Palencia
Los sindicatos convierten el Primero de Mayo en un alegato contra «la mentira y el fango» de la derechaPalencia
Los sindicatos convierten el Primero de Mayo en un alegato contra «la mentira y el fango» de la derechaSolo los más aguerridos, los más fieles, aguantaron hasta el final. El granizo arreciaba y las nutridas filas de manifestantes de habían desarbolado rápidamente con las primeras gotas de lluvias, para colmatar el poco espacio que quedaba en los soportables de la Plaza Mayor, entre ... los puestos de venta de antigüedades y objetos descatalogados. En el escenario, los dirigentes sindicales palentinos entonaban estoicamente 'La Internacional', mientras se iban calando poco a poco. Ante ellos, solo unas pocas decenas de incondicionales seguían sosteniendo las pancartas, pero la 'abrilada' de este Primero de Mayo se había llevado ya por delante todo el tono reivindicativo con el que comenzó la jornada en Palencia.
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Solamente mantenían el espíritu medio centenar de incombustibles de la CGT, que, como todos los años, habían organizado su concentración alternativa en la plaza de los Juzgados, en donde con una caseta y música en directo habían convertido la mañana en una fiesta de reivindicación en la calle, que también tuvo sus momentos de refugio bajo los soportales del edificio de los sindicatos.
Pero antes de que la nube descargase sobre la capital palentina, el sol brillaba con fuerza y animaba a salir a la manifestación del Primero de Mayo, y así lo hicieron en torno a 850 personas, según los cálculos de la Policía Nacional, que fueron organizándose en el parque del Salón, para marchar hasta la Plaza Mayor, bajo el amparo de cinco grandes pancartas con lemas reivindicativos en favor de los derechos de los trabajadores o de la defensa de la democracia, y siembre bajo el penetrante ritmo de una batucada que cerraba filas.
Una vez alcanzado el destino habitual de la Plaza Mayor y con los principales líderes sindicales enarbolando una pancarta en favor de la mejora de los salarios y la reducción de la jornada laboral, llegó el turno de los discursos, que se abrió con unas palabras de presentación del dirigente de CC OO Juan Carlos González, que ya apuntó la deriva principal que los sindicatos mayoritarios querían darle a este Primero de Mayo, «defender la democracia de la ciénaga política que se ha creado desde que la ultraderecha llegó a las instituciones».
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Y en esta línea siguió la secretaria general de este mismo sindicato, Elena Villamediana, cuando tomó el turno de la palabra. «Las actitudes de la derecha y la extrema derecha de este país nos han llevado a una situación límite, llegando a poner en jaque al Ejecutivo español. Y no, no vale todo. No podemos asumir que esta mal llamada polarización sea consecuencia y responsabilidad de todas las fuerzas políticas, cuando sabemos perfectamente que esta crispación ha llegado de la mano de la ultraderecha y la derecha, porque es su modelo de hacer política en España y en el mundo. El fango, la mentira y la maquinaria del lawfare son sus armas para pervertir la democracia y llegar al poder. Nuestro sistema democrático puede y debe atajar legalmente esta guerra sucia. Y debe acometer reformas para una regeneración democrática», aseveró la dirigente de CC OO, asumiendo plenamente las tesis del Gobierno, para después aplaudir también la agenda laboral y social del actual Ejecutivo. «Debemos continuar con la agenda social y reformista puesta en marcha en los últimos años, con resultados positivos en la revalorización de las pensiones, las continuas subidas del Salario Mínimo Interprofesional, que hoy es un 54% superior al que teníamos en 2018, o la reducción de la temporalidad gracias a la reforma laboral, asignatura pendiente en esta provincia», manifestó Elena Villamediana.
También el secretario general de UGT, Gorka López, se refirió a la necesidad de «defender la calidad democrática en este país», aunque optó por centrar más su discurso en la importancia de la lucha sindical, «ante tanta ingnominia, mentira y odio que tenemos que soportar cada día».
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Gorka López señaló que la lucha de los «sindicatos de clase» es responsable de las conquistas laborales y de derechos del conjunto de la clase trabajadora, y mostró su preocupación por los ataques que reciben en Castilla y León, «con el gobierno más reaccionario de toda la historia, y lo podemos ver todos los días. Ese ataque constante a los sindicados de clase nos convierte en el enemigo a batir», recalcando que «no vamos a permitir que la derecha ni la ultraderecha, tanto monta, monta tanto, porque son lo mismo, no vamos a dejar que roben esos derechos a la sociedad», manifestó el líder de UGT, quien pidió a la clase trabajadora que no se equivoque de «enemigo».
Así, defendió la unidad de acción de todas las centrales sindicales, fijando ese enemigo en los partidos de derechas, la patronal, con la que fue muy crítico. «No es casual que el presidente de la patronal palentina diga que la subida del SMI es un quebradero de cabeza para ellos, no es casual que el presidente de la patronal palentina añore la reforma laboral del año 2011», manifestaba Gorka López. Y a su voz se sumaba la de la secretaria de Comisiones Obreras, que también cargaba las tintas contra la patronal palentina. «Empresarios, como los de Palencia, que recientemente alertaban del alto índice de absentismo que se registraba en esta provincia; sabiendo que emplean datos retorcidos sin ninguna base oficial y en los que se incluyen derechos consolidados de los trabajadores y trabajadoras como permisos de maternidad o paternidad. Si tan preocupado está por el absentismo y la baja productividad, podría plantearse si las inversiones que se llevan a cabo en las empresas palentinas sirven para mejorar las condiciones de trabajo y reducir esa siniestralidad derivada al sistema público de salud que intencionadamente incluye en las cifras de absentismo», señalaba Elena Villamediana.
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La dirigente de CC OO se unía además a las críticas contra el gobierno autonómico del PP y Vox. «Se han cargado partidas económicas para personas desempleadas porque para ellos, los parados y paradas son vagos y vagas que viven de las paguitas», criticando además que «embistan contra los más desfavorecidos», como inmigrantes y mujeres.
«Vamos a seguir trabajando por la igualdad. La igualdad no va en contra de los hombres, no hagáis caso, no va en contra de los hombres, va a favor de la sociedad, de los hombres y de las mujeres. Yo no quiero trabajar con alguien que tiene peores condiciones que tenemos nosotros», arengaba por su parte Gorka López, que insistía en que la mejora de los derechos de los trabajadores no puede lograrse no puede hacerse sin el reconocimiento de la legitimidad de los sindicatos de clase.
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