AVE que pasa por la localidad palentina. Misma cantidad que fue intervenida el pasado martes en el domicilio del 'Pipas' (que fue detenido pero que no pasó a disposición judicial). Se remataba así la 'operación Lata' desde Palencia.