El presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas, Carlos Cantera, afirma que el nivel de las pruebas de conducir ha aumentado a la vez que ha bajado el interés de los jóvenes, por lo que son muy pocos los que aprueban a la primera. «El ... sistema de exámenes no ha cambiado, pero el nivel de exigencia en las pruebas ha subido mucho», afirma. A ello se une una creciente falta de interés por parte de los jóvenes que «ponen menos ilusión y empeño» en sacar el carné.
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«Antes, cuando ibas en el coche con tus padres, te fijabas y les preguntabas para que servía cada palanca del coche. Ahora, los chicos van mirando el móvil y no miran a la carretera», afirma Cantera. «Estamos notando que cada vez tienen menos ilusión por sacar el carné», confirma Sonia Bahillo. «Solo se lo sacan cuando ven que es necesario», agrega. Por eso puede que se apunten a la escuela con 18 años, pero es habitual que lo dejen, lo retomen y tarden hasta dos años en obtener el permiso de conducir y que sean muy pocos los que sacan el práctico a la primera.
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Almudena Álvarez
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Asegura Sonia Bahillo que antes había mucha diferencia entre las chicas y los chicos a la hora de manejar el coche, porque ellos desde pequeños mostraban más interés por los coches y por conducir y de forma natural tenían mayor habilidad a la hora de ponerse al volante, una destreza que generalmente era muy masculina. «Antes nos daban mil vueltas. Pero ahora los chicos han perdido interés, no les llama la atención conducir», sostiene esta profesora. Así que en eso de llegar a las prácticas de conducir cada vez «más verdes», chicos y chicas se han igualado porque todos parten de cero en el manejo del volante. Por eso también era habitual que los chicos hicieran la mitad de las prácticas que tenían que hacer las chicas. «Ahora la cosa esta muy igualada», señala.
«Ha aumentado el nivel, ha bajado el interés y son muy pocos los que aprueban la práctica a la primera», insiste Cantera. Además todos, ellos y ellas, huyen de las clases presenciales y ni pisan la autoescuela. «Solo quieren hacer test 'on-line' y casi sin abrir el libro», señala Bahillo. A esto se une el hecho de que la demanda se haya focalizado en las vacaciones de Navidad, Semana Santa y verano, temporadas que se llevan el grueso de los clientes, la mayoría jóvenes universitarios que aprovechan estos periodos para darle caña al permiso de conducir. Esto hace que sacarse el carnet de conducir se haya convertido en una asignatura pendiente durante varios cursos, porque lo más habitual es que «un verano saquen el teórico y al año siguiente la práctica, con la consiguiente pérdida de conocimientos teóricos a la hora de hacer el examen práctico, explica Cantera.
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Una dinámica a la que contribuyen los periodos lectivos, ya que el calendario universitario empieza antes y los estudiantes, ya sin opciones en septiembre, se ven empujados a sacar el carnet «a plazos», como indica Cantera.
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