Los usuarios del Banco de Alimentos crecen un 2,1% desde enero hasta los 1.972

«Los usuarios se siguen incrementando desde principios de año. Ya en el tercer trimestre atendemos a 1.972 personas a través de 32 asociaciones, entre consumo y reparto, tanto de la capital como de la provincia», afirma la secretaria del Banco de Alimentos, Rosa Ortega.

La organización ayuda a las personas que lo necesitan de estas 32 asociaciones, a las que han llegado los usuarios a través de una valoración de los Ceas, que son los encargados de evaluar a cada familia. Por este motivo, los repartos no se hacen directamente a las familias sino a estas entidades. El Banco de Alimentos además también reparte a usuarios que se encuentran en distintos centros, ya sea de mayores, de drogodependientes...

El perfil de las personas necesitadas que tienen concedido ese apoyo alimentario ha variado mucho en los últimos cuatro años y medio, desde la pandemia. «De gente mayor ahora mismo tenemos lo mínimo porque ha cambiado bastante el perfil desde el covid. Antes teníamos muchos mayores y solteros, pero ahora, sobre todo, se trata de gente muy joven, de unos 28 o 35 años, con niños pequeños a su cargo», reconoce Rosa Ortega, quien subraya que aunque tengan trabajo, este puede ser a media jornada o con un salario que no llega para cubrir todas las necesidades mensuales y menos aún con los altos precios actuales.

El Banco de Alimentos consigue mantener cada mes a las personas vulnerables que necesitan un apoyo en forma de comida, gracias a la solidaridad y la generosidad de los palentinos, que siempre responden cuando se les reclama. Los palés de la sede están cada vez más vacíos, ya que la última campaña fue operación kilo a principios de junio, la segunda más importante tras la gran recogida. Esta reunió a 25 supermercados (Alcampo, Carrefour, Dia, Mercadona, Lupa, Eroski, Froiz y Gadis), que lograron acumular más de 6.000 euros.

«Lo que más se gasta es la leche, que es un básico, y el aceite. Luego, ahora mismo, de latillas de atún no tengo nada ya, ni tarros de verdura cocida, de menestra... Y pasta y legumbre también necesitamos ahora mismo», reconoce la secretaria de la organización palentina, con unos almacenes cada vez más vacíos de alimentos. «Estoy dando ya los pedidos de octubre y tengo para pasar los de noviembre, si Dios quiere. De alimentos estamos muy mermados ya, necesitamos de todo, la verdad. Pero para salvar los pedidos hasta la gran recogida, sí que podemos aguantar», reconoce.

El Banco de Alimentos de Palencia dejó de repartir aceite de oliva hace ya más de un año, cuando su precio se puso tan desorbitado que era imposible acceder al mismo. Antes de este incremento, en la asociación alternaban el de oliva y de girasol en los pedidos que hacían mensualmente a las familias necesitadas. Pero reconocen que actualmente es imposible adquirir el aceite de oliva al precio tan alto que está ahora mismo.

La campaña más fuerte y más importante del año llega este próximo mes de noviembre, concretamente el 22 y 23, a cuarenta supermercados de la capital y la provincia, a través de ocho cadenas diferentes (Alcampo, Carrefour, Eroski, Gadis, Mercadona, Dia, Lidl y Lupa).

Tres de ellos llevarán a cabo la donación en caja (Mercadona, Dia y Lupa), mientras que los otros cinco la han organizado de tipo mixto, tanto recogida de alimentos como económica en las cajas de los supermercados. «Para nosotros es mucho más sencilla de donativos porque es más fácil de organizar, no tienes que estar pendiente de si te falla gente ni de la logística para poder recoger todo. Además, con los donativos compramos lo que necesitamos según se va terminando. Que se termina la leche, la encargo al supermercado, por ejemplo», afirma Rosa Ortega, quien también agradece los donativos en forma de comida.

Todos los bancos de alimentos trabajan para tener a punto todo de cara a esta cita, la que más ayuda recauda de todo el año. «Estamos buscando ya los voluntarios informativos, para que todo el mundo sepa que el donativo que hagan viene en el ticket reflejado. Y que toda ayuda que pase de 50 euros, tiene un certificado de donación para desgravar en la próxima declaración de la renta», explica.

El año pasado se obtuvieron 12.391 euros, una cifra que demuestra la generosidad local, pero que era la mitad de lo recaudado en 2022, cuando la cuantía ascendió a 24.795 euros. «Estamos muy agradecidos por la generosidad de los palentinos, que nunca nos fallan. Están las cosas muy difíciles y hay muchas causas también», valoraba la secretaria del Banco de Alimentos.

A esta ayuda en metálico, hay que sumar todas las campañas de colegios, empresas y carreras, que sobre todo realizan en Navidad, que suman kilos y kilos de solidaridad en forma de latillas, litros de leche o kilos de garbanzos. Simplemente la San Silvestre del año pasado, llamada la San Silvestre solidaria, donde se pedía alimentos a cambio de la inscripción, acumuló 3.600 kilos.

Con toda la comida donada por colegios, empresas y particulares, el Banco de Alimentos consigue seguir dando los pedidos a las personas que lo necesitan hasta que puedan hacer uso de las cuentas de los supermercados con el dinero donado por los palentinos. «Siempre nos salva mucho lo donado de los colegios porque lo retiro antes de que les den las vacaciones y así lo podemos utilizar en Navidad, porque la gran recogida poder gastarla cuando me den la autorización para las compras, que suele ser a partir de enero», sentencia. Y con todo lo conseguido en esta campaña de noviembre, se aguanta hasta la siguiente que no suele ser antes de abril.