Piedad Diez, trabaja desde hace 46 años en Gullón en Aguilar

«Antes había tareas definidas de mujeres y de hombres, pero hoy en día hay igualdad»

«Recuerdo cuando se doblaban las cajas a mano, se metían las bolsas y las galletas, y se pesaban una a una», afirma

Nuria Estalayo

Aguilar de Campoo

Domingo, 10 de diciembre 2023, 00:11

Ya ha cumplido los 60 años y lleva 46 años en la empresa. Está casada, tiene dos hijos y tres nietas. Procede de la localidad de Arbejal, situada junto a Cervera de Pisuerga, y actualmente combina su residencia entre Valoria de Aguilar y Aguilar de ... Campoo.

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Se define como «una persona trabajadora, y muy activa, aunque también estricta en cuanto se refiere a trabajo, ya que me gustan las cosas bien hechas». En Gullón trabaja a dos turnos (mañana y tarde), y «me considero afortunada por los compañeros de trabajo que tengo, ya que somos un grupo muy diverso en cuando a edad se refiere, pero nos entendemos y apoyamos mucho», asegura. «Mi trabajo en Gullón es muy sencillo», señala. Se encarga de revisar que las galletas lleguen en buen estado y sin defectos a las máquinas de empaquetado y envasado. Una vez allí, supervisa que los paquetes salgan con el peso correspondiente, el 'abre fácil' y el sellado correctos. «El buen empaquetado es esencial para que la galleta se conserve y llegue en óptimas condiciones al consumidor», observa.

Empezó a trabajar en Gullón en septiembre de 1977. «En aquel momento todos los puestos de trabajo eran muy manuales; por ejemplo, las cajas de galletas se doblaban a mano, se metía en ellas una bolsa en su interior que luego llenábamos de galletas, y después cada caja se pesaba de forma individual y se cerraba con precinto o celo manualmente», describe.

«Entonces trabajábamos en grupos, con alegría a la vez que charlábamos, aunque más contentas nos poníamos al final de mes cuando nos llegaba la paga. Eran otros tiempos, pero la satisfacción era inmensa», añade, reconociendo que «todo ha cambiado muchísimo. Hemos pasado de 100 a casi 2.000 empleados. Ahora casi todo es automático y funciona muy rápido, por eso nos mantenemos en buena forma, porque hay que ser ágil».

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Recuerda que en sus primeros años en la empresa «las mujeres nos encargábamos más de las galletas en las líneas de producción, mientras los hombres se encargaban de otras tareas como el amasado, horneado, y los cargues. Hoy en día, hay más igualdad porque encuentras tanto a hombres como a mujeres en todos los puestos», asegura. «La igualdad es algo por lo que Gullón también lucha día a día», añade.

«Me parece que Gullón ha sabido hacer las cosas muy bien para llegar tan alto y tan lejos, se ha convertido en un referente. Aguilar sin Gullón sería una villa con pocos recursos, porque muchas familias de Aguilar y pueblos de alrededor, dependemos del salario de Gullón».

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«Estoy muy orgullosa de ser una de sus trabajadoras y a lo largo de estos 46 años en la empresa, nunca me he arrepentido de ser una fiel empleada. Además, si no me jubilan, puede que sea de las pocas en cumplir las bodas de oro con la empresa», concluye.

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