Cinco ancianos –tres mujeres y dos hombres– recalaron el jueves en la residencia de Cervera de Pisuerga procedentes de la residencia de mayores de Cabezón de Pisuerga, en la que se ha registrado un alto número de casos de Covid-19. La residencia de Cervera se encuentra hasta ahora libre de coronavirus y la llegada de estas cinco personas –que han arrojado resultados negativos en los test– ha generado una gran dosis de intranquilidad en el municipio.
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Desde la residencia de Cervera –gestionada por la empresa Vitalia, que también gestiona el centro de Cabezón– aseguran que estas cinco personas se encuentran aisladas. «Para traerles aquí ha tenido que dar el visto bueno Sanidad y les tenemos completamente aislados», explican desde el centro poco antes de añadir que cada una de estas personas arrojaron resultados negativos en dos test 'PCR', que se les practicaron los días 3 y 13.
Sin embargo, las explicaciones que ha ofrecido la residencia no convencen a varios de los familiares de los 68 usuarios que tenía el centro antes de la llegada de estas cinco personas. La Residencia de Cervera de Pisuerga se jactaba de tener sus instalaciones libres de Covid-19 y la llegada de estas cinco personas ha añadido una dosis de incertidumbre a las familias, que temen que esta decisión pueda introducir el virus en uno de los lugares más vulnerables de un pueblo con un alto porcentaje de población mayor de 65 años.
El alcalde de Cervera de Pisuerga, Jorge Ibáñez, aseguró ayer que conoció tarde esta decisión, cuando estas personas ya habían llegado a la residencia Cervera. No obstante, asegura que llamó al delegado territorial de la Junta, José Antonio Rubio Mielgo, para preguntarle las razones por la que se había autorizado el traslado de estas personas durante el estado de alarma. «La empresa juega su baza en un sentido económico y la que tiene que poner la cabeza y la mente fría para que esto no pase y nadie anteponga el interés económico al de las personas, que es la Junta de Castilla y León, no sé muy bien qué es lo que ha estado haciendo. Igual, realmente esto tiene un sentido, pero yo desde fuera no lo veo», explicó ayer el alcalde de Cervera, visiblemente enfadado. «Me parece un riesgo inasumible el que estamos corriendo, pero me siento impotente porque una vez que están aquí, poco podemos hacer», añadió.
Cervera es la segunda zona de salud con un menor porcentaje de enfermos de Covid-19 por tarjeta sanitaria y Jorge Ibáñez espera que esta decisión no incremente los afectados. «Teníamos la fortuna de tener un número de casos muy bajo, muy bien controlado, y ahora mismo no sabemos lo que vamos a tener. No solamente son los propios residentes, que son la gente más delicada, sino también los auxiliares, que tienen que hacer su trabajo arriesgando su salud y la de sus familias. Me parece una barbaridad, pero yo no puedo hacer mucho más», aseguró ayer el regidor cerverano.
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