El punto de control del Sistema Automático de Información Hidrológica de Vidrieros, pedanía de Triollo, ha reflejado esta madrugada que este pequeño municipio ubicado a los pies del Curavacas ha llegado a los -20 grados. No obstante, la cifra real es aún más heladora, ya que este tipo de puntos de control no reflejan temperaturas inferiores a 20 grados bajo cero y la temperatura llegó incluso hasta los -21.5 grados.
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Estos datos llegan solo dos días después de que este mismo punto registrara una temperatura de -19,9 grados y desde el único establecimiento hostelero del pueblo, el Molino de Vidrieros, aseguran que hacía ya muchos inviernos que el termómetro no bajaba tanto en la zona. No obstante, apuntan que la sensación térmica no fue tan extrema como puede parecer por los datos. «La gente está muy equivocada. Aquí tenemos un frío seco que, si te abrigas, no se te mete en el cuerpo. Bien abrigado no se tiene ningún problema», explican desde el establecimiento, que tras las medidas anunciadas por la Junta para frenar el avance de la pandemia se ha visto abocado a cerrar. «Teníamos mucha gente que venía a vernos porque el pueblo está precioso, pero si solo nos dejan abrir la terraza no vamos a poder abrir. Lógicamente, con 20 bajo cero, la terraza no va a tener mucha clientela», se lamentan desde el Molino de Vidrieros.
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