Palencia
«Me siento válido, ayudé a salvar a un recién nacido»Palencia
«Me siento válido, ayudé a salvar a un recién nacido»Firmó el 20 de octubre de 2020 como policía local de Palencia. «El día de mi cumpleaños, así que fue un buen regalo», afirma Óscar Celador, salmantino de 40 años que, en la madrugada del pasado sábado hizo más que honor a su apellido porque ... no solo fue auxiliar, sino casi hasta matrona y pediatra, ayudando, junto a su compañera Ana Isabel Rubio, vallisoletana de 42 años, a salvar la vida de un bebé recién nacido dentro de un coche en la calle Rizarzuela de la capital palentina. «Actuaciones así hacen a uno sentirse válido para ayudar a las personas, que es la vocación de un policía. Supe hacerlo bien y nos coordinamos entre todos los compañeros, el mérito es de todos y te sientes reconfortado», apostilla Óscar, que el 20 de octubre de 2020 tuvo un buen regalo y que durante la madrugada del pasado sábado, como intenta que así sea en cada servicio, supo agradecerlo con su buen hacer.
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«La llamada entró por el 112 sobre las 6:30 horas, estábamos por el Paseo del Salón haciendo un poco control de la salida de la discoteca para que la gente no destroce nada. Nos indicaba que una mujer estaba dando a luz en el número 5 de la calle Rizarzuela, nos sorprendió porque no dijeron en dónde, si era en una casa... No encendimos ni las luces del coche, aparcamos el coche en la esquina de La Puebla con Rizarzuela y salí corriendo y dije por la radio que qué piso era , pero me dijeron que no, que era en la calle, entonces miré y había un coche a la altura del bar Lina Morgan Freeman con mucha gente alrededor y con las puertas abiertas. Cuando llegué, me encontré a una mujer en la parte de atrás del vehículo con el niño con el cordón umbilical, ya había nacido, y un chico me dijo ¡toma, toma! y me dio el bebé mientras me decía ¡no respira, no respira!, relata Óscar Celador, que procedió raudo a empezar la maniobra de respiración.
«Tengo dos niños y pensé que el bebé se había tragado líquido amniótico dentro de la bolsa y se estaba ahogando, así que tenía que expulsarlo. Me puse a hacerlo y mi compañera me asistió en todo momento para darme seguridad porque la gente se metía a ver qué ocurría. Necesitábamos que el coche estuviera cerrado para que hubiera calor y tapar al niño, me lo pegué a mí y empecé a reanimarle dentro del coche en el hueco que había entre el asiento delantero y trasero, porque la madre estaba atrás. Me puse a decir ¡venga campeón! ¡venga campeón!, no quería asustar a la madre, que estaba llorando», recuerda Óscar.
«Me pasaron el teléfono para que me asistiera la médico del 112 pero no podía cogerlo porque tenía las dos manos ocupadas y el hueco era muy pequeño. La compañera consiguió cerrar el vehículo y se metió en la parte trasera y empezó a decirme ¡dale, dale, tranquilo compi! Estuvimos tres cuatro minutos intentando reanimar al niño y ya llegó otra patrulla, que Jesús H. Lucas, uno de los compañeros, también de Salamanca, tiene conocimientos sanitarios. Me pasó una manta térmica y dijo que continuara, que lo estaba haciendo bien, él se limitó a abrir la boca al niño para que pudiera expulsar y ya vimos que hacía espasmos como de poder respirar. Llegó justo la ambulancia y empezó a respirar el bebé, entraron la médica y una sanitaria en el coche, cortaron el cordón umbilical y se llevaron al niño. En ese momento me fui a la plaza metálica y me emocioné», señala el policía local.
«Hablé con el chico que había sacado al bebé, un ciudadano de Sudamérica que estaba aquí con visado de turista y es paramédico en su país. La médica del 112 por teléfono le dijo como tenía que dar la vuelta al niño porque nacía de nalgas, que eso es complicado. Estaba de fiesta y se acercó», hace hincapié Óscar, reconociendo la gran labor del otro hombre que ayudó a salvar la vida del bebé, que tendría «32-34 semanas, no sé si llegaba a dos kilos y medio», apunta Óscar.
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«La madre es colombiana, de 32 años, y era su tercer hijo, no le dio tiempo a llegar al hospital. El padre me dijo que se había puesto mala en casa y que cuando se metieron en el coche tuvo que parar. Están aquí también con permiso de turista, llevan 20 días en España», agrega el policía local, a quien le está costando dormir estos días.
«Estoy dándole vueltas al tema, por el hecho de que tengo niños. Mi mujer me dice que siempre había confiado en mí, que ella lo dejó todo para venir conmigo a Palencia, y que tenía que estar orgulloso porque salvé una vida. Es una satisfacción personal muy grande», apunta Óscar, que fue militar más de 17 años y estuvo en Afganistán y que, ahora, no en lejanas arenas sino dentro de un coche, volvió a cumplir con una tarea muy, muy humanitaria.
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