La vicepresidenta del comité de empresa de Galletas Siro de Venta de Baños, Mónica de la Sierra, con 24 años de antigüedad en la empresa, también teniente de alcalde en el Ayuntamiento del municipio, reconoce vivir una situación «embarazosa, algo terrible y muy dañino para ... el pueblo», que le duele por todos los costados. Esta venteña por raíces familiares en el enclave ferroviario que otrora fue Venta de Baños, asegura que «me la están clavando por todos los lados». Como vecina de Venta de Baños y teniente de alcalde, califica el cierre de la galletera como «mazazo». Y como trabajadora afirma que «nos sentimos engañados, porque en todas las negociaciones siempre han contado con nuestra fábrica y ahora nos dicen que no es viable y nos plantean unos traslados y unas condiciones que no son aceptables. Vamos a luchar hasta el final por que esta fábrica no se cierre, porque desde el comité de empresa vemos que es viable. Alguien nos tendrá que echar una mano», apela a la Junta de Castilla y León y a sus competencias en materia de empleo. «Deberá arrimar el hombro, igual que ha hecho con otras empresas a las que ha inyectado dinero, que haga aquí lo mismo para poder mantenerla en pie», sentencia.
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«La Junta ha apostado por otras empresas, ¿por qué no lo va a hacer aquí, en un municipio de 6.000 habitantes que ya bastante hemos sufrido?», dice recordando el desmantelamiento total de la azucarera hace catorce años y la desaparición posterior de los talleres de Renfe.
Otra de las críticas rotundas que hace al plan presentado por la empresa es que «habla de reubicar solo a 40 de los 197 trabajadores en Venta de Baños y el resto tendría que irse a Aguilar o a Toro, con lo que eso supone en cuanto a empresas auxiliares y al decaimiento de la actividad económica en el municipio», consciente de que quienes pudieran aceptar los traslados dejarían de vivir en el propio municipio, en Tariego, Villamuriel y Palencia, donde residen la mayoría de los empleados.
Mónica de la Sierra recalca el esfuerzo que han demostrado los trabajadores, «que siempre hemos estado dispuestos, y desde luego que cuando vino Juan Manuel González Serna hizo crecer a esta empresa. Hicimos lo que se necesitara, el turno de noche, el quinto turno, pero ahora nos parece muy injusto que pida el esfuerzo solo a los trabajadores del escalafón más bajo, no a los de estructuras. Es una discriminación», añade De la Sierra, que alude a que los afectados son 197 empleados de mano de obra directa, mantenimiento y producción.
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