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La palentina Elena Herreros lleva veinte años ejerciendo como psicóloga, primero en Madrid, en centros de atención de personas drogodependientes, después estuvo un año en Chile como profesora de Universidad y más adelante en su ciudad, en Palencia, en el Centro Herreros Psicoterapia, que hasta entonces dirigía su padre. Herreros está especializada en trastorno de la ansiedad y depresión.
–¿Qué va a necesitar la población para superar esta situación?
–Confío en que, tras el confinamiento, la población general va a tener la capacidad para hacer una buena adaptación a la nueva situación. Hay consecuencias psicológicas por esta cuarentena, pero sin este 'encierro sanitario' las consecuencias serían peores en todos los ámbitos. Las personas más afectadas van a necesitar psicoterapia, la verdad. Va a aumentar el estrés por separación de los seres queridos, por pérdidas de libertad, por incertidumbre y lo que más va a hacer falta es trabajo psicoterapéutico profesional. Ahora lo que se está viendo fundamentalmente es el trabajo de los médicos y de los enfermeros y demás, nosotros somos también sanitarios, pero recogemos el segundo impacto, el que aparecerá dentro de unos meses.
–¿El trabajo no se está desarrollando ya?
–Sí que hay mucha ayuda ya, pero hay que tener cuidado porque se va a necesitar ayuda especializada en duelo y trauma. La escucha tiene que ser empática, donde se pueda hacer un buen manejo de la ansiedad y la culpa, por eso tiene que ser de manejo profesional.
–¿Quiénes son los más propensos a sufrir ansiedad durante el confinamiento?
–En general a toda la población nos va a afectar de algún modo por el nivel de estrés, pero las personas que padecen trastornos de estrés postraumático, de ansiedad o psicótico, son los que se van a ver más afectados.
–¿Qué tiene que hacer la gente para mantenerse bien a pesar del encierro?
–Establecer una rutina para llevar mejor el día, sobre todo donde hay niños. Por eso se recomienda hacer un horario que nos permita no alterar demasiado los ritmos de sueño y vigilia, que es lo primero que hace que se desestabilice el aparato psíquico. También mantener los hábitos de higiene, no abandonarse, tener un espacio diario para hacer ejercicio físico, que va a hacer que aumenten las endorfinas y que no nos anquilosemos. Cuidar la ingesta de alimentos, intentar no dejarse llevar por el aburrimiento e ir al frigorífico continuamente. La comida es un ansiolítico natural y hay una tendencia de comer para calmarse, por eso es preferible hacer cinco comidas más ligeras, que tres copiosas. También es importante que cuidemos las relaciones sociales, el no sentirnos solos y poder estar en contacto con familia y amigos, aunque sea de forma telemática.
–¿Qué cree que está ayudando a la población a manejar esta situación?
–Sentir que están haciendo un esfuerzo por el bien común y este es uno de los fenómenos que se describen más aliviadores en esta situación. Las muestras de profunda solidaridad de la gente me emocionan… También salir a los balcones, a sentirse parte de un todo.
–¿Por qué?
–Sobre todo es el mirar a la cara de nuestros vecinos, porque es gente con la que hemos vivido un montón de tiempo cerca y a veces ni nos conocemos. Ver que hay alguien ahí que está pasando lo mismo que tú y que está también emocionado y pasando por las mismas circunstancias.
–¿Qué le diría a las familias con niños para soportar tantos días sin salir?
–Hay que explicarles a los niños que renunciamos a salir para cuidar a los demás, que es un acto de amor a los nuestros y al planeta. Y jugar mucho con ellos, bailar, cantar…
–¿Van pesando cada vez más los días?
–Cuanto mayor sea la cuarentena, peor salud mental con síntomas de estrés postraumático y conductas de estrés e ira.
–¿Cómo afecta a alguien que ha perdido a un ser querido tener que estar solo?
–Hay ya protocolos y ya están haciendo formación específica sobre el duelo en COVID-19. No puedes cerrar, el no poder ver o llevar a cabo una despedida hace que los asuntos queden inconclusos y puede haber muchas manifestaciones de culpa, de pena, de ansiedad. Va a ser más traumático el duelo. Aquí sí que va a hacer falta ayuda psicoterapéutica especializada. Cierto es que no todo el mundo va a reaccionar de la misma manera, pero no poder hacer un cierre y una despedida es algo muy traumático.
–¿Y qué van a necesitar estas personas?
–Los funerales 'normales' son una primera ayuda para empezar a hacernos cargo de la situación de pérdida. Al hacer un funeral con las restricciones actuales, los familiares a veces sienten un gran vacío o incluso algunas personas describen la sensación que lo que pasando no es real, al no poder ver a su familiar ni amortajarlo. Esto genera una experiencia muy traumática. Será muy positivo que reciban mensajes de cariño de su entorno para suplir así la falta de abrazos en la medida de lo posible.
–¿Y qué más van a necesitar?
–Que se les reconozca su dolor… Cuando puedes acompañar a tus familiares, sientes un alivio. De nuevo se pone en relevancia lo importante del sostén en el momento de la muerte. No estar solo en el cierre, poder abrazarse a un ser querido y llorar son elementos que necesitamos para hacer un duelo normal. Cada duelo es único y no existen normas universales que se apliquen, pero existen duelos traumáticos como van a ser muchos en este caso. Nosotros podemos ayudar a gestionar esta difícil situación a través de la psicoterapia.
–¿Los sanitarios también van a necesitar ayuda?
–Las personas que están asistiendo en primera línea van a ser los primeros afectados porque están corriendo un riesgo vital importante, y en ocasiones con fatal desenlace. Tienen esa sensación de si me voy a casa corre peligro mi familia y encima algunos de ellos también están teniendo que tomar estas decisiones de medicina de guerra. El nivel de estrés de las profesiones que están en primera línea va a ser mucho más alto que el de la población normal. Incluso la literatura científica plantea que los sanitarios que tienen que aislarse sienten gran preocupación porque el ámbito laboral no cuenta con suficiente personal o por creer que causan trabajo extra a sus colegas. Se recomienda que se tomen medidas de carácter organizacional para garantizar que haya un apoyo al personal sanitario, de hecho ya se está haciendo, pero habrá que reforzarlo.
–¿El exceso de información a través de 'whatsapp' o redes sociales es perjudicial?
–La irritabilidad también es una manifestación del miedo. Vemos en estos días mensajes de rabia e ira que no solo no suman, sino que más bien ayudan a minar el estado de ánimo propio y de los demás. Es importante poder depurar este tipo de negatividad para cultivar una higiene mental más acorde con lo que nos toca vivir. Los pensamientos son nuestros constantes compañeros, por eso es tan importante elegir pensamientos positivos. Este es el momento de ir de la mano, de aprender a sumar en positivo, ya hay demasiado dolor. Tratemos de ayudar y no de obstaculizar. En la función de ayuda a los demás está implícita la ayuda a ti mismo. Las personas que son capaces de generar red de apoyo se valoran mejor y se nutren. Y es sinónimo de buena salud mental ser responsables con la idea del cuidado al otro, cada cual ha de hacerlo en su pequeña gran escala. Hacer reír a los demás es otra forma de aumentar tu energía positiva, es importante intentar tener una buena comunicación con los demás.
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