![Una clase de percusión de la UPP.](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202104/11/media/cortadas/UniversidadPalentinaPopular025-kPKI-U14017238289hWB-624x385@El%20Norte.jpg)
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Carmen aguado
Palencia
Domingo, 11 de abril 2021, 09:01
La vida, tal y como la conocíamos, se paró en seco el mes de marzo del año pasado. Después de los primeros meses de confinamiento domiciliario y desescalada vino el tiempo de adaptarse a la nueva realidad que se presentaba. Lo mismo sucedió en la ... Universidad Popular de Palencia (UPP), que de un día para otro, vio paralizada toda su actividad presencial después de 35 años.
«Lo más difícil fue adaptarnos en marzo del año pasado cuando tuvimos que pasarnos de clases presenciales a 'on-line'», explica su director, Cándido Abril. Esta incorporación a los medios tecnológicos no fue fácil, recuerda. Además, hay que tener en cuenta que aunque a la UPP asisten alumnos de edades comprendidas desde los 20 a los 90 años, el 70% del grueso del alumnado se concentra entre los 40 y los 60 años.
Precisamente, en cuanto a ese perfil de edad, Abril afirma que «hay alumnos de todas las edades. A los cursos de idiomas, teatro o música viene un perfil de gente más joven. Pero luego hay otros que sí viene gente más mayor. Respecto al género, hay más mujeres que hombres, aunque este es en uno de los centros en el que más porcentaje de hombres asiste, en comparación con otras universidades populares de otras provincias».
Tras los meses iniciales, el planteamiento inmediato fue cómo se iba a afrontar el curso que estaba por venir y en el que actualmente nos encontramos. «Había que seguir por cuestión de supervivencia a pesar de todos los condicionantes. O salíamos en este curso o moríamos», recalca Abril. «Decidir seguir hacia delante nos llevó al proceso de reestructuración de los cursos, adaptación y acondicionamiento de aulas, protocolos de higiene y limpieza», explica.
La mitad de plazas
Han sido estos protocolos sanitarios los que han hecho que se vea reducido el número de alumnos matriculados. Mientras que en el curso 2019/2020 había unos 3500 inscritos, en este curso actual son casi la mitad, 2000. Esta bajada se debe principalmente a la reducción de los aforos de las clases que en otros cursos rondaba los 25 alumnos de media mientras que en este los asistentes varían entre 12 y 15 por aula.
«Aunque hemos seguido con la misma oferta de cursos y más horarios, la demanda se ha visto mermada primero por el límite de alumnos impuesto y segundo por los miedos o inseguridades de otros muchos que no estaban seguros de dar el paso de asistir presencialmente», comenta Abril.
Pero no todo iba a ser negativo, Cándido Abril explica orgulloso la capacidad de adaptación a las nuevas circunstancias que ha tenido la UPP, sus docentes y alumnos. Actualmente, la vía 'on-line' se ha incorporado en las clases de forma que los alumnos matriculados pueden seguir lo que se está impartiendo en el aula de forma simultánea desde sus casas. Es lo que han llamado «doble canal», esto ha permitido una cierta relajación para todos aquellos alumnos que sentían algún inconveniente en acudir de forma presencial.
Aunque gracias a esta parte telemática se han ampliado mucho las posibilidades de la institución, su director explica que en el ámbito de la educación adulta destaca cómo las personas quieren recibir los conocimientos y cómo compartir esta metodología. «Mucha gente vino en octubre con la sensación de que venía al paraíso después de tantos meses inusuales. Con el tiempo los alumnos han visto la seguridad de nuestras clases debido a todas las medidas sanitarias que hemos tomado», comenta Abril.
«La educación de personas adultas es un aprendizaje para interpretar la vida, lo que tenemos que interpretar ahora es esta realidad que tenemos que normalizar dentro de lo posible», reflexiona el director de la Universidad Popular de Palencia.
El horario se mantiene como en cursos pasados, tanto de mañana como de tarde. El director de la UPP explica que «aunque la mayoría de las clases siempre han sido fundamentalmente de tarde, ahora hay mucha gente que trabaja en ese horario o bien que no trabaja y asiste por la mañana».
Además, cabe destacar que cada año aumenta el número de alumnos que acuden al colegio público Buenos Aires, sede de la Universidad Popular de Palencia, provenientes de pueblos de la provincia cercanos a la capital como son Villamuriel de Cerrato, Venta de Baños, Dueñas o Magaz de Pisuerga. «Ahora mismo son unos 300», comenta Cándido Abril.
Mantener los convenios
En cuanto a la financiación de la institución, Cándido Abril explica que, «durante este curso hemos mantenido prácticamente todos los convenios institucionales pero sí que se ha visto repercutido la reducción del número de alumnos. Esto ha hecho que tengamos mucha dificultad para seguir sobreviviendo. Ahora estamos pensando en el futuro y en que el mes de octubre estemos algo mejor y nos vaya permitiendo ampliar plazas aunque no sea al 100%».
En septiembre, la UPP promovió una Fila 19 (la misma filosofía que la 0)y con quienes colaboraron la entidad ha establecido un contacto telemático permanente. «Otra mucha gente, viendo que su asistencia iba a ser escasa, se ha matriculado y pagado su matrícula, y estamos muy agradecidos. Su gesto significa que quieren que la UPP, a pesar de la situación difícil, como la viven otros sectores, siga adelante», afirma.
Este mes pasado, la Diputación dio el visto bueno al convenio de colaboración que mantiene con la Universidad Popular de Palencia por importe total de 32.300 euros, que viene a valorar su labor social a la hora de facilitar la educación de adultos, la promoción y formación ocupacional, la animación sociocultural y de tiempo libre, la realización de estudios e investigaciones y otras actividades complementarias de similar naturaleza. El convenio está dividido en tres partes (las actividades formativas en las áreas de Servicios Sociales y Juventud, respectivamente, y en el centro penitenciario La Moraleja de Dueñas).
Por su parte, el Ayuntamiento de Palencia anunció que mantendrá los 41.000 euros de la colaboración con la UPP para la promoción cultural, así como la cesión gratuita de la sede ubicada en las plantas superiores del colegio Buenos Aires.
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