Javier Díez, víctima de acoso y policía nacional
«Solo pensaba qué me van a hacer mañana o qué le digo a mi padre si me rompen la cazadora»
Es policía nacional desde hace más de veinte años y antes fue profesor. Sufrió acoso escolar en un instituto de Palencia durante dos años y actualmente acude a las aulas para narrar su historia y para evitar futuros casos de bullying. «Patrullamos en las aulas, ... damos información y prevenimos el delito», señaló Javier Díez Vegas, subinspector de Participación Ciudadana, sobre el trabajo que llevan a cabo y por el que se ha preparado tanto para ayudar a los demás. «El delito de acoso escolar existe. Intentamos pararlo con información, pero cada vez son más las intervenciones que se llevan a cabo en las aulas porque ya no sabéis respetaros», les dijo a los estudiantes que le escuchaban atentamente.
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Repitió varias veces las palabras solidaridad y empatía porque «necesitamos una sociedad más respetuosa, porque el acoso escolar arrastra consecuencias durante toda su vida. Por eso, es necesario tener cuidado con lo que se hace».
Rememoró su historia con dolor y con emoción. «Yo era muy delgado por lo que me llamaban 'huesitos'. Recogía con frecuencia mis libros de dentro de la taza del váter e incluso llegaron a orinarme en la cabeza una vez que estaba sentado en una escalera estudiando».
Por todos estos maltratos continuados fingía enfermedades para no ir al colegio y cayó su rendimiento escolar. «No aprobé ni el recreo», señaló y consiguió arrancar alguna risa al público. «Solo pensaba en qué me van a hacer mañana, qué le digo a mi padre si me rompen la cazadora», agregó, ya que también solían hacerle agujeros en la ropa a veces y, tal y como explicó, él pertenecía a una familia muy humilde.
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Autolesiones
También reconoció que sufrir este maltrato continuado durante dos años consecutivos llegó a cambiar su carácter. «Todo esto provocó que me volviese más huraño, más enfadado y me autolesionaba».
Con su testimonio mostró todo el daño que hace el bullying y todo lo que sufre la víctima y también la familia. «Cuando os metéis con una persona, también promovéis problemas en su entorno social y familiar», explicó.
El acoso escolar también puede darse por la orientación sexual de la víctima. «Tenéis que empezar a normalizar ver chicos dados de la mano entre ellos y también chicas con chicas», les dijo a los adolescentes, haciendo hincapié en los 'observadores', los que ven el maltrato y no intervienen. «Ya tenéis 13 o 14 años y tenéis que tener responsabilidades y mejorar la empatía, agregó.
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