Ángel Tapia, junto a Inmaculada Marcos, la panadera que entregó su dinero a la Policía Local. Manuel Brágimo

El 'sembrador' de billetes y los 'recolectores' de buen corazón

Un vecino de 82 años de Palencia recuperó 340 euros que se le fueron cayendo poco a poco gracias a que las personas que lo encontraron llamaron a la Policía Local

Marco Alonso

Palencia

Domingo, 17 de enero 2021, 09:05

Ángel Tapia lo tiene claro. «Todavía queda gente de buen corazón en este mundo». Esa es la frase que repite una y otra vez este vecino de Palencia de 82 años al recordar lo que le sucedió «hace un tiempo», cuando acudió a la panadería de la Huerta de Guadián de Palencia y un descuido le hizo llevarse un enorme disgusto. «Fui a comprar el pan, pagué y me fui a guardar otra vez el dinero, El problema es que al ir a meterlo, no lo hice en el bolso. Los billetes se me quedaron entre el jersey y la camisa y sin darme cuenta se me fueron cayendo. Dejé sembrada la calle», relata este octogenario, que al llegar a casa se percató de lo que había sucedido.

Publicidad

Aquel día Ángel había sacado buena parte de su pensión en un cajero cercano y los billetes que 'sembró' por la calle sumaban 340 euros. «Cada cierto tiempo solía sacar unos 500 euros para pagar los gastos y justo ese día había sacado todo ese dinero», relata este hombre que cobra una «pensión 'normalita'», pese a que estuvo trabajando desde los diez años.

Este jubilado pensó que su descuido le iba a hacer perder todo su dinero, pero no fue así porque, como señalaba él mismo al principio de estas líneas, aún queda gente buena en el mundo. Una de esas buenas personas a las que se refiere Ángel Tapia es Inmaculada Marcos. «Justo al salir de la tienda se le empezó a caer el dinero y tuvo la suerte de que pasaban por ahí una chica, y mi marido en sentido contrario. Entre los dos fueron, cada uno por un extremo, recogiendo los billetes y me lo dieron a mí porque el reguero de dinero empezaba en mi puerta», explica Inmaculada.

Ángel acude con relativa frecuencia a la panadería, e Inmaculada pronto pensó que el dinero podría ser suyo. «Acababa de salir y desde el principio pensé que podría ser de él», afirma Inmaculada, que no quiso tener los billetes en su poder mucho tiempo. «Pasaron un par de horas y nadie venía a reclamarlo. El dinero me quemaba porque estaba segura de que era de este señor, que no viene todos los días y no tenía forma de ponerme en contacto con él. Solo pensaba en el disgusto que tendría el hombre por haber perdido la pensión, así que llamé a la Policía Local y vinieron a recogerlo», añade.

Al día siguiente regresó un apesadumbrado Ángel a la panadería. «Pasé una noche malísima. No pude dormir del disgusto», explica el octogenario, que recuperó la alegría al hablar con Inmaculada. «Me dijo que había depositado el dinero en la Policía, así que allí me fui», añade.

Publicidad

En el cuartel recibió a Ángel la responsable de la oficina de objetos perdidos, Rosa Iglesias, quien comunicó al dueño del dinero la noticia con la que le hubiera gustado soñar aquella noche de insomnio. «Vino muy nervioso, me explicó que le había dicho muchas veces su mujer que no llevara todo el dinero junto», explica Rosa, a la que se le dibujó una sonrisa en la cara al ver la reacción de Ángel cuando recibió el dinero. «Cuando llegué a la Policía expliqué lo que había pasado y me dieron el dinero metido en un sobre. Menuda alegría me dio», reconoce un agradecido Ángel Tapia.

Y de esa manera acabó esta historia. Con la alegría de Ángel por recuperar los billetes, con la satisfacción de la responsable de la oficina de objetos perdidos por contribuir a que el dinero regresara a su propietario y con la felicidad de Inmaculada por echar una mano a un vecino. «No hay mejor regalo que la satisfacción de saber que has ayudado a alguien que lo necesitaba», asegura Inmaculada, que sigue despachando pan a Ángel, a ese cliente que en sus años mozos fue labrador y que ahora en su senectud un día se convirtió en 'sembrador de billetes'. Suerte que dio con 'recolectores' de buen corazón.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad