Aurora Herrero, el actor palentino Alfonso Mendiguchía y María San Miguel, en la obra 'Proyecto 43-2'. Alba Muñoz
María San Miguel | Actriz y creadora teatral

«El teatro documental nos hace mejores actores y mejores personas»

Fundadora de la compañía Proyecto 43-2, nombre de la primera pieza de 'Rescoldos de paz y violencia', una trilogía que aborda el terrorismo de ETA que se escenificará en el Principal

Jose Rojo

Palencia

Viernes, 24 de enero 2025, 15:03

Tras dieciséis años viviendo en Madrid, la vallisoletana María San Miguel (1985), que creció en la localidad de Carpio, regresó hace cuatro años a su tierra natal. Esta actriz y dramaturga, que se licenció en Periodismo y que atesora un máster de Humanidades por la ... Universidad Carlos III de Madrid, fundó en 2011 la compañía de teatro documental Proyecto 43-2, cuyo nombre bautiza la primera pieza de 'Rescoldos de paz y violencia', una trilogía que aborda el terrorismo de ETA y que se escenificará este viernes 24 y sábado 25 de enero en el Teatro Principal de Palencia. El primer día se representarán 'Proyecto 43-2' (2011) y 'La mirada del otro' (2015) y, tras bajar el telón, el elenco compartirá en el vestíbulo del teatro un marmitaco con los asistentes a las obras. El sábado, se pondrá en escena 'Viaje al fin de la noche' (2017), que se cerrará con un encuentro con el público al que asistirá Maixabel Lasa, cuyo marido, Juan María Jaúregui, fue asesinado por la banda terrorista.

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–¿Cómo floreció Proyecto 43-2?

–Este proyecto surgió a raíz de la tesis que realicé tras finalizar el máster en Humanidades. En 2009 empecé a investigar el teatro como herramienta pedagógica y de memoria y lo apliqué a un caso práctico, el conflicto vasco, y en ese mismo año viajé al País Vasco y, de la mano de la abogada Rafaela Romero y de Jesús Eguiguren, el último negociador del Estado con ETA, entrevisté a víctimas y disidentes de la banda terrorista, entre otras, a Maixabel Lasa, un material que me sirvió para escribir mi tesina y la primera pieza de la trilogía, que se estrenó en 2011, cinco meses después del anuncio del cese de la violencia por parte de ETA. Y giramos muy poco con este montaje porque abogábamos por el diálogo y la memoria y en aquella época no era una apuesta oficialista, sino un tanto radical.

–A pesar de todo, se embarcó en la redacción de la segunda y tercera entrega.

–La verdad es que fuimos un poco kamikazes porque en esa época se abordaba muy poco este tema, pero teníamos tanto material después de diez años de investigación que merecía la pena finalizar la trilogía.

–¿Qué les ha reportado esta experiencia?

–Esta experiencia nos ha servido para aprender mucho y nos ha hecho mejores artistas y mejores personas al tener una visión muy amplia del conflicto vasco, un tema muy complejo en el que no todo es blanco y negro, sino que está lleno de grises. Además, seguimos manteniendo un estrecho vínculo con los entrevistados, ya que algunos de ellos nos acompañan cuando representamos las funciones, e incluso, algunos se han convertido en amigos nuestros.

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–¿Cómo se logra desprender de los personajes al finalizar la función tras representar personajes reales con los que mantienen una estrecha vinculación?

–Es muy difícil despojarse del personaje y, en muchas ocasiones, ha sido muy doloroso porque hemos escuchado historias terribles. Pero, al mismo tiempo, nos consideramos afortunados y privilegiados por conocer y contar la historia de estas personas y hemos sido conscientes de la capacidad del ser humano a la hora de superar momentos tan trágicos. Y no sólo hablo de las víctimas, sino de los exterroristas con los que hemos hablado, que, después de pasar años en la cárcel, se han arrepentido de sus actos y han intentado hacer lo posible para sanar el daño producido.

–¿El mensaje de su trilogía sigue vigente hoy?

