Jesús Valero, nuevo decano de la Facultad de Educación de Palencia

«Si se pagara más por la gestión, igual habría candidatos»

Al no presentarse ningún candidato a las elecciones a decano de este centro, Valero ha sido designado de forma directa desde el rectorado como representante y responsable de la facultad. De esta forma, se pretende garantizar la continuidad del proyecto educativo y el funcionamiento y la gobernanza del centro, así como tratar de facilitar el relevo y la aparición de candidaturas.

Jesús Valero es catedrático de Sociología en la Universidad de Valladolid y licenciado en Sociología y licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración por la Universidad Complutense de Madrid. Tiene un máster en Derecho Constitucional y Ciencia Política y también es doctor en Sociología. Además, ha participado en numerosos proyectos internacionales y europeos. Sus líneas de investigación se centran en los movimientos migratorios, en la Sociología de la Ciencia y Sociología de la Religión y cuenta con más de 100 publicaciones entre artículos, libros y capítulos de libro, destacando cuatro monografías como autor único. Asimismo, ha sido ponente en diversos congresos nacionales e internacionales.

–¿Qué tal van los primeros días en el cargo?

–Ya había sido secretario de la facultad y también subdirector, pero lo que no había sido era decano. Esto lleva mucho trabajo porque hay que estar pendiente de reuniones, de papeleo, mucho tema administrativo y de las juntas de centro. Ahora, por ejemplo, estamos en un proceso de presentación o la verificación de títulos, y hay que hacer algunas modificaciones. También he tenido ya varios actos en los que he tenido que acudir como representante de la facultad, hemos tenido también puertas abiertas, hemos ido a los centros... Todo esto conlleva una organización para poder ir y mostrar las titulaciones a distintos centros, además de las reuniones propias entre los decanos y directores de la universidad. Esto es un tema de gestión que lleva mucho tiempo. Y a mí me quita tiempo de investigar, que es lo que me interesa.

–Ha sido un cargo obligado, por falta de candidatos. ¿Cómo se aborda esta situación desde la facultad?

–Después de Semana Santa empezaremos las reuniones con distintos miembros de la facultad, sobre todo con los responsables de los departamentos o áreas para ver si hay algún candidato o candidata. Hay que buscar una solución y, si no, tendrá que tomar otra determinación el rectorado. Puede ser que pongan otro sustituto durante nueve meses y hacer otro esfuerzo o pongan una comisión gestora.

–¿Una comisión gestora es ya lo más probable?

–A mí me gustaría que hubiera alguien, pero claro, también me pueden decir ¿por qué no eres tú? Es que yo ya tengo mis años de gestión. Además, acabo de dejar de coordinar un máster porque no puedo estar en el decanato, y cuando deje esto volveré otra vez a coordinar el máster. Yo dirijo y coordino un grupo de investigación que hay que llevar adelante. A mí hay cosas que me interesan más que la gestión, porque yo ya he hecho gestión. No es que no quiera... Yo ya tengo cubierto más de ocho años de ello.

–¿Por qué motivo los compañeros no quieren dar un paso adelante y ponerse al frente del decanato?

–Yo creo que esto de la gestión... Vamos a decirlo, no está bien considerado. Estoy convencido, esto ya es una opinión personal, que si se pagara más por esta gestión igual había gente. Pero la gestión es tediosa, es complicada, aburrida. Por lo menos para mí, y creo que para muchos compañeros también. Y yo, sinceramente, si se pudiera coger a un profesor y decirle vas a ser un gestor, te vas a dedicar a esto y solo a esto y vas a tener un salario, quizá va mejor. También es verdad que se pueden hacer algunos cambios en algunas estructuras porque la nueva normativa dictamina que son seis años de mandato y si ya con cuatro era difícil encontrar a alguien, imagínate con seis.

–De momento, nueve meses por delante. ¿Qué retos plantea como nuevo decano? ¿Qué necesita la facultad?

–Yo creo que es asentar un poco los títulos, que lo están, pero bueno. También tenemos el Grado de Antropología Social, al que hay que darle un empujón importante. El otro reto es conseguir que haya candidatos y también afrontamos unos meses de obras que hay que gestionar. Además, creo que otra cuestión importante es acercar más la universidad a la sociedad. Se ha hecho, pero creo que es otro reto más, que no nos vean en un campus que está ahí alejado y en el que no se puede colaborar. La Facultad de Educación hace cosas interesantes, no solo desde el punto de vista educativo, sino también social.

–¿Qué grados tienen mayor acogida?

–La doble titulación de Educación es la que más demanda tiene, sin duda. Siempre preguntan por ella, tiene aceptación por sí sola. También está Educación Primaria y después Educación Infantil. La que menos ahora es el Grado en Antropología, hay que darlo una vuelta y venderlo mejor.

–Quizá porque se crea que tiene pocas salidas laborales.

–Puede ser una de las razones. Es verdad que no tiene las salidas profesionales que puede tener Educación o Educación Social, es obvio, pero también por su propia estructura. Pero bueno, yo creo que sí que hay que venderlo y luego, también, tenemos aquí cerca Salamanca, a 110 kilómetros, y tienes el mismo título. Hay que dar un golpe de rosca, mover un poco y ver en qué nos diferenciamos y cómo podemos venderlo, qué actividades y en qué medida se puede vender y hacer que la gente lo perciba.

–Igual que Agrarias va a incorporar dos grados el curso que viene, ¿esta facultad se plantea implantar nuevas titulaciones?

–De momento no. En un futuro, bueno, habrá que mirarlo, ¿no? Yo creo que sí. Sobre todo, adecuar el enfoque, pero la verdad es que hay que buscar y plantear una titulación que sea ajustada y acorde con los títulos que hay aquí, no buscar una titulación que no guarde ninguna relación con el profesorado, que tenga que hacer una nueva estructura de profesorado... Y sin medir las posibilidades y probabilidades.

–¿Se consigue retener al profesorado que no es de Palencia?

–El 50% son de fuera de la provincia. Es verdad que tenemos dificultades y ha habido dificultades de plazas, que haya gente que las ha sacado y luego se ha ido porque les queda lejos, porque se van a Valladolid o porque vuelven a su lugar de origen. Yo creo que esto es un sitio agradable para trabajar: pequeño y recogido. Lo que tenemos que hacer es que sea todavía más acogedor, donde se hagan actividades para todos y entre todos y en colaboración. Al ser pequeño esto te lo permite.

–En cuanto al alumnado, ¿los jóvenes estudian aquí y luego se van?

–El problema es que toda esta gente, la mayoría, hacen oposiciones, y los que no se van a colegios concertados. El que es de Palencia igual se quiere quedar en Palencia, pero el que no es de Palencia se presenta a las oposiciones donde sea, aunque hay posibilidades de que la gente que quiere se puede quedar.