Un gigantesco embudo ha dominado el cielo de Palencia en la tarde de este martes, soplando en espiral hacia arriba a modo de torbellino y producido por la interacción de una tormenta de las que asolan en este inicio de junio Tierra de Campos o el Cerrato.
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Muchos palentinos han tenido la oportunidad de ver esa impresionante columna a la que rápidamente han llamado tornado, con la consiguiente alarma que suscitan tales fenómenos atmosféricos, si bien la velocidad que alcanza el viento de los tornados y los catastróficos daños que ocasionan no permite calificar como tal al fenómeno que ha atravesado esta tarde la capital.
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También hay quienes lo han denominado tromba marina, pero difícil también en secano. Lo que sí que ha podido ser es una manga de agua, un embudo que contiene un intenso torbellino que ocurre sobre un cuerpo de agua, usualmente conectado a una nube, que se ha podido contemplar incluso desde la plaza de la Inmaculada y más alto que la torre de la catedral de Palencia, hoy precisamente en su séptimo aniversario.
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