–Eso nos hemos preguntado los integrantes de la compañía y todos coincidimos en que nuestro mensaje aún hoy está vigente. En estos momentos la sociedad escucha los discursos de odio de VOX, el nombre de un terrorista de ETA para captar votos y la utilización de las víctimas de la banda terrorista y, además, Trump gobierna Estados Unidos. Nosotros hablamos de personas, del uso de la violencia, del no entendimiento.

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–¿De dónde viene el nombre de Proyecto 43-2?

–El número es la reducción de las coordenadas geográficas del Árbol de Guernica, al ser el símbolo de la libertad del pueblo vasco, que durante decenas de años no ha sido libre, ya que pasó de la dictadura franquista a la dictadura de ETA.

–¿Qué cimientos apuntalan su forma de construir teatro?

–Abordamos temas que tienen que ver con la memoria y con la violencia, no sólo terrorista, también de género al dar voz a las mujeres que fueron silenciadas y que se convirtieron en las grandes tejedoras de la paz porque se quedaron n solas en los conflictos y educaron a sus hijos en la no violencia. Nuestro teatro se basa en largos procesos de investigación, en un interés por la poética y la estética, en la evolución a la hora de contar.

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–¿Qué tipo de público acude a su taquilla? ¿Es más selectivo, intelectual...?

–Nuestro público no es selectivo, sino muy heterogéneo. Nosotros hacemos mucha campaña escolar con el fin de poder trabajar con adolescentes, acercarles el teatro para mostrarles las diversas profesiones que tienen cabida en él y las diferentes perspectivas que ofrece a la hora de contar historias y, además, recordarles episodios de nuestra historia. Como público buscamos a gente que quiera que le contemos una historia.

–'Proyecto 43-2 se escenificará en Palencia el viernes 24 y, acto seguido, representarán 'La mirada del otro'.

–Las tres obras que conforman la trilogía son muy diferentes. La primera pieza aborda el momento en el que está próximo el anuncio definitivo del cese de la violencia y cómo la violencia estructuró y modificó las relaciones sociales y familiares, donde los actores nos metemos en la piel de patrones de cinco personajes reales. 'La mirada del otro' documenta los encuentros restaurativos entre víctimas y disidentes de ETA en la cárcel de Nanclares. Este día cocinaremos un marmitaco que compartiremos de manera informal con el público en el vestíbulo del teatro.

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–Al día siguiente, cierran la trilogía con 'Viaje al fin de la noche'.

–Esta pieza pone sobre la mesa la herencia que dejó la violencia. Damos voz a los hijos e hijas víctimas de ETA, del GAL, del abuso policial y de los militantes de la banda terrorista. En estos diez años de investigación hay un recorrido antropológico y social en cuanto al discurso documental. Y, después de la función, mantendremos un encuentro con el público en el que nos acompañará Maixabel Lasa. Estos encuentros nos permiten reflexionar sobre nuestro trabajo, compartir la experiencia y verificar el impacto que genera entre el público.

–¿Es la primera vez en el Principal de Palencia?

–Sí, es la primera vez que nuestra compañía aterriza en Palencia, aunque yo conozco la ciudad desde que era pequeña. Estamos súper felices y agradecidos con la Concejalía de Cultura y con Pilar Alcalde de poder presentar en el Teatro Principal las tres piezas, es algo muy excepcional que se vean en un mismo espacio, ya que se genera una especie de catarsis colectiva y de familia al pasar más de tres horas juntos dos días consecutivos.

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–¿Qué esperan del recibimiento del público palentino?

–Esperamos lo mejor porque el público palentino es muy educado y muy amante de las artes escénicas. Esperamos un recibimiento muy caluroso y emocionante porque lo que contamos planteará muchas preguntas y eso nos gusta que suceda. Todo el equipo está exultante de poder escenificar estos tres trabajos en Palencia, ya que será la segunda vez que se verán en Castilla y León y la sexta del territorio nacional; será como poner una pica en Flandes.

–¿La empatía entre los actores es fundamental para poner en escena teatro documental?

–Más que empatía, este trabajo requiere un compromiso con lo que se está contando porque son temas muy políticos y los actores nos ponemos en el lugar del otro. Todo el equipo está muy comprometido y juntos hemos vivido experiencias muy enriquecedoras. El teatro documental es otra forma de hacer arte escénico y aporta mucho a nivel artístico y personal.

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