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Restos de árboles fosilizados, en el pantano de Aguilar.

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Restos de árboles fosilizados, en el pantano de Aguilar. Nuria Estalayo

La sequía descubre tesoros en el pantano de Aguilar

El descenso del nivel del pantano de Aguilar devuelve a la luz los restos de las localidades que quedaron anegadas

NURIA ESTALAYO

Aguilar de Campoo

Martes, 1 de octubre 2019, 07:37

El descenso del agua embalsada en el municipio de Aguilar de Campoo vuelve a dejar al descubierto muchos de esos tesoros que se mantienen sepultados por el mayor de los pantanos palentinos. El puente de la desaparecida localidad de Villanueva del Río Pisuerga ha vuelto a emerger al completo, y también puede verse, no muy lejos de allí, el antiguo Molino de Peña Cutral, así como los vestigios de lo que fueron viviendas, la iglesia y otras edificaciones de este pueblo sumergido en el año 1963 junto a las localidades de Cenera de Zalina, Quintanilla de la Berzosa y Frontada.

Del mismo modo, en el entorno del pantano se deja ver de nuevo ese majestuoso conjunto de árboles fosilizados, similares a palmeras que, según manifiestan los entendidos, tienen al menos dos millones de años de antigüedad, pudiendo proceder del Cenozoico.

También ha brotado una vez más el despoblado de Santillana, con sus magníficos sarcófagos, y sus llamativas tumbas de lajas hincadas y cerradas con grandes piedras de arenisca. A todos estos tesoros que ahora se encuentran al descubierto, se suman otros muchos secretos que se solo se desvelan ante los ojos de los expertos y que suelen aflorar durante el periodo de estiaje.

El nivel del embalse de Aguilar se encuentra actualmente al 18,4 % de su capacidad, según los datos oficiales de ayer, difundidos por la Confederación Hidrográfica del Duero. El dato es crítico, pero no tanto como en el periodo de sequía de hace dos años, durante el cual quedó al descubierto casi totalmente la antigua población de Cenera que en estos momentos se encuentra sumergida. En estos días, lo único que asoma en este lugar son los restos de la torre de la que fuera la iglesia de Santa Eugenia, de la cual se extrajeron en el anterior periodo de sequía, en 2017, sus capiteles, los cuales se hallan almacenados en algún lugar, con futuro incierto hasta que la CHD decida su destino.

La retirada de estos elementos se hizo necesaria al quedar completamente al descubierto la antigua población, por lo que podía accederse con facilidad hasta los restos de la iglesia, en la que se conservaban desde que quedó anegada por el pantano unos bellos capiteles de origen románico y de gran valor patrimonial. Para evitar el robo o el deterior, se optó por la retirada y estos restos son custodiados por la Confederación del Duero, que aún ho ha definido cuál será su emplazamiento definitivo.

Mientras, el paisaje casi lunar que ofrece el pantano de Aguilar durante estos días se ha convertido en un foco de atracción para curiosos, que pueden disfrutar de las joyas del pasado que ahora afloran.

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