Las tristes aguas del Pisuerga sin piraguas
Descenso Internacional del Pisuerga ·
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Descenso Internacional del Pisuerga ·
Alar no celebra su Descenso con cientos de palistas, después de 55 ediciones consecutivas disputándoloAyer no hubo aplausos, gritos de ánimo, ni competiciones sobre el Pisuerga. No se oyeron los remos entrando en el agua, ni los chillidos de júbilo al cruzar la meta en primera posición. El Descenso Internacional del Pisuerga no reunió ayer a más de 300 palistas de decenas de clubes porque, por primera vez en 56 años, no se celebró. «Este año no hemos hecho nada porque no queremos arriesgarnos, puede salir bien o puede salir mal. No vamos a ser más valientes que nadie. Tampoco se ha hecho el Sella», señalaba, con pesar, Jesús Medrano, presidente del Centro de Iniciativas y Turismo (CIT) de Alar del Rey y del Comité Organizador del Descenso Internacional del Pisuerga.
«Hace mucho tiempo ya adelanté que la intención era suspenderlo, desde finales de abril o primeros de mayo. Lo hablaba con el presidente del Sella y comentábamos que era un problema, que quién se arriesgaba a hacer algo tal y como estaba todo. Si sale bien, fenomenal, pero si hay un problema queda marcado para toda la vida. Al final decidimos que no. Puede que hayamos tardado mucho pero la Federación Española hasta el 15 del mes pasado no lo han comunicado oficialmente», agrega Medrano, que espera que las imágenes del Pisuerga vacío, del puente sin estar atestado de público, no se repitan más ningún 15 de agosto.
«Desde la Federación nos plantearon hacerlo solo con palistas de Castilla y León, a lo cual yo me negué totalmente porque es una prueba internacional y el arraigo que tenemos con Asturias es muy fuerte. No podíamos plantear celebrar el descenso y no invitar a los asturianos. Eso sería una catástrofe y yo no estoy dispuesto a ello», agrega.
La Fiesta de las Piraguas, porque es algo más que una carrera, es una fiesta con todas sus letras comenzaba el día anterior, el 14, con un desfile de carrozas vinculadas con el piragüismo, seguía en el monolito con el izado de las banderas regionales, locales, nacional y europea. Ahí comenzaba todo. «Es una prueba deportiva pero también conlleva la fiesta, el pasar dos días la gente junta y no estamos para estas cosas», señala. Lo único que se ha hecho, de todos los prolegómenos antes de bajar al agua del Pisuerga, ha sido el cambio de bandera, poner una nueva de España, pero en esta ocasión con un crespón negro, por el fallecimiento -este 2020- del último de los fundadores, Guillermo Escobar.
Corría el 22 de agosto de 1956 cuando más de cuarenta palistas se adentraron en el río para formar parte de la primera edición del Descenso Internacional del Pisuerga. Siete personas fueron los artífices: Arturo Palacios, Cecilio Fernández, Elías López, Ignacio Domínguez, José Luis García, Pablo Guaza y Guillermo Escobar, que recibió un sentido e íntimo homenaje al izar la bandera en su honor.
Él mismo recordaba, en las bodas de oro de la competición alarense, allá por 2014, que «eran casi como la barca de San Pedro, eran piraguas de madera que se rompían en las presas. Si casi tenían que remar con las manos porque un remo estaba del derechas y otro del revés».
Todo comenzó con un viaje. Escobar y su esposa, junto a otros tres matrimonios amigos, fueron a Portugal por la costa y subieron hasta Asturias. «Allí nos encontramos con el pequeño Sella en Arriondas y pensamos si estos que tienen un río casi sin agua hacen un descenso, por qué no hacemos algo con el río que tenemos», rememoraba. A la vuelta del viaje pararon en Ribadesella y preguntaron cómo se organizaba un descenso. «Poco a poco fuimos consiguiendo subvenciones y también pusimos dinero de nuestro bolsillo para poder llevar a cabo la primera regata por el Pisuerga», concluía con una sonrisa.
«Estaba ya un poco pachucho y tenía sus años, y de la noche a la mañana se nos fue. Hemos puesto crespón negro en homenaje a él. Este año hemos hecho este acto y ninguno más», señala, por su parte, Jesús Medrano. Pero alguien sí que descendió ayer por la mañana por el Pisuerga con la piragua. Sin público, sin meta y sin trofeos, pero con la barca y el agua como camino. Dos de los componentes de la organización José Luis 'Chicho' Asenjo y Guillermo 'Mito' Vallejo agarraron los remos y se subieron a su embarcación para disfrutar del Pisuerga, en una paz y tranquilidad atípica.
«Esperemos que el año que viene tengamos vacunas para poder estar de nuevo en el Descenso del Pisuerga. Intentaremos hacer alguna sorpresa más, ya que no hemos podido celebrarlo este año, pues hacer un año aún más explosivo», concluye Jesús Medrano.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